viernes, 15 de enero de 2016

DEARDEN, Basil. La tercera llave (1961)

Director para mi desconocido. Incluso no conozco ninguna de las películas que ha dirigido. Lo cual no significa nada. Hay muchos directores que no conozco.
La historia es un tanto complicada, poco verosímil. Me ha gustado Steward Granger, al que siempre recordaré por Los Contrabandistas de Mooflied, de Lang. Estupendo esa elegancia británica en el porte, con expresiones faciales muy determinadas, muy marcadas, pero nada extremas, nada angulosas.
El guión es muy previsible, y su desarrollo razonable. Es una historia muy contada, en un metraje razonable. Pero no es especialmente brillante.

jueves, 14 de enero de 2016

DASSIN, Jules. Mercado de ladrones (1949)

Dassin es un cineasta peculiar, muy propio, en el "sistema" cinematográfico pero con voz propia. No es radical o estridente, pero tampoco es la medianía de 'lo de siempre'. Siempre rueda sobre la marginalidad de la cotidianidad. Un mercado, una ciudad, un negocio, y los aspectos sucios y periféricos de la cuestión. Subraya con énfasis todo lo que rodea la almendra del problema, pero sólo aquello que tiene que ver con suciedad del problema. El mercado que retrata sólo es visitando desde los negocios sucios que hace el coprotagonista, seguramente porque lo hace habitualmente, o porque es su mayor característica como vendedor de fruta, también, naturalmente, porque la normalidad no necesita ser mostrada en una película.
Es difícil que el resentimiento que siente el protagonista por el fraude que sufre su padre en un negocio anterior, le alimente para emprender el negocio/venganza que lleva a cabo. Pero más inverosímil es el cambio de amor que experimenta desde la dulce novia de pueblo que le espera para casarse a la gachí barriobajera y seudo putilla que sobrevive en un ambiente tremendamente hostil.

miércoles, 13 de enero de 2016

SIEGEL, Don. La gran estafa (1973)

Pues me encanta D. Siegel, casi todas sus películas son buenas cintas, entre ellas ésta. Que la había visto antes, seguro, seguro segurísimo, pero no en DVD, sino en la tele, pero hace mucho tiempo. Consigue desarrollar personajes propios de forma muy coherente, interpretar un discurso ágil y dinámico de manera muy eficaz, los minutos corren .a toda velocidad.
El guión es brillante, y las interpretaciones propias, algo importada alguna de ellas, pero en líneas generales está bastante bien.

martes, 12 de enero de 2016

Mc TIERMAN, John. Depredador (1987)

La recordaba algo mejor. Algo más inteligente, con más desarrollo, guión e interpretaciones. El impacto emocional de la historia no sostiene un segundo visitando. No es horrorosa, pero no es especialmente brillante.
Hay que ver de todo en el cine, hoy Rossellini, mañana Bergman, pasado Antonioni... y también Mc Tierman. No soy un apasionado de las películas de acción, pero hay que reconocer que es razonable ver alguna de vez en cuando. En el fondo es cine son emociones, y el contexto en el que se desarrollan las historias de acción patrocinan un tipo de cine muy particular.
En todo caso no me ha parecido especialmente buena. Mc Tierman tiene mejores películas, en su línea de acción bruta, pero mejores. Quizá la mejor de todas sea el Secreto de Thomas Crown...

lunes, 11 de enero de 2016

FULLER, Samuel. El kimono rojo (1959)

El tratamiento de los planos tan cercanos a los rostros es algo muy característico de Fuller. La historia no tiene mucho juego, y no está del todo bien presentada, infantil y poco evolucionada. Pero funciona. Al menos por un rato. El racismo no es una cuestión fácil de manejar en el cine. No siempre se consigue el tono lírico necesario para expresar lo que se quiere decir. En este caso la cuestión se complica porque no es un racismo típico. Además el momento en el que se produce la historia es recién acabada la guerra de Korea en 1950, sólo cinco años desde el fin de la II GM, y no hay ninguna referencia a esta cuestión.
Muy interesantes los planos iniciales y finales de las calles de Los Ángeles, llenas de coches, cines y locales de espectáculos.

domingo, 10 de enero de 2016

SCOTT, Ridley. Blade Runner (1982)

Película más mítica que buena, más valiosa desde el punto de vista emocional que de calidad contrastada, con más mensaje sugerido que efectivamente expresado... No acabo de verle la gracia. La he visto ya varias veces, de manera complete que recuerde tres, y ninguna de ellas me he quedado completamente satisfecho. Es cierto que sugiere un mundo emocionalmente muy diferente, que es capaz de transportarte a otro mundo, literalmente, pero no es el tipo de cine que me subyuga. La música es extraordinaria, muy reconocida, probablemente una de las bandas sonoras más identificadas con una película, muy similar a lo que ocurre con la del tercer hombre de Carol Reed. Es, además, un éxito internacional de Vángelis, hasta ese momento conocido pero no elevado a la categoría de mito, como ocurre tras esta película.
Harrison Ford, pues en el mismo papel que en la guerra de las galaxias. La chica se llama Sean Young, y aunque tiene algunas películas más, ésta es la suya más conocida.
La frase mítica de Rutge Hauer sí es cierto que ha creado toda una mitología, sobre todo, porque, al parecer, no figuraba así en el guión original, teniendo que expresar algo mucho más sencillo ante de morir de un balazo, y no como lo hace, atontándosele las 'pilas'. Su carrera sí es más sólida, llegando a las cien películas.
En definitiva, una cinta mítica que no le pondría, ni mucho menos, en mi lista ideal de las cien mejores de todos los tiempos.

sábado, 9 de enero de 2016

WYLER, William. Horizontes de grandeza (1958)

El agua, la película trata sobre el agua y los problemas que puede acarrear. Sobre cómo se afronta la escasez del líquido elemento parajes que carecen de ella y se necesita para dar de beber al ganado. Dos familias, dos fincas, dos ranchos enormes, con miles de cabezas de ganado, en medio una tercera finca que tiene agua y que de todo la vida ha permitido que abreven las reses de las dos fincas colindantes.
El extranjero que va a contraer matrimonio con la hija de uno de los dos terratenientes observa los roces de las familias desde una óptica práctica, intentando analizar las cuestiones no desde la emotividad, sino desde la razón, apoyando sus acciones en cabeza y no en músculo. Rehuye cualquier tipo de enfrentamiento con el Mayoral de la finca, secretamente enamorado de su novia. El conflicto está más que servido.
Excelente película, con un desarrollo emocional muy intenso aunque pausado, un guión excelente y una filmación escrupulosa. Wyler es, qué duda cabe, un excelente cineasta. Todas son películas son muy intensas, muy espesas, nada es causalidad, todo tiene trascendencia, no deja cabo sin atar.
Adopta una perspectiva como convencional para un Westher, no se trata del "más chulo del barrio", de "tiro porque me toca", sino de una posición moderna, racional, no emotiva, desapegada de la lucha, la fuerza y la potencia, más cercana a una situación madura, racional, potente pero callada, no alacarosa pero intensa.
Magnífica película, como todas las suyas.

§ 3.564. El hombre que cayó a la tierra (Nicolás Roeg, 1976)

  Experimento fílmico, poesía abstracta, sensibilidad postmoderna, sueños metálicos y sensacionalismo capitalista abusivo y sin sentido. Dis...