domingo, 2 de octubre de 2022

§ 2.775. Nuestros superiores (George Cukor, 1933)

 

No sé, la verdad. Me provoca un poco de rechazo y, a la vez algo de atracción. Es interesante y un poco aburrida. Por momentos tiene su gracia, y por otros se hace tediosa.
Entre comedia y situación sitúa esta para mi rareza de Cukor, que le tengo por un gran directo de mujeres y de lo que en los años treinta y cuarenta se consideraba comedia de situación. Es cierto que sus mejores obras funcionaron más tarde, casi 15 años más tarde. Puede considerarse una obra de iniciación, de aprendizaje, 
de alta ironía y un poco de plagio de las obras de Lubitsch.
El morbo de las parejas que bailaban charlestón bebiendo ginebra y con perlas en el cuello y en la muñeca tiene su gracia, su punto atrayente.
No reconozco a Constance Bennett, aunque, la verdad, la he visto en pocas películas. Entre ellas una muy particular, La mujer X , de  David Lowell Rich, y Hollywood  al desnudo, del propio Cukor. En ninguna de las dos la recuerdo con naturalidad e intensidad. Pero la sensualidad que muestra es difícil de olvidar, porque es natural y, a la vez, morbosa. Interesante mezcla.

sábado, 1 de octubre de 2022

§ 2.774. Desconfianza (Robert Z Leonard, 1948)

 

Interesante propuesta de cine clásico. Melodrama con tintes psiquiátricos, remordimientos, culpa, suicidio y resentimiento.
Magnífica Claudette Colbert y muy interesante Walter Pidgeon, gran actor.
Quizá era una cinta con más pretensiones, pero no se la ve vieja o pasada de moda. Antes al contrario, tiene una temática actual, rodeando el tema del alcoholismo y sus repercusiones en las relaciones familiares.
Es un drama en toda regla, pero se deja ver perfectamente. Me ha gustado mucho.

viernes, 30 de septiembre de 2022

§ 2.773. El pecado de Cluny Brown (Ernst Lubitsch, 1946)

 

Comedia de situación al servicio de los dobles sentidos, la pillería, la sorna, la risa fácil y el humor inteligente. Lo que era Lubitsch.
Todo al servicio de una Jennifer Jones que estaba siempre en todas las salsas, en todas... Acompañado por un Charles Boyer ya algo mayor pero siempre en su punto, y con Peter Lawford y Helen Walker.
Enredo, situaciones dobles, sátira social a la bienpensante clase alta británica y una cierta mofa de la lucha antinazi.
Como siempre Lubitsch no defrauda.

jueves, 29 de septiembre de 2022

§ 2.772. Primavera tardía (Yasujiro Ozu, 1949)

 

Sólo he visto otra película suya, Buenos días (1959), y no me gustó demasiado. De una lentitud no sólo exasperante, sino inconsecuente e inservible.
Sus característicos planos a ras de suelo son interesantes, aportan un punto de vista muy distinto de la forma de rodar usual entre los cineastas, planos cortos, con gran angular y con un centro de gravedad muy bajo.
Filmar la tranquilidad de la vida cotidiana no parece muy sugestivo, y quizá no lo sea, pero de lo que se trata es de conseguir que lo sea. Y eso precisamente es lo que consigue Ozu, que está considerado un grandísimo director.
No digo que no sea una cinta valiosa, seguramente está muy valorada, pero no es mi tipo de cine. Me agrada verla, pero no es el tipo de película que me gusta. No me conmueve, no me araña los sentimientos, y no se trata de la lentitud o del tipo de relación fría y distantes que mantienen los personajes. No, es que la forma de contarla me deja un tanto frío. Comparar esta cinta con Vivir de Kurosawa, que también es una cinta fría y de sentimientos tranquilos no es descabellado. Pero aquella, que vi hace tiempo la recuerdo con verdadero cariño, mientras que esta me va dejando frío. Desde luego es una desarrollo canónico, muy ortodoxo, nada artificial y muy sentido y sincero. Pero no es la forma de rodar que más me agrada. Probablemente no aprecio las cosas en su justo punto. Simplemente soy un aficionado a ver películas, sin más, sin pretensiones, sin ver las cintas porque hay que verlas. Por eso me es completamente indiferente lo que piense el público o la crítica sobre una cinta. No me influye, ni para bien, pues hay algunas películas que se consideran estupendas y a mi me han aburrido soberanamente, y al revés, películas que han sido masacradas por los gurús de esto a mi me han encantado. Cierto es que depende un poco del estado de ánimo con el que vea las películas. Si estoy muy cansado suelen no agradarme, y, sin embargo, si las veo a mediatarde de un día sin ajetreo las saboreo más.

miércoles, 28 de septiembre de 2022

§ 2.771. Stella Dallas (King Vidor, 1937)

Relato social en un King Vidor que ya había rodado "La Calle" y estaba a punto de comenzar su ascenso al estrellato de los directores imprescindibles.
Melodrama social y amoroso de tremenda fuerza y potencia afectiva. Con una Barbara Stanwyck en estado de gracia, siendo todavía muy joven y una recién llegada aunque ya con cierta experiencia. Comenzó unos años antes prácticamente con la llegada del sonoro. No sé, en realidad, si verdaderamente tiene alguna cinta silente. John Boles no me suena tanto. No he visto casi nada suyo. Es el típico actor de aquellas época.
Me ha gustado mucho el melodrama. El tono ligero en las formas pero profundo en el fondo es una mezcla perfecta para la expresión de los que pretende el director. 
Caracteres irreconciliables llevan a tomar una decisión drástica con respecto al matrimonio. Era de esperar. El sufrimiento y la renuncia permanente de la madre están muy bien trazados. Es un gran papel. Tiene algo de arrabalera, de mujer no ya sin cultura o formación, sino sin la más mínima urbanidad. Un papel de rompe y rasga, canónico, de gran actriz. El éxito social para ella es diversión, reconocimiento. Además se sitúa en algunos momentos fuera de lugar, poniéndose a ella y a su hija en situaciones comprometidas.
Para el padre es trabajo, discreción, cuidar de su hija en valores distintos a los de la madre. Lo de todos los días, vamos.
Era, al parecer, una de las películas favoritas de Akira Kurosawa. No llego a alcanzar por qué.

martes, 27 de septiembre de 2022

§ 2.770. ¿Quién llama a mi puerta? (Martin Scorsese, 1967)

 

En el minuto 9 de la cinta Scorsese nos confiesa su adoración por John Ford y su "Centauros del desierto", y por las películas del Oeste en particular. Debut del director y de su protagonista, un jovencísimo Harvey Keitel, y una desconocida para mi Zina Bethune, que solo hizo cuatro películas, dos de televisión.
No es de las que más me han gustado de él. Es curioso, pero esta es la última película que me quedaba de él por ver.
Tiene algo de esas repeticiones y diálogos claustrofóbicos que a veces arruinan, a mi juicio, sus películas. Es para mi un director contradictorio. Creo que tiene cuatro o seis obras realmente maestras, junto con otras muy 'cansadas' que, sinceramente, me han aburrido una barbaridad. Una carrera muy larga, prolífica y llena de éxitos, polémicas y de algunos fracasos.
Un catolicismo totalmente trasnochado: moral estilizada para sí mismo pero exigente para los demás, todo ello rodeado de una mística absurda y aburrida que valora más los ritos que la profundidad de las creencias y los sentimientos. Católico sí, pero divorciado y cocainómano. En fin, toda una contradicción.
Creo, sinceramente, que es un director tremendamente sobrevalorado. Tanto por público como por crítica. Me recuerda bastante a lo que ocurre con Polansky, que junto con películas verdaderamente estupendas tiene otras, a mi modestísimo juicio, bastante mediocres. Pero supongo que a lo a mi me parece mediocre a otros lo entenderán como una obra maestra.
Esta de Scorsese, que es lo que aquí ahora nos trae es totalmente prescindible. Para los muy Scorsesianos quizá pueda apreciar que sus temas recurrentes ya estaban aquí, que la forma de mirar por la cámara tiene tal cualidad o que los enfoques, encuadres y tomas tiene tal o cual característica, pero para un mero aficionado como yo todo eso no tiene demasiada importancia. Ni soy un cinéfilo, ni lo quiero ser. Ni soy un experto ni lo quiero ser. Simplemente me gustan las películas e invierto un tiempo en su visionado, con un cierto orden de directores eso sí. Pero nada más. Por eso digo que esta cinta es un coñazo. Punto.

lunes, 26 de septiembre de 2022

§ 2.769. El gran silencio (Sergio Corbucci, 1968)

 

He visto cosas de Corbucci, y me han gustado. Ésta pasa por ser una gran obra, carismática y mítica. Con música del Ennio Morricone, amena aunque poco ambientada. Es, cono todo, una película singular, en un escenario nevado, algo muy peculiar para una obra del Spaguetti Western.
Me ha gustado mucho. Tiene un aire sombrío, oscuro. Que esconde algo, que oculta quien es, y por qué no pronuncia palabra alguna.
El papel de cazarecompensas 'loco' le va perfecto a Klaus Kinski, un tipo peculiar donde los haya. El Gran Silencio es Jean-Louis Trintignant, fallecido este verano.
El conjunto de la obra es interesante, tanto por el escenario como por el desarrollo.
Intentar ver una lectura política en la película es, cuando menos, arriesgado. Y ver aquí una alegoría de Malcon X o de el Che Guevara me parece, sencillamente, una exageración y una memez. Es una película del Oeste, algo peculiar, pero una película del Oeste.

§ 3.390. Sacco y Vanzetti (Guiliano Montaldo, 1971)

  Una muy buena película, con una crítica dura al sistema político americano, su aversión a los sindicatos libres de trabajadores y a todo l...