lunes, 16 de mayo de 2016

HITCHCOCK, Alfred. Pánico en la escena (1950)

Buena película. Muy en la línea suya. Con una Jane Wyman para mi irreconocible. Jovencísima, tanto que podría pasar por otra mujer, aunque ya con la cara ovalada tan típica de Ángela Channing de todo la vida de después...
El guión es una obra de arte, todo un prodigio de exquisitez y requiebros, los intérpretes muy en sus papeles, contenidos y no excesivamente histriónicos...
Una más del genio.


viernes, 13 de mayo de 2016

AMENABAR, Alejandro. Regresión (2015)

Este señor sabe lo que hace. Me falta Mar adentro y Ágora, pero todas las demás me han gustado mucho. Este pretende ser oscura, hechizante, profunda a su manera, sobre un tema de moda en un momento concreto, con dos tabúes circulando sobre el escenario: el maltrato infantil, y las sectas satánicas. Casi nada.
La música está demasiado alta en ocasiones y aunque pretende ser un sonido de fondo tras las conversaciones a veces, muy a menudo, dificulta el seguimiento de la propia conversación.
El cambio brusco, casi al final, de temática: de sectas satánica a chantaje de una niña demasiado lista no está suficientemente explicado, ni tampoco por qué es todo un fraude, qué consecuencias tuvo en la sociedad americana, cuál ha sido el desarrollo posterior de la cuestión, ¿sigue de moda esta moda?
Ethan Hawks está soberbio, magnífico, estupendo. Contenido, comprometido, lleno de matices dentro de su tosquedad.
Lo que me llama la atención son dos cosas. En las primeras escenas se explica que el FBI ya había investigado estas cuestiones y las había abandonado, porque carecía de la más mínima prueba sobre el asunto.
La segunda es la falta de consistencia que desde el primer momento se aprecia en la argumentación de la niña. Si se ve por segunda vez probablemente se aprecian mejor estos matices.
Por otra parte nada sabes de la vida del protagonista, ni por qué está sólo, ni cuál es la razón por la que todo este tema afecta sobremanera a la niña. Nunca te deja ver alguna duda del personaje, ni tampoco por qué todo le desequilibra tanto, ni si tiene compañeros.
Es, en general, una buena película, de un director con talento.
No sé si habrá conseguido penetrar en EE.UU., que probablemente era lo que quería con esa cinta.

jueves, 12 de mayo de 2016

ALDRICH, Robert. Ataque (1956)

El valor es una actitud que se le supone a un militar. Cuando se carece de él no sólo no se es militar, sino que se es un cobarde. Y de eso trata la cinta, buena e intensa, como todas las de Aldrich, y tensa, muy tensa, muy propia de él.
Jack Palance es un buen actor, un poco sobredimensionados, siempre en el exceso, un poco histrión, pero cumple sobradamente, sobre todo en este tipo de papales de hombres excesivos, mayúsculos, sobredimensionados. Héroes improbables en escenarios inéditos.
Buena película, en definitiva.

miércoles, 11 de mayo de 2016

MANN, Anthony. Desesperado (1947)

Me gustan este tipo de películas. Sé que son un tanto alimenticias para sus autores, no son sus grandes obras, eran películas que les servían para aprender el oficio, poder tratar con actores, dominar la industria, adquirir experiencia... para poder hacer las películas que querían hacer años después. Pero su consumo es fácil, tienen un marcado sesgo propio, destacan de la medianía.
El tono en el que se desarrollan es el que se espera, su temática la de siempre: la epopeya de un hombre frente a su destino.

lunes, 9 de mayo de 2016

GONZALEZ IÑÁRRITU, Alejandro. El renacido (2015)

Me han encantado los paisajes, sólo a la altura de la de Sidney Pollack, la de Jeremías Johnson. Este es todavía más bonito, con esas nevadas, los ríos helados, magníficos decorados naturales 100 %.
Además, y lo he leído en alguna crítica, emplea un diafragma muy grande en la cámara, con lo que se aprecia mucha cantidad de pasaje.
La trama es un poco insustancial, pero se mantiene durante toda la cinta. Llama la atención la poca trama adicional que articula la película.
Es un poco larga, aunque realmente no sabes qué cortar, si es que me correspondiese a mi dicha función. Pero también es un poco pretenciosa, algo hay en ella de virtuosismo estéril, de grandilocuencia, de mire usted qué cosas soy capaz de hacer con la cámara. Una especie de juego circense, que a mi particularmente me cansa mucho.
La interpretación de Di Caprio es como se espera de este tipo de juegos malabares: pretende ser contenida, aunque el personajes no permite mucho minimalismo.
No hay prácticamente mujeres, que haya apreciado, y no hay muy pocos personajes.
Es una película que puedes ver, pero que no repetirías. No me parece una obra de arte, o una gran película. Está bien, es virtuosa, se deja ver, no cansa, pero no tiene ese nivel. Ni mucho menos. 
El director está de moda, de dulce, varios premios seguidos, Oscar incluido y esa aureola de 'lo nuevo' en una industria que reclama nuevos talentos cada muy poco tiempo para seguir con el guiringito en marcha. Y su perfil es el ideal para ello. Hombre del sistema, pero nacido fuera (es mejicano), y con experiencia en otros cines, España incluido.

§ 3.558. Pinky (Elia Kazan, 1949)

  Dura y seca. Aspera y amarga. Totalmente comprometida con mostrar una fealdad que en 1949 era mucho más cruda que en estos tiempos actuale...