domingo, 31 de marzo de 2019

§ 1.602. Fugitivos rebeldes (Hugo Fregonese, 1954)


Me ha parecido más interesante de lo que pensaba. Director para mi desconocido, narra correctamente una historia sencilla pero con matices que la acomplejan y la llenan de matices y sabores. Me ha gustado mucho. Tiene truco, porque creo que Van Heflin es un actor de una pieza, todo lo que hace tiene sentido, no hay película suya que no me guste. Me parece que no tiene el reconocimiento que merece, pero tiene un montón de cintas de calidad. No tenía una cara muy llamativa y el que fuera pelirrojo quizá le limitaba en los papeles de americano clásico, pero no hay duda de que es uno de los grandes. El duelo interpretativo con Richard Boone es notable. Otro actorazo de una pieza, otro grande, este sí más encasillado en papeles del oeste, pero grande grande de verdad. También interviene  Anne Bancroft jovencísima, prácticamente irreconocible. Sobre todo si te tiene el arquetipo de "El graduado" de 1967. Por cierto, es una mujer que ha trabajado una barbaridad; no piensas que ha intervenido en tantas cintas hasta que no te fijas, pero la verdad, tiene un montón de películas. También aparece Lee Marvin joven todavía y con mucha carrera por delante.
A Fregonese se le tiene por clase media con recursos, dotado para el cine pero sin romper el techo de cristal de la gran industria. Argentino de Mendoza trabajó también mucho en España, pero no gozó nunca de una gran popularidad.
La cinta esta bien rodada, con un metraje muy civilizado, actuaciones comedidas y bien centrado todo alrededor de la historia del capitán. Interesante, mejor película de lo que parecía. Uno de esos Westher que no forman parte del ideario de los mejores del género, pero de gran calidad. Me ha sorprendido, me ha gustado mucho.

§ 1.601. El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone, 1966)


No la recordaba tan larga, ni tan simple. La tenía por más compleja, en las relaciones entre los personajes, en la trama hacia el dinero, en su planteamiento estético. 150 minutos son muchos para tan poca sustancia. Ni siquiera la crueldad está bien matizada, bien expresada, es sencilla, vulgar, basta, como de andar por casa, todo muy normal. La cotidianidad del mal, podríamos decir. Me he fijado en Eli Wallach con detenimiento, y este tipo de papeles le van estupendamente, están hechos para él. La música, todo un clásico, y la estática general muy lograda, en su género, pero lograda.

jueves, 28 de marzo de 2019

§ 1.600. El susto (Alfred L. Werker, 1946)


Estupenda p elícula, dentro del canon que se pretende, dentro de lo que se espera de este tipo de cintas. Un terror suave, con cánones muy definidos del bien y del mal, que crea un cierto climax creciente a la espera del desenlace, siempre buenista.
Vincent Price en su papel de siempre, con una sensual y peligrosa Lynn Bari, actriz muy encasillada en papeles de mala malísima, no quizá una 'femme fatale' en su justo término, pero terrorífica.
Se deja ver y tiene un buen metraje.

martes, 26 de marzo de 2019

§ 1.599. El cielo rojo de Montana (Joseph M. Newman, 1952)


Entretenida película de aventuras. Con un trio más que correcto: Richard Widmark, Jeffrey Hunter y Richard Boone, con la presencia femenina de Constance Smith, que es una actriz correcta.
Narra las aventuras, mejor dicho las desventuras, de un equipo de bombero de élite que se tiran en paracaídas cerca de los fuegos de las montañas para conseguir atacar al fuego lo más cerca posible. Uno de ellos sobrevive a uno especialmente dañino, muriendo todos los compañeros. Él es el único superviviente, y otro bombero le acusa de haber abandonado a los hombres, entre los que se encontraba su padre. Él no recuerda nada, y aunque la investigación oficial le exculpa de todo error el hijo no se lo quiere creer, acude al lugar del fuego y descubre una esclava con el nombre de su padre en un lugar diferente al que el protagonista dice haberles abandonado. Tiene que producirse un nuevo fuego y encontrarse los dos hombres solos para que ambos comprendan todo lo que sucedió.
Interesante película de aventuras algo peculiar por la temática, aunque el fondo es, como no podía ser de otra forma, el de siempre: la superación del hombre que se crece ante las adversidades de la vida, de los imprevistos, de lo que no se puede controlar. Widmark está como siempre, corrientísimo, en su papel y en forma. Es un actor mejor de lo que pudiera parecer, mejor que la fama que tiene. Jeffrey Hunter, la verdad, es tan plano como siempre, no sé cómo pudo hacer Centauros..., quizá, simplemente, salió como salió por cosas que nada tenían que ver con él y su actuación.

lunes, 25 de marzo de 2019

§ 1.598. El gran Jim McLain (Edward Ludwig, 1952)


Película claramente propagandística. De 1952, época muy peculiar, guerra fría en su momento más álgido.
No pensaba que Ludwig participara de este apelare, pero mira, seguro que tenía que comer. Era un ruso llegado a EE.UU. para rodar películas, como otros tantos. 
El mensaje es inequívoco, durísimo, pétreo. No se puede perder ni un solo minuto en la búsqueda de los fieros comunistas, ni siquiera en Hawai, a donde se dirige Wayne a buscar malos. Allí conoce a Nancy Olson, gran actriz muy conocida por su participación en Sunset Bulevar, de Wilder, en la que hacía de ingenua telefonista, o secretaria.
En esta está más madura, más guapa, segura de sí misma y menos candorosa, menos ingenua, menos idiota.
No tiene mucho más que ver. Bueno, ni siquiera tiene algo a lo que agarrarse. La verdad es que las otras suyas que he visto: El último Gánster (1937); Batallón de construcción (1944) y El Gavilán pistolero (1963) no me han parecido nada del otro mundo, quizá la de Batallón sea más o menos visible, pero las demás no merecen la pena, bajo ningún concepto.
Debía ser un hombre de la industria, un director que rodaba en la época en la que se rodaba a todas horas, toda clase de temáticas, con toda clase de actores, en todos los días de las semanas... produciendo centenas de películas para un consumo masivo de cine, consumo industrial.

domingo, 24 de marzo de 2019

§ 1.597. Consejo de guerra (Bruce Beresford, 1979)


Muy interesante película. Muy bien trazada, muy bien narrada, con unos flasback muy estructurado, que dan sentido a toda la película.
Temática difícil, en un ambiente muy cerrado, claustrofóbico, con un trasfondo político evidente: la lucha entre el imperio británico y holanda en la Guerra de los Bóers en sudáfrica, en donde se ven implicados tres militares australianos acusados de hacer algo que todo el mundo hacía: matar prisioneros en la guerra. Pues bien a estos pretende sacrificárseles para favorecer que los Bóers tengan un cierto respeto en las instituciones judiciales británicas y así favorecer una eventual mesa de negociación para entablar un proceso de paz que lleve a la finalización de la guerra.
Además la represalia se produce en un guerra de guerrillas, donde los bóers han impuesto un modelo de confrontación no abierta, no directa, sino encubierta, de ataque y retirada, de hostigamiento puntual, imprevisto y rápido. El tema básico que subyace es el cumplimiento de las órdenes impartidas por un superior en campaña. Si se acredita que la orden existía, es decir, si se demuestra que un superior había impartido la orden de fusilar a los prisioneros de guerra el veredicto de inocencia es el único posible.
Me ha gustado mucho, a pesar de ser una película de temática muy reconocible y del anticipo del final, nada sorpresivo por otra parte.
Lo interesante es que está basada en hechos reales, y por muchas licencias que hay cometido el escritor de la novela o el guionista o el director de la película, no hay duda que espanta la elección que tienen que realizar en acción. 
Como dice el abogado en el juicio, lo pernicioso de la guerra no es que hombres malos o desequilibrados realizan en combate actos deplorables, lo bárbaro, lo impensable es que bajo presión los hombres normales realizan actos impensables. Eso es precisamente lo que la guerra es. Esta o aquella, la del siglo XIX o la del XXI.
Director sólo conocido por mi por Paseando a Miss Daisy (1989). Tendré que ver más películas suyas, porque recuerdo muy la vez que vi aquella y esta me ha gustado especialmente.

§ 1.596. Los últimos Comanches (André De Toth, 1953)


Buena película de un director que cada vez me gusta más. Esta vez con indios y tiros a la desesperada. No es su mejor cinta, peor se deja ver y tiene ese algo que te permite disfrutar una hora y media de una historia interesante y atrayente. Luego aprecias que quizá no era tan buena como creías, pero eso lo sabes después de que la has visto.

§ 3.390. Sacco y Vanzetti (Guiliano Montaldo, 1971)

  Una muy buena película, con una crítica dura al sistema político americano, su aversión a los sindicatos libres de trabajadores y a todo l...