domingo, 25 de noviembre de 2018

§ 1.474. CURTIZ, Michael. El muchacho de Oklahoma (1954)


Una más del Oeste, una más de Curtiz. Gran director, versátil y polivalente. Húngaro de nacimiento, americano de adopción, uno de que mejor conocía la industria del cine.
Esta es una más. No tiene nada de particular. Un shérif que no sabe disparar en el oeste. Nancy Olson como estrella femenina y un desconocido para mi Will Rogers Jr. (que solo hizo tres películas)


jueves, 22 de noviembre de 2018

§ 1.472. TOURNEUR, Jacques. El jinete misterioso (1955)


66 minutos de Tourneur, son muchos pero en este caso se hacen cortos. Una el Oeste mas, pero con algo, a veces recuerda a El Dorado o Rio Bravo.
Me gusta mucho Joel McCrea, un clásico del Wester. Una historia muchas veces contada: juez nuevo llega a una ciudad dominada por un arrogante padre de familia consentidor de los abusos de uno de sus hijos, acusado de asesinato. Pretende llevarle a juicio, y lo mejor que se le ocurre es sacar al prisionero de la ciudad dominada por su padre y llevarlo a otra ciudad, para buscar un jurado imparcial.
Música interesante. Buen guión, excelente fotografía, pero muy mal color. Con unas intensidades excesivas, poco naturales.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

§ 1.471. CANNON, Danny. Phoenix (1998)


Una de tantas de policías corruptos y corrompidos. En esta caso quieren robar a un prestamista para salvar las diferentes deudas que cada uno de ellos tiene: unas de juego de uno de ellos, otro las tiene de ego, otro de no se sabe qué...
No es que sea mala, pero no especialmente buena...

martes, 20 de noviembre de 2018

§ 1.470. EGOYAN, Atom. Cautivos (2014)


No me ha gustado demasiado. La temática me repugna y no creo que esté bien rodada. Nada como el rapto de Bany Lake, o Niebla en el alma. Además esa obsesión por contar las cosas a trozos, sembrando migitas de lo que va a ocurrir para que el espectador recuerde dentro de un rato lo que pasó hace tiempo. No lo entiendo, la narración lineal es más fácil de entender y, por eso, de llegar al espectador. Tarantino lo hizo genial en aquellas Jackie Brown, aunque no es exactamente lo mismo, no es exactamente idéntica situación de rodaje.
Además la mezcla entre el rapto de la niña y el de la policía complica demasiado el relato, ya no sabes si se trata de un rapto de una niña o de otra cosa.
Los maníacos que organizan el club de depravación no parecen muy listos, aunque sí organizados.
Tiene además otro defecto. Que tiene continuos fhlasback, y cuando ya está secuestrada la mujer policía aparece de nuevo.

§ 1.469. POLANSKI, Roman. La muerte y la doncella (1994)


La había visto en la tela hace mucho tiempo, y me impresionó bastante. Esta vez, después de muchas más de 1500 película me parece mejor que lo que recordaba. Al final no sabes si realmente era un torturador o si es una obsesión de la protagonista. En todo caso es una disección de la tortura y sus secuelas. Un ambiente obsesivo, circular, enfermizo, totalmente opresivo, brutal en sí mismo. Sigourney Weaver lo borda, y Ben Kingsley lo hace muy bien. Es un gran actor, de método, clásico, de siempre. El que veo más fojlito es Stuart Wilson, que hace lo que puede.
La confesión de él al final de la película es todo un retrato del poder enfermizo, de la deriva totalitaria del poder, de la tortura y de la culpa.
La impunidad de la tortura es una culpa que todo país debe expiar.

domingo, 18 de noviembre de 2018

§ 1.468. HATHAWAY, Henry. El demonio del mar (1949)


Qué película más bonita... qué bonita es la vida, el aprendizaje, qué duro resulta a veces ser capaz de sobreponerse a algunas cosas. Y medir tu valía por la profundidad de tus principios es una prueba de madurez que pocas personas con capaces de superar.
Hathaway es un maestro, de los más grandes, de los imprescindibles.
El papel del capitan del barco es impresionante. Y la mezcla de sensibilidad y hombría, de rudeza y suavidad está muy bien logrado.
El papel del niño también está muy logrado.
Me parece una película de aprendizaje, de saber hacer, de el paso de la niñez a la madurez, del abandono de la inocencia a los primeros pasos hacia el mundo adulto.
Qué buen actor es Richard Widmark, qué presencia tiene, cómo se mimética con su personaje, qué bien hace casi todos sus papeles, sin excepción.
La escena de la lucha para liberar al barco del iceberg es impresionante, está rodada con una precisión quirúrgica, con una maestría notable.
No he visto una sola película suya que no sea estupenda, magnífica.

§ 3.405. Tristeza de amor (Eduardo Mallorquí, 1986)

  Recuerdo algunas noches cuando se emitía la serie y me quedaba a ver algún capítulo. La música es preciosa, la canción en realidad.  Vista...