jueves, 30 de junio de 2022

§ 2.743. La gran jornada (Raoul Walsh, 1930)

 

Una epopeya del Oeste. Una verdadera joya que tiene 92 y dos años. Y se ve perfectamente, tanto desde el punto de vista estético como argumental. Preciosa y muy entretenida. He visto películas actuales que no se le acercan ni de broma desde el punto de vista narrativo. Muchos actores, muchos extras, grandes planos, caballos, indios, ríos, agua, ganado. Impresionante. Me parece de una modernidad y de una actualidad fascinante.
Por momentos me recuerda a los dos Cimarrón. La de Anthony Mann de 1960 y la de Wesley Ruggles de 1931, sobre todo en los viajes, en las escenas de caravanas.
Más que revisitar los tópicos del oeste esta película los crea. La mandadas de bisontes, el cruce del río, las caravanas, la animadversión de varios antagonistas, la solidaridad de los colonos, los exploradores indios... Es un canon de cintas del oeste en ese subgénero que constituye la colonización de las tierras del oeste, especialmente en Oregón.
El reconocido primer papel protagonista de John Wayne, que se desenvuelve perfectamente. No le queda grande el papel, ni mucho menos.
Una película espléndida.

miércoles, 29 de junio de 2022

§ 2.742. El fuego y la palabra (Richard Brooks, 1960)

 

Vaya carrera la de Brooks, Impresionante.
Esta es una de sus obras cumbre, un clásico del cine. Con muchas pretensiones, 150 minutos es un metraje sólo para los cineastas muy dotados, y él era uno de ellos.
Esta es una película que debe leerse en su propio contexto, una sociedad muy depauperada, sumamente empobrecida, que ha perdido su hegemonía en el mundo y que necesita algo en lo que creer. La novela de Sinclaer Lewis se publicó en 1926 ya presentía la dureza de la Gran Depresión en unos EE.UU. desencantados, sin llegar a abordar el papel estelar que luego, tras la IIGM, acogió con total intensidad.
La película es demoledora con los charlatanes que usan la religión para lucrarse, pero siempre queda la duda tras su visionado de si no se estará refiriendo a todas las religiones. Al final no sabes muy bien si el espectáculo de la religión es más una empresa, que factura y obtiene dividendos, que un planteamiento ideológico.
A medida que transcurre la película se va acentuando más y más el perfil comercial de la religión, aunque no se aprecia el enriquecimiento de los que mueven los hilos. Pero es evidente que detrás de todo esto hay una respuestas muy clara: el dinero es el motor de todo el tinglado.
Jean Simmons está muy metida en el papel, pero no consigue, ni por asomo, ensombrecer el papelón de Burt Lancaster, magistral como siempre y, en este papel, como nunca.
Es un poco larga, no entiendo la necesidad de superar los 120 minutos, que ya parece suficiente para contar lo que pretende exponer.

martes, 28 de junio de 2022

§ 2.741. Sonata de otoño (Ingmar Bergman, 1978)

 

Una de las más célebres del último Bergman. Y prácticamente el último éxito de Ingrid Bergman.
Duelo interpretativo entre la más volcánica Ingrid Bergman, y la más 'cold' Liv Ullmann, a ver cuál de las dos mantiene mejor el tono. Una película actoral por encima de todo, en el que el peso recae en las actuaciones, no tanto en el guión, aunque sí en los diálogos, que son un verdadero prodigio, probablemente perfectamente leíbles en un ensayo, quizá mejor en una obra de teatro.
Sentimientos de culpa, represión del verdadero yo, celos y amarguras, sucesos daños enterrados en el pasado, recuerdos dolorosos, madre ausente en la infancia y en la juventud. Otra hija discapacitada, y en la pareja más joven un hijo muerto con cuatro años. Seguramente circunstancias de la vida pero que llevadas a la trivialidad del día a día se muestran dolorosas e incapaces de remontar. Todo un cúmulo de sentimientos que se narran de manera suave, desde el corazón. 
La frialdad de las relaciones personales y sentimentales de los suecos, de los nórdicos en general, probablemente sea una forma peculiar de abordar las situaciones de la vida. Algo alejada de nuestra forma de ver las cosas. Y desde esa frialdad es, probablemente, más difícil abordar algunos problemas, aunque, también probablemente, más fácil acometer otros.
No sé por qué, pero creo que todo el mundo puede recocerse, en parte naturalmente, en las relaciones entre las protagonistas. Hay algo intemporal en ello. Pero la forma tan cruda en que se muestra es desgarradora. Por ello inolvidable, pero aterradoramente veraz.
Me ha parecido soberbia. Absolutamente soberbia.

lunes, 27 de junio de 2022

§ 2.740. Fugitivos del desierto (J. Lee Thompson, 1958)

 

Una de las primeras del bueno de J. Lee, antes de convertirse en una sombra de sí mismo haciendo cintas absolutamente prescindibles y casi paródicas.
Tiene ritmo, densidad y profundidad, buen diálogo y plantea un tema más que interesante, la resistencia al estrés de combate mediante la bebida. A través de ese tema construye la historia, bien narrada, sobria y nítida. Me ha gustado. Este J. Lee es otra cosa. No sé qué le ocurrió o cuándo, pero empezó a perder pie y nunca recuperó la claridad expositiva y narrativa.
Interesante John Mills, muy en el papel de militar británico, alcoholizado, Sylvia Syms es la enfermera. Anthony Quayle es el misterioso personaje sudafricano que se encuentran por el camino, misterioso, orgulloso y algo tenebroso. Por último Harry Andrews en un papel que le queda muy bien. 
Hasta "Los cañones de Navarone" (1961) su carrera era muy interesante, tres muy buenas películas. El éxito descomunal de esta última quizá distorsionó sus pretensiones, su camino, su futuro. A partir de hay alterna obras mediocres y prescindibles, con cintas interesantes pero sin excesiva calidad. El cabo del terror (1962)  y  Una llamada a las doce (1965) son sus dos últimas grandes películas.

domingo, 26 de junio de 2022

§ 2.739. El prisionero de Zenda (Richard Thorpe, 1952)

 

Un "capa y espada" algo moderno, pero con verdadero espíritu "espadachín". Nobleza, belleza, impostura, y engaño. Cine, en resumidas cuentas.
El reparto es escandaloso: Stewart Granger, un magnífico actor que se encasilló en este tipo de papeles, que los borda. James Mason, un auténtico todo terreno, capaz de interpretar cualquier papel. Una guapísima Deborah Kerr, algo hierática y poco natural, con falta de expresividad, y una entre atractiva y misteriosa Jane Greer, con un par de secundarios: Lewis Stone, y Louis Calhern.
Me ha gustado. No es la mejor de 'capa y espada' pero se ve con deleite y diversión.
Algo hierática he visto a Deborah Kerr, y también a Jane Greer. No sé si es el tipo de película, o sus propias dotes interpretativas, porque ambas actrices tiene películas soberbias, con una carga actoral tremenda.

jueves, 23 de junio de 2022

§ 2.738 Otra mujer (Woody Allen, 1988)

 

Una de las viajes de Allen a la intimidad. Relaciones adultas, amores sobreentendidos, sentimientos de culpa, mirada hacia atrás de la propia vida, relaciones pasadas y oportunidades perdidas.
A lo mejor lo deseable en esta vida es no engañarse a uno mismo, nunca, bajo ninguna circunstancia. Porque si lo haces, antes o después vas a tener enfrentarte con la realidad.
El reparto es extraordinario: Gena Rowlands, que está soberbia, como siempre, Gene Hackman en sus mejores años, Mia Farrow,  que parece que está de comparsa y el sólido y siempre eficaz Ian Holm. Allen no tiene papel, como suele ser habitual en esa época.
De las de Allen me gustan más estos dramas de aquellos años que las comedias de situación de las que abusa recientemente. Es mejor rodando emociones introspectivas que las comedias vertiginosas y llenas de ritmo que parece ser su sello actual. Es difícil, por otro lado, encontrar un cineasta que sepa combinar con tanta soltura y energía estos dos mundos tan diferentes entre sí.

§ 2.737. Piggy Banks (Morgan J. Freeman, 2005)

 

En la estela de "Asesinos natos" y otras 'obras' de culto a la extrema violencia. No sé muy bien a dónde va, ni tampoco entretiene demasiado. No me parece excesivamente buena. 
No es el actor, aunque tiene el mismo nombre. Tiene varias películas y, al parecer, la primera de ellas es bastante célebre, con premios del cine independiente americano.
La psicopatía juvenil ensalzada, aunque sea indirectamente, como vehículo para contar una historia. Hay algo que no cuadra. La belleza de los hermanos, la naturalidad humana con la que se mueven y comportan y los sentimientos humanos que tienen. Quizá sea eso, precisamente, lo que quiere mostrar el director. Que el asesinato puede albergarse en cualquier lugar, anidar en cualquier persona. No me parece ni siquiera interesante.

§ 3.390. Sacco y Vanzetti (Guiliano Montaldo, 1971)

  Una muy buena película, con una crítica dura al sistema político americano, su aversión a los sindicatos libres de trabajadores y a todo l...