domingo, 25 de agosto de 2019

§ 1.685. Misión de audaces (John Ford, 1959)


La he visto hace relativamente poco. Pero esta vez me ha gustado mucho más. Más allá del duelo interpretativo entre Wayne y Holden, que es más explícito al principio y más 'sordo' luego.
La testarudez de John Wayne, del oficial al mando, sirve al fin pretendido...
Los secundarios funcionan, como casi todo en Ford. No hay practicamente personajes femeninos, excepto la casera de la casa del sur, interpretada por una, para mi, desconocida Constance Towers que interviene también en el Sargento Negro (1960) y en Una luz en el hampa (1964), además de en otras seis u ocho más. Su añagaza no es eficaz, su engaño es descubierto, de forma muy peculiar eso sí. Su pretensión de seguir intentando descubrir al enemigo es un poco ficticia, se hace dificil de creer, pero funciona en el cógido del cine.
La idea de someter a un estricto capitan a probar su propia doctrina no es una mala opción para una  trama cinematogra.
Ford es un maestro. Un auténtico maestro. Hace veinte días que la vi, y siempre se pueden ver cosas nuevas. Quizá si la viera mañana volviera a ver cosas que no he visto. Esa es su virtud, su gran virtud.
La capacidad de hacer una broma en un momento serio, su gran capacidad narrativa, el dominio de las escenas, de los encuadres, de la música. Lo tiene todo. Es, sin lugar a dudas uno de los más grandes de todos los tiempos. Y aunque nunca lo he considerado mi director favorito -Lang y Preminger, Huston, Wylder, y Willer (entre otros), tienen la culpa- cada vez que veo una cinta suya, mejor dicho, cada vez que revisiono una cinta suya mi criterio al respecto es menor firme... Me parece uno de los más sólidos.






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