sábado, 25 de septiembre de 2021

§ 2.468. Peligro inminente (Phillip Noyce, 1994)

 

La vi hace muchos años. No la ha tratado especialmente mal el paso del tiempo. Es de aventuras, política, drogas y dinero... Un poco lo de siempre. Para tener tantos años algunas imágenes de aviones, helicópteros y demás son muy realistas.
Es un personaje a la medida de Han Solo, vaquero del espacio y ahora metido a aventurero en la CIA, le queda que ni pintado a Harrison Ford. Willem Dafoe no da su mejor versión, ni mucho menos. Es un papel plano, sin emotividad, sin expresividad.
Aunque parece un poco larga, 140 minutos de metraje, al final no se hace pesada. Pasan muchas cosas y hay que contarlas.
Se deja ver.

viernes, 24 de septiembre de 2021

§ 2.467. La cicatriz (Steve Sekely, 1948)

Cine negro clásico: atraco y femme fatale. Un director para mi totalmente desconocido, no tenía ni idea de quién era. Húngaro de nacimiento emigrado a EE. UU. donde continuó su carrera como cineasta.
Un reparto excepcional con Paul Henreid y Joan Bennett como principales reclamos, estrellas rutilantes del cine clásico, de las verdaderamente reconocibles por su trabajo.  A Henreid no le recuerdo ningún papel haciendo de malo, o de perverso. Parece santificado por Casablanca y su papel tan estelar que cuesta verle en otros roles. Bennett no está tan perversa como en las de Lang, ni tan bella.
Un guión interesante, diálogos muy del género y un tratamiento noir de todo el espacio y el tiempo, incluyendo un blanco y negro más que decente, con luces y sombras que acentúan y subrayan los aspectos dramáticos en los momentos estelares de intensidad emocional.
Las escenas en las que se reconoce en el espejo e idea el plan son brillantes. También cuando se superponen los planos para que aparezcan los dos personajes.
No se por qué, pero creo que la película no tuvo que funcionar en taquilla. Hay algo que no se ve redondo en ella, que no funciona del todo. La sencillez en el planteamiento quizá, la dificultad para llevar a buen puerto la suplantación. La falta de credibilidad de la femme fatale, que es extremadamente perversa en el fondo pero demasiado suave en las formas cuando la auténtica es justamente al revés: dura en el trato pero de buen corazón, con fondo y más agradable de lo que podría parecer. En este caso la condición de mala no se la otorga la ambición de poder o de control, sino la necesidad de superar una vida normal, aburrida y trabajadora.

jueves, 23 de septiembre de 2021

§ 2.466. El mensajero (Joseph Losey, 1971)

 

Tiene hechuras de ser una gran película. Un director espléndido, un guionista de altura (Harold Pinter, sobre una novela de L.P. Hartley), unos actores de campanillas y (Julie Christie, Alan Bates, Margaret Leighton, Michael Redgrave, Dominic Guard, Michael Gough, y  Edward Fox) una música preciosa creada por un gran compositor (Michel Legrand). 
Y lo es. Rodada con esmero, dedicación, con ese tono acrisoladamente inglés tan bonito, con un atrezo maravilloso: trajes, carruajes, escenarios, objetos, decorados, casas... Todo está muy logrado. Delicada y, a la vez y sin ser contradictoria, ruda en su mensaje, en su discurso, en el contenido moral que subyace. No es que el autor pretenda moralizarnos, nada más lejos de la realidad, sino simplemente narrar una realidad desconocida por la mayoría de los humanos: los problemas amorosos de unas jóvenes que desconocen la realidad en que se movían, alejados totalmente de la sociedad y de sus esperanzas y expectativas. Ese amor, esa pasión, esa carnalidad carece de realidad cuando no se conecta con una vida real.
Un poco lenta, contemplativa, a veces un tediosa, sobre todo en las transiciones de historia a historia y con ese punto de metraje de más que hace que sea, por momentos,  poco digerible.
No es, a mi juicio, lo mejor de Losey, ni mucho menos. Un director que a la altura que rodó esta ya había filmado sus mejores cintas, algunas realmente soberbias.

martes, 21 de septiembre de 2021

§ 2.465. The french connectión (William Friedkin, 1971)

La vi hace no menos de veinte años. Y no recuerdo prácticamente nada de ella. Algunas escenas, la mítica en el metro con Fernando Rey y quizá alguna más.
Un canon de cinta de policías de los 70. Intensa, con pretensiones de thriller, escondiendo el juego principal de la trama y manteniendo al espectador centrado en la película. Bien rodada, con un estilo directo y sincero, con ese estilo que a veces recuerda a un documental. Es una apuesta segura.
Director luego célebre al que esta película y El exorcista solo dos años más tarde le encumbraron tanto en la taquilla como en la crítica. Más tarde hizo cosas no tan notables.
Un reparto de auténtico lujo: Gene Hackman, Roy Scheider, y Fernando Rey como argumentos principales. Los tres en estado de gracia, especialmente Hackman que cuanto más le veo más me gusta como actor, sobre todo esos primeros años de los setenta, hasta mediados de los ochenta que ya derivó en un actor más comercial y dedicado a películas más simplonas y facilonas, repetitivas y esteriotipadas. Pero en estas películas de los 70 todo era nuevo para él y literalmente se metía dentro del papel que le tocaba. En esta con su sombrerito a medio camino entre un panamá y una boina es todo un canon de detectives de la época. Rudo y violento si hace falta, incluso algo resentido con los mafiosos por algo personal acaecido hace años, pero que intenta ser buen profesional.
Fernando Rey es un señor de cine. Todo lo que hace lo dota de un empaque y una majestuosidad que no necesita intensidad ni artificiosidad. Para él es natural moverse como se mueve, hacer lo qeu hace. Ser actor es ser como él es. 
Roy Scheider es un actor más limitado que sus dos compañeros, a mi juicio. Muy de la época, de los 70 y 80, siempre al abrigo del cine comercial. Un actor de carrera larga pero no especialmente brillante.
Una muy buena película, a la que el tiempo no ha dañado, incluso los aspectos más morales no han cambiado. Aunque un punto racista sí que tiene la película, sobre todo en el tratamiento de los negros drogadictos y el abuso policial que parece entronizar la cinta. El comportamiento policial narrado no tendría hoy el más mínimo pase.

lunes, 20 de septiembre de 2021

§ 2.464. La resaca (Bruno Ve Sota, 1955)

Argumento interesante, un desarrollo convencional, un poco trillado para un thiller, pero efectivo y resultón. Sin más. No muy convincente y algo repetitiva, subrayando mucho los aspectos importantes de la cinta, pero dejando que los personajes respiren, se desarrollen. Mezcla además dos historias al comienzo que no favorece un desarrollo armónico. En una película tan corta no parece una buena idea. 
Un reparto interesante: Jayne Mansfield, Kathleen Crowley (una actriz para mi desconocida, con sólo veinte películas entre cine y televisión), John Carradine, y Lawrence Tierney (con esa cara tan poco expresiva y característica de los policías del género) como principales argumentos.
Claramente película de Serie B pero que no ha alcanzado las cotas de originalidad o frescura que otras de la misma época. Metraje muy contenido. Estoy obsesionado con una idea, pero insisto en ella varias veces: debería existir algún tratamiento diferencial para los filmes de menos de 75 minutos, porque son legión los de Serie B que duran justo un par de minutos menos de esa longitud. Acomodar en una sesión doble de tarde dos cintas no exige que una de ellas tenga que duran menos de una determinada duración.

domingo, 19 de septiembre de 2021

§ 2.463. San Quentin (Gordon Douglas, 1946)

Drama carcelario con pretensiones educativas y propagandísticas de poco metraje que tiene el interés de ver las primeras de su director, para mi magnífico, de esos de la industria que saben hacer de todo y se vuelven imprescindibles en el sistema de los estudios.
Bien ambientada, con buenos extras y un desarrollo rápido y que va al grano directamente, con sólo 66 minutos para demostrar que sabes hacer las cosas. 
Se deja ver aunque sabes desde el comienzo que la moraleja es lo que sustenta la cinta, su razón de ser y probablemente en cumplimiento de un encargo, más o menos directo o indirecto a los estudios, por la fecha, la temática y su mensaje.
No es de las peores del género, está rodada en un blanco y negro muy típico y no decepcionará a los amantes del cine negro.

 

§ 2.462. Miedo en la tormenta (Cornel Wilde, 1955)

Una historia muy bien trazada, narrada y ejecutada. Cine negro de autor, similar en su temática a "El último refugio" (Raoul Walsh, 1941) con la que tiene algo más que similitudes. La misma historia, aunque ambientada en el Oeste, la desarrolla años después André De Toth en "El día de los forajidos" de 1959.
Planteada prácticamente como una obra de teatro, con pocos personajes en una situación claustrofóbica, un desarrollo lento en donde priman diálogos y miradas, carga actoral en esencia, y la mirada del niño como principal punto de vista.
Es la primera película que dirigió Cornel Wilde, muy reconocido actor, especialmente de cine negro, de los años cuarenta y cincuenta. No fue muy prolífico en la dirección, dirigió solamente ocho películas. Sólo he visto suya Playa Roja, de 1967, que la recuerdo vagamente como una eficaz película de guerra.
Protagoniza por él mismo con su mujer en la vida real, Jean Wallace (guapa rubia con cara angelical), en el papel femenino protagonista, acompañado por el siempre eficaz Dan Duryea, además de Lee Grant, David Stollery, Dennis Weaver y Steven Hill.
Un resultado eficaz, sincero y entretenido. Me ha gustado mucho, pero no creo que se sitúe muy algo en la escala de obras del género. A los muy aficionados al género sí nos agrada, pero seguro que no tanto a lo no tan aficionados.

§ 3.405. Tristeza de amor (Eduardo Mallorquí, 1986)

  Recuerdo algunas noches cuando se emitía la serie y me quedaba a ver algún capítulo. La música es preciosa, la canción en realidad.  Vista...