sábado, 31 de agosto de 2024

§ 3.483. La noche de los generales (Anatole Litvak, 1967)


 

La última vez que la vi fue el 9 de julio de 2014. Creo que es la tercera vez que la veo completa. En algunos momentos he visto algunas partes sueltas. Es un estudio sobre el poder y su abuso, sobre la capacidad ilimitada del ser humano de ser malo y demostrárselo a sí mismo.

El análisis de los tres personajes principales, los tres generales, representa tres maneras distintas de afrontar la vida militar, el devenir de las batallas, y el cómo enfrentarte al problema de la guerra misma. Un punto de cinismo, un creído en el asunto pagado de sí mismo, y un pragmático. Seguramente hay más modelos, más formas, pero estas tres están muy bien narradas.

La experiencias de verla por primera vez es muy satisfactoria. Te metes de lleno en el papel de forma rápida. Los trajes, el ambiente, los coches, las conversaciones. 

Me ha gustado mucho, especialmente Donald Pleasence. Tan sobrio y tan frágil, tan dúctil y tan firme. 

Litvak, uno de los grandes.


§ 3.482. El puente sobre el río Kwai (David, Lean, 1957)

Muchas veces vista, siempre estupenda. Una obra de arte.

viernes, 26 de julio de 2024

§ 3.481. La gran muralla (Zhang Yimou, 2016)

 

Un espectáculo visual, como siempre, de primer orden. Una belleza sin igual, Un "Kurosawa! pero con luz y con mucho más color que el maestro japonés.
Me ha gustado mucho el comienzo, el planteamiento inicial, la puesa en escena. 
La mitología de la gran muralla, los "bichitos" verdes y la lucha para sobrevivir. 
Un título, se mire como se mire, destinado a la gran masa, No tiene ese punto de reflexión que sí se aprecia en otras obras suyas. Pero entretiene y se deja ver con agrado y satisfacción.
Tiene un punto de El hombre que pudo reinar, aunque aquel relato era más sicológico y profundo. Éste es más visual y entretenido.
Muy reconocible. 

§ 3.480. Trenes rigurosamente vigilados (Jiri Menzel, 1966)

 

Una obra muy distinta a lo usual. Con un tono de comedia ligera de situación, pero con un profundo sentido ético. Es, por decirlo gráficamente, suave y ligera en las formas, pero profunda en el fondo. No es tipo de comedia a la que estoy acostumbrado.
Tiene, por momentos, una sombría belleza, una melancolía espiritual y una cierta decadencia en lo estético. Parece una película de Renoir, de un clásico francés de mediados de los treinta, y no una película moderna de mediados de los sesenta. 
Puede versa también como un viaje experimental del protagonista, un muchacho delicado y algo inocente en temas de sexo y chicas, hacia la madurez sexual. Me puede recordar algo, vagamente, a La infancia de Iván (Andrei Tarkovsky, 1962), por ser a través de los ojos del protagonista desde el que se ve la historia pasar.
Es la primera cinta que veo del director. Me ha parecido interesante, pero no he entrado con ella, o en ella. Se puede ver, pero no es una cinta que veré varias veces.

§ 3.479. La favorita (Yorgos Lanthimos, 2018)

 

Un cine un poco diferente, que te atrapa poco a poco y que te subyuga por su dedicación, sus escenarios y sus interpretaciones.
La historia es interesante, la transformación del personaje secundario en principal, la ambición desmedida y las intrigas políticas y palaciegas están muy  bien traídas al centro del discurso, 
Una puesta en escena muy completa, con gran alarde de recursos, puestas en escena y luces indirectas. La cantidad de velas me recuerda a la de Kubrick, aunque no creo que este esté rodada con luz exclusivamente natural. Los escenarios son recargados hasta decir basta, cuadros, muebles, ropas, lacayos, asistentes, armas, color...
Me ha gustado, pero no me parece una obra imprescindible. Es magnífica, está bien. Pero además de sorprenderme con sus alardes técnicos, tiene que llegar, y ahí es donde falla. Llega, pero por extenuación, por aplastamiento, por recargamiento.

jueves, 25 de julio de 2024

§ 3.478. La confesión (Constantin Costa-Gavras, 1970)

 

Durísimo alegato contra las purgas del partido comunista Checo, vividas en primera persona por el autor del libro que sirve de base a la película. El guión es de Jorge Semprúm, por el que siempre he sentido las mayor de las admiraciones, tanto estilistas como emocionales. Lo que he leído de él siempre me ha parecido espléndido. 
Es la historia de Artur London y sus purgas en el partido comunista Checo. Parece mentira hasta qué punto la histeria de las purgas podía llegar hasta extremos insospechados. Muy buena es, más o menos de la misma temática, Quemado por el sol, de Nikita Mikhalkov, que me gustó mucho. Esta es incluso más dura. No sólo porque es real, como la otra, sino por la crudeza de su exposición, y el tratamiento realista de la tortura, mocho más real que otras películas sobre el tema. El protagonista es un judío que luchó en España, fue miembro de la resistencia Francesa, fue detenido y deportado a un campo de concentración Alemán, siempre miembro del partido comunista, y luego trabajador del partido en Checoslovaquia. Pues eso no es suficiente para ser protegido contra la histeria de las purgas, meros mecanismos de la lucha por el poder en un partido único.
Impresionante Yves Montand, con una naturalidad y un estar tan natural que da verdadero miedo. 
- Su compañero ha confesado
- ¿Confesado?, ¿Confesar qué?
Simone Signoret está algo más apagada, pero es que tiene menos protagonismo.
Me ha gustado mucho. Es dura, durísima, y denuncia el totalitarismo, de izquierdas, en este caso. En Z había condenado el totalitarismo de derechas. Un director salvaje. Que no se casa con nadie y que no tiene pelos en la lengua. Me encanta. Es un director comprometido, como ya no hay. 

martes, 16 de julio de 2024

§ 3.477. Wichita (Jacques Tournier, 1955)

 

Una del oeste de Tournier. Magnífica. Qué puede salir mal. Un gran Joel McCrea como Wyatt Earp, una más que guapa Vera Miles, y el siempre cumplidor Lloyd Bridges.
Me ha gustado. Lo tiene todo para ser un clásico del género. Venganza, amor propio, disparos, el lado salvaje del oeste, praderas, nación, orgullo, pendencia...
Quizá, y no lo digo de muchas películas, se me ha hecho corta. Veinte minutos más no le hubieran venido nada mal. Probablemente estaba pensada como segunda película de sesión doble y ha ganado prestigio con los años.
SE puede considerar un clásico.


§ 3.491. Así acaba nuestra noche (John Cromwell, 1941)

  Una cinta casi propagandística muy en la línea del Hollywood de aquellos años en los que el cine se puso de parte del bien y contra el mal...