jueves, 23 de agosto de 2012

HOWARD HAWKS: El Sargento York (1941)


     Pilar Miró hizo una película que se titulaba "Gary Cooper que estás en los cielos"... Nunca entendí cuál era la gracia del comentario, pero la verdad es que después de seguirle durante una decenas de películas lo entiendo perfectamente. Encarna, junto con James Steward el prototipo de hombre americano. Medio, trabajador, afanado en sus tareas que nadie sabe cómo o por qué las circunstancias de la vida lo convierten en un héroe. Anónimo, héroe anónimo.
    Me llama la atención que la película se considera bélica, cuando es, probablemente, un grandísimo alegato contra la guerra y sus desastres. Narra, al parecer la vida real, de un granjero, bastante amargado por la imposibilidad de conseguir sacar buenas cosechas de su tierra. Vive con su madre y hermanos, y es un poco pendenciero, especialmente cuando mezcla resentimiento social con alcohol. Pero algún acontecimiento por él interpretado como divino hace que su sino se desenfoque. Deviene en trabajador, amable, afable y así conoce a la vecina, de la que se enamora perdidamente. Es un tirador de leyenda y gana un concurso de tiro de su pueblo con cuyo premio en metálico pretende comprar un pedazo de la mejor tierra del valle. Pero no pudo ser, determinadas circunstancias lo impiden... y llega la Gran Guerra, la llamada a filas, el reclutamiento.
     Él se opone, vivamente además, porque su religión, no reconocida por el ejército le impide matar a seres humanos. Pero no se le acepta la exención. Va a Europa y al campo de batalla. En un habiente infernal, por medio de su legendaria capacidad para tirar al blanco, mata a unos cuantos alemanes, y el resto de éstos, creyéndose rodeados por varios tiradores, deponen las armas y se rinden... Él se convierte en un héroe. Aclamado por la sociedad al acabar la guerra vuelve a los Estados Unidos, y pronto se harta de la publicidad, de la salida del anonimato, del mercado de la victoria. Rechaza proposiciones para publicidad que le daría dinero, mucho dinero.... Y vuelve a su casa, con su familia y su novia, con al que pretende casarse si consigue el pedazo de tierra. Para su sorpresa el condado en el que vive le ha regalado la tierra y le edificado una casita para él y su novia.
     Algo de Capra hay en este film, y, aunque sea una exageración, en algunos momento me recordó a Viva Zapata, probablemente por el peso de la interpretación del protagonista principal. Es capaz él sólo de mantener la expectación y llevar todo el peso de la película, de metraje considerable (128 minutos). Es cierto que tiene ese puntito de yankada horrible y un tanto desafortunada en su desarrollo, pero es buena, entretiene y por momentos es capaz de revivir el sueño americano, esa meritocracia que en este país hemos abandonado, y así nos va...

martes, 21 de agosto de 2012

JAVIER MARÍAS: Aquella mitad de mi tiempo. Al mirar atras, Debolsillo, Madrid, 2011


     Me encanta el Javier Marías novelista, no tanto el publicatólogo semanal que me abruma con su elocuencia anti Esperanza Aguirre y su aguerrida defensa del estados Socialdemócrata... Me es indiferente cómo piense un autor, pero me carga sobremanera su adoctrinamiento, sea de JM o sea de quien sea...
    Por ello no suelo comprar los múltiples libros (alimenticios) de relatos que publica al autor, aunque soy consciente de que al final me los voy a leer todos... pero en fin, qué le vamos a hacer. Lo cierto es que me quedé sin material que leer en verano y me fue a Ayamonte a ver si encontraba una librería... y la encontré, aunque dedicada a literatura infantil y a libros de texto. Había no obstante un reten de libros de bolsillo, y el más potable era éste. Esta es la razón por la que lo adquirí, no otra...
    Y no me ha parecido tan pedante como en otras ocasiones... Al contrario, me ha dado en la fibra sensible y le he encontrado alguna gracia al culto a la personalidad que plantea el compendio de relatos que se agrupan. En realidad el autor de todos ellos no ha tenido nada ver en ello, pues no ha tomado arte ni parte en dicha compilación, que ha corrido a cargo de Inés Blanca con un prólogo del hermando del autor, de uno de sus hermanos, Miguel Marías
    Varios tipos de relatos se agrupan en esta obra. Aquellos muy personales, dedicados a familiares (muchos a su madre) y amigos muy cercanos, realmente entrañables; los referidos acontecimientos que marcaron su vida, infantiles, juveniles y adulto... Los que hblan de personas cercanas y queridas por él: muy bonitos los dedicados a Juan Benet y a Cabrera Infante, y, por último, dos añexos: una especie de diario, y una entrevista traducida al castellado que originalmenete fue dada a una revista extranjera, en donde relata cuál es su forma de escribir, su procedimiento de ataque de una obra nueva.
     Componene, en definitiva, una imagen de JM. Parcial como todos, pero razonableme acorde a la persona que intenta retratar.

martes, 14 de agosto de 2012

SOMERSET MAUGHAM, W.: La esposa imperfecta, Clásico Zeta, Barcelona, 2011

     La lectura de El Fijo de la Navaja me descubrió u un autor maravilloso, imprescindible diría yo. Genia,  ácido, corrosivo a veces, con una lírica descollante. Servidumbre humana fue la consolidación de un autor gigantesco. Las demás obra, la verdad, no me convencen demasiado. Esta en concreto me parece pueril, como edificante y muy,  muy cotilla. Me da la impresión de que puede ser una vendata personal contra algún autor no muy querido por él.
     Es una crítica mordaz, sobervia y a veces descarnada de un escrito dominado, de principio a fin, por su mujer, que además resulta ser una mujerzuela de la calle.
     Puede no leerse esta obra. Es más debería no leerse si se quiere  seguir conservando una buena imagende Somerset como escritor.

lunes, 6 de agosto de 2012

MILAN KUNDERA: La vida está en otra parte, Seix Barral, 5ª impresión, 3ª ed, Barcelona, 2010

    
Me gusta Kundera. Me gusta y mucho. Aunque a veces sea un poquillo espeso, me gusta. Este libro en concreto bastante. Sobre todo porque los juegos de espejos si no están bien idealizados confunden al lector, y sin embargo, aquí están dominados con toda propiedad. Sabe ser crítico y tener varias lecturas, varias sublecturas, sin abrumarte con un conocimiento excelso de la nadería que esté narrando.
    Puede ser leído como un complejo de Edipo destinado al fracaso (como todos los de esa clase, si se llega a ser hombre); como la supervivencia en la lucha de clases, incluso como una crítica despiadada a los intelectuales leales con el poder rojo que se cernió sobré Checoslovaquia durante década.
    Incluso, y esa es la mía, como una lectura del crecimiento del poeta y su enterna comparación con el adonis que le devuelve el espejo del agua del arroyo calmado... Es evicente que es una obra escrita a retazos, cuando en el proceso de formación intelectual del escritor acudía a lecturas nuevas de poetas clásicos, sobre todo Checos (natural) y Británicos (ya algo más raro, a no ser que tuviera interés por los idiomas). Estraño es que no fueran Franceses, dada la trayectoria vital posterior del autor.
     Jaromil se proyectará en mi recuerdo con los años de manera probablemente bipolar. Atendiendo a dos aspectos, su falta de hombría sexual con las mujeres a las que seduce (pocas), achacable a su enfermiza relación con su madre, a la que odia profundamente, y su falta de determinación poética, erráticamente mostrada, seguramente para acentuar la poca validez de la prosa soviética adicta al poder político dominante...

viernes, 3 de agosto de 2012

JUAN MARSÉ: Últimas tardes con Teresa, Debolsillo, 13ª ed., 2006

   
Estupendo relato de un modelo de sociedad que ya no existe. De una burguesía catalana venida a menos en las formas y en el fondo, y de un lumpen proletariado que alguna vez vislumbró la posibilidad de encaramarse en la escalera social mediante el matrimonio, el maridaje o el encoñamiento. Cualquiera de estos medios le sirve a el Pijoaparte...
    Muy recomendable para aquellos que todavía piensen en el mito de la lucha de clases y esas tonterías socialdemócratas, superadas ya por el paso del tiempo. Muy recomendable para todos aquellos que sueñen con el amor eterno de verano..., para aquellos que todavía entiendan posible que el amor supere determinadas barreras sociales...
    El Piloaparte es todo un personaje. Perfectamente caracterizado en sus fundamentos sociológicos, no tanto en los físicos. Su espíritu libre le permite no tener perspectivas definidas con anterioridad... Únicamente vira a medida que el viento lo hace. Jamas tiene planes a largo plazo, sólo a corto. Ahora Maruja, luego Teresa, siempre la sobrina del Cardenal... Alguna mujer le hace vibrar, le inpulsa, le ayuda, le da cobijo y le apoya económicamente...
     Teresa es una niña bien. Catalana en lo estético, internacional en todo lo demás, incluyendo la perspectiva marxista que parece cortejar... Pero su amado lider estudiante comunista es... impotente... No se le levanta, toda un giño a la realidad fallida de las posturas ideológicas que él representa... Y Teresa necesita alguien que la haga mujer. Es lo que toca, lo de este verano. Y para eso tiene al novio de Maruja... al Pijoaparte.
     Al final no queda claro quién utiliza a quién, si Teresa al Pijoaparte a al revés... El final merece una lectura pausada. Termina el verano y el Pijoaparte es detenido, denunciado por la sobrina del Cardena... Pero Teresa no parece acusar el golpe. En una pocas páginas Marsé decide que Teresa pierda la virginidad con su primo de Madrid, que vuelva a la Universidad, que termine la carrera y que olvide las veleidades marxistas... Todo ello en los dos años que el Pijoaparte va a la Universidad del lumpen... el talego...

domingo, 29 de julio de 2012

STEFAN ZWEIG: El candelabro enterrado, Acantilado, Barcelona, 2007.

  
Empieza a ser legandaria para mí la figura estilística de este autor. Generosamente editado por la magnífica editorial Acantilado, que practicamente ha provisto la reedíción de gran parte de su obra, nuevamente traducida.
   Relato corto, muy corto, que narra las desventuras de la nemorá, el candelabro de sieto brazos que alumbró el templo de Jesuralem antes de la diáspora. Expone, de manera figurada, naturalmente, cómo pudo ser robado por el imperio romano, llevado a Roma y vuelvo a robar por los bárbaros. La misión de rescatarlo le es encomendada a un niño. Más que de rescatarlo, de visualizarlo para que alguien de los suyos pueda decir por muchos años que lo ha visto, que efectivamene existió, que no es una invención de nadie. Esa misión recae en un niño de siete años... que se hace mayor... y que se le encarga la misión de ir a recogerlo porque ha sido visualizado en otro país... después de otro saqueo... Se encarga de recogerlo y al momento siguiente enterrarlo bajo un arbol, al pie de un arbol, por el resto de los tiempos.
   Desde luego no es de extrañar que el Régimen Nazi prohibiera los relatos de Zweig y le considerar un degenerado peligroso... como ocurría con Freud, o Mann. Su apego a la cuestión judia, la intensidad con la que expone la fe de los israelitas es de una intensidad tan atrayecte que no puedes por menos que sentir una cierta querencia por este pueblo...
   Buen relato, de un gran autor, poco frecuentado por mi, pero que seguiré cultivando.

domingo, 22 de julio de 2012

JOHN HUSTON: La carta al Kremlin (1970)

     Cuando la vi por primera vez tuve la sensación de que no era gran película. Una más de las de serie B de toda la vida pero en malo. Es decir, serie C. Nada que ver con las grandísimas películas de la B que han hecho historia del cine.
     Era sugerente, por los actores, por la trama, por todo... Pero al final me pareció intrascendente. Y así es. Así me lo sigue pareciendo. Nada que ver con otras auténticas e incuestionables obras maestras del mejor director de cine norteamericano de mitad del siglo pasado.
     Una carta escrita por no se sabe quien ha llegado a Rusia, pero se relaciona con China, y compromete mire usted a saber a quién... Lo que me llama la atención es lo descuidado que están los diálogós. Al punto de que parece como si la película hubiera sido cortada cuando se estaba montando, porque en algunos puntos falta una explicación a lo que ocurre. Es como si se dieran por sabido algunas cosas, que el espectador desconoce. Se rodó más metraje y se eligió mal en la sala de montaje. Además, los triples espias que juegan a dos bandas en un circo a tres pistas no es mi especialidad cinemetográfica, y me aburre tremendamente tener que desconfiar en todo momento de quien parece que lleva la voz cantante. Al final no sabes si quien era malo lo sigue siendo, o si el bueno permanete como tal y no se pasa al lado oscuro. En fin, un poco lioso. Por supuesto nada trascendente. Si no estuviera firmada por Huston ni siquiera se reeditaría, estoy seguro. Pelicula prescindible, en fin.

§ 3.402. Laura, las sombras del verano (David Hamilton, 1979)

  Bueno. Pues no me ha sorprendido. Era lo que esperaba. Pero no me ha gustado. Esa glorificación de las niñas tan pequeñas, rozando lo proh...