jueves, 26 de diciembre de 2019

§ 1.783. White Cargo (Richard Thorpe, 1942)

Muy entretenida película sobre la jungla, sobre las plantaciones de caucho en el Congo. Tondelayo es el nombre de la mujer por la que todos pueden la cabeza, Hedy Lamarr, guapa a rabiar, aunque en esta cinta está algo menos arrebatadora que en otras, que en casi todas. Maquillada de indígena pierde mucho, la verdad. Su papel no es relevante, es secundario.
Calor, alcohol par superar la tristeza y el calor, hombre duros que se vuelven incapaces de organizar su vida en la selva. La película se va endureciendo a medida que se va viendo la imposibilidad de que el nuevo capataz se haga con la plantación de caucho y a medida en que sucumbe a la única mujer guapa que hay en mucho kilómetros cuadrados a la redonda.
Aunque es una historia un poco artificial, forzada, funciona. La tensión especula del nuevo capataz con la indígena y la pelea forzada con el jefe de la expedición patrocinan un clima asfixiante, con el calor como protagonista trasversal y los mosquitos. 
Buen director, para mi el de Tarzan de siempre, que saca buen rendimiento a lo que tiene.
Me ha gustado mucho.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

§ 1.782. El ministerio el miedo (Fritz Lang, 1944)


Un errado morrocotudo. Una historia que sólo se comprende bien cuando pasa mucho tiempo, una manera maravillosa de enredar la trama, de hacerla opaca para el espectador que se ve mantenido en el suspense mucho tiempo. Cuando quieres conocer de qué va la cosa ya estas tomando posición sobre el protagonista e involucrándote en la trama.
Con un Ray Milland espectacular, una guapísima  Hillary Brooke, una actriz maja llamada Marjorie Reynolds, y también interviene Dan Duryea, jovencísimo.
Como siempre, Lang está soberbio. 

§ 1.781. La dama de los trópicos (Jack Conway, 1939)

Me ha encantado. Me ha parecido una película estupenda. Una historia de amor muy bonita, entre una Hedy Lamarr absolutamente espectacular y un Robert Taylor arrebatadamente guapo en un Singapur tan desconocido como enigmático. Sacerdotisa que va a contraer nupcias con un rico hombre de tradicionales ancestrales. Lucha de identidades de una mujer medio europea medio asiática.
Nunca he apreciado la belleza de Hedy Lamarr como en esta cinta, descomunalmente bella, con una cara blanca, unas facciones suaves y un pelo negro azabache que cautiva. Como la chica que interpreta tiene algo de misterioso, de oculto, de enigmático. Una belleza muy peculiar, diferente, distinta.
Un puntito de aventuras, un puntillo de emoción, una historia básica de amor, y a tienes una buena película que se estructura alrededor de tres relaciones amorosas, una con el sultán de la jungla que nunca ves, otra con el americano con el que se casa, y la tercera con el rico señor que la perseguía en Saigón.

martes, 24 de diciembre de 2019

§ 1.780. Gotti. (Robert Harmon, 1996)

La vi por primera vez hace muchos años, en VHS y me encantó, aunque le reconocía defectos y sabía que no era especialmente buena.
Es entretenida, y sirve para formar el mapa emocional de las películas de la mafia, una más de la larga lista de cintas sobre el mismo tema.
Me gusta mucho cómo lo hace Armand Assante, creo que es su mejor papel. Lo de Anthony Quinn es otra cosa, es capaz de hacer cualquier cosa, cualquier papel, de cualquier tipo, de todo.
Le falta el código moral que pretende reclamar. Lo dice mucho, pero a diferencia de otras películas como el Padrino, por ejemplo, no lo muestra con el diálogo o las actuaciones. No se trata de pregonarlo, sino de mostrarlo. Hay algo repetitivo, sabido, algo que cuadra mal con la sutilidad de la mafia, con lo que es.  
Parece ser que fue su exceso de protagonismo lo que le perdió, su ostentación, su gusto por lo llamativo, por los titulares de prensa, la arrogancia del que se cree impune, del que intuye que no le van a coger en ninguna de sus fechorías.
El director es Robert Harmon, especializado en películas para la televisión. Me gustó Ike: Desembarco en Normandía (2004), me pareció muy bien hecha, muy realista.

§ 1.779. Evasión en Atenea (George P. Cosmatos, 1979)

Producto muy trillado, con pretensiones y un buen cartel de actores que no consigue imponerse a la mediocridad que se le supone al director de alguna que otra mediocridad como Muerte en Roma (1973), El puente de Cassandra (1976) y Tombstone (1993). Aunque todas ellas tienen algo que recordar. Muerte a Marcelo Mastroiani, El puente por una de las últimas películas del animal más bello del mundo, y Tombstone por... no sé por qué.
La verdad es que el tema es atrayente, y mucho. Escape de campos de concentración nazi, búsqueda de reliquias griegas, buenos actores y actrices: Roger Moore como nazi de buen corazón, Telly Savalas en lo suyo, David Niven como militar americano,  Stefanie Powers como la guapa, Claudia Cardinale como la prostituta que ayuda a la resistencia, y una intervención de William Holden...
Pero no es especialmente interesante.

lunes, 23 de diciembre de 2019

§ 1.778. La jungla: Un buen día para morir (John Moore, 2013)

Quizá hay que verla desgajada de las otras anteriores, especialmente la primera y tercera, las mejores de las todas, las dos de un director realmente interesante, con otras cosas también buenas.
Rusia, policía americano, 90 minutos, superhéroe califragilísticoespiralidoso, qué puede salir mal...
Qué cosa más horrorosa.

§ 1.777. Rapsodia en agosto (Akira Kurosawa, 1991)

Color. También era un maestro del color. El tratamiento del color rojo seguro que tiene una significación que se me escapa, pero es el centro visual del comienzo de la cinta.
El respeto a las tradiciones, la visión de una anciana sobre su propia vida. La diferente perspectiva generacional entre una abuela y sus nietos sobre la vida en general y sobre el pasado en particular.
La bomba nuclear en Nagasaky y sus secuelas devastadoras durante décadas en al población civil. No sólo desde el punto de vista físico, sino principalmente emocional, como un elemento de reflexión sobre el recuerdo de lo que fueron.
No hay un juicio moral, ni siquiera una crítica social o política. Es algo que se vive como inevitable.
Los niños quieren saber qué ocurrió, y se debaten entre el nuevo odio a los americanos por lo que ocurrió y la asunción de la realidad inapelable.
La abuela cuenta historias, recuerdos mezclados con fantasía, idealizando parte de sus vivencias y soterrando aspectos y circunstancias que acontecieron hace años. El olvido forma parte de las perspectiva actual de las cosas. No hay recuerdo sin olvido.
El punto central de la película es el recuerdo lo que fue, lo que aconteció. Y, en segundo lugar, lo que pudo haber sido. No es una mirada melancólica, es que el pasado lo es. Es una mirada retrospectiva a un pasado que, en sí mismo, es melancólico. Hay dolor y emoción, pero no resentimiento.
El ojo destructor, el resplandor de la bomba, el hongo de calor, gas y radiación mortal que destruyó 80.000 vidas en tres segundos y cambió el mundo para siempre, tanto el civil como el militar. Nada volvió a ser como antes. La inocencia se perdió para siempre.

§ 3.675. Cartas boca arriba (Jesus Franco, 1966)

Cinta de la época francesa del tío Jess en donde ya comenzaba a desparramar. Argumento loco, loquísimo, producto de una imaginación desborda...