sábado, 23 de abril de 2022

§ 2.668. Buenos días (Yasujiro Ozu, 1959)

Primera aproximación a Ozu. Y no me ha convencido del todo, aunque le reconozco el mérito de ser capaz de rodar una historia  del día a día con sencillez, naturalidad y sin aburrir. La verdad es que la película se pasa volando...  Pretende un relato costumbrista de la sociedad nipona de la postguerra. Pobreza, normalidad, empleo, niños... Un retrato de la normalidad de la vida. Esperaba algo más lírico de él, quizá no épico, eso se lo dejamos a Kurosawa, pero con más tono. Parece una película de la España de postguerra. No necesariamente tienen que acontecer cosas para que sea una buena película, pero es que ésta no ocurre nada. Parece el asunto del día. 
No hay planos largos, grúas, extras a montones, caballos, armas o buenos y malos como las de Kurosawa. Es sencillez en los planos, en los encuadres, en el sonido, incluso en el color -muy brillante, por cierto, como si fuera un cuadro de Hooper-, y una forma de situar la cámara desde abajo, como para centrar las caras cuando los personajes están arrodillados. En esta hay pocos exteriores, si acaso una calle en mitad de la película, cuando se encuentran en los bares, y la calle en donde están situadas las casas prefabricadas.
Tengo que ver más cintas suyas para hacerme una idea de su filmografía, pero me parece un director muy prometedor.
Desde luego me gusta más esta sencillez que la complejidad artificial de Godard, por ejemplo. Bajo la aparente sencillez de sus planteamiento estético se esconde una belleza muy natural, de las de andar por casa, de las de verdad. Pero es una sencillez natural, nada forzada. Me ha gustado verla, aunque no creo que sea una película que vuelva a visitar, desde luego no muchas veces.

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