Magnífica película del género, o mejor decir, subgénero de chicos malos de la calle redimidos por un padre muy de la calle. Un Pat O´Brian casi tan bueno en el papel como Karl Malden en las típicas de Elia Kazán, y un Cagney soberbio, frente a un apocado Bogart.
Cine en estado puro, setenta y cinco años después de haberse rodado. Cine del bueno, del único, del intemporal. Cierto es que te tiene que gusta el género y no es de los más agradables.
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