miércoles, 4 de junio de 2025

§ 3.869. Godland (Hlynur Palmason, 2022)

 
Me enfrento con una obra de dos horas y dieciséis minutos, lo que considero un metraje descomunal, sólo al alcance de los mejores cineastas, de los más dotados.
Una historia dura, seca, de las que te dejan sin aliento, basada en los detalles, en las pequeñas cosas, en lo que se percibe con atención.
Como historia, la verdad, no tiene nada de particular, pero como espectáculo visual es impecable, y muy recordable. Acostumbrado a apreciar los paisajes del oeste, secos, áridos y duros, la visualización de éstos es una auténtica maravilla, un descanso, un goce nuevo, verde, hielo y estéril.
Desde ese punto de vista, es una maravilla. Pero las películas no se clasifican por su belleza visual, no sólo por su belleza visual. Tiene que tener trama, estructura argumental, narrativa, personajes y vida, gente a la que le ocurren cosas, buenas o malas, pero cosas. 
Aquí está el hombre enfrentado a un entorno hostil, por bello pero también por agreste y salvaje. Peligroso de otra manera a la usual.
La supongo rodada en Islandia, naturalmente. Y tal y como la veo me parece un país prodigioso, verdaderamente interesante, sobre todo para los naturalistas y los amantes de los paisajes.
Cada plano es un goce visual, una explosión de color, una aventura de color.
Es inevitable acordarse de Dreyer, y este señor no rueda como él, Ni mucho menos. La atención a los personajes es muy distinta, aunque también el paisaje, que en Dreyer es totalmente secundario. 
Me ha gustado, pero no me parece una obra de arte. Además de los paisajes, de las peripecias vitales frente a los elementos, la cinta adolece de relaciones personales. La frialdad que mantienen entre sí los protagonistas no deja lugar a dudas de lo que quieres el director, pero el espectador no es suficiente el goce visual. Esto no es un documental, pero bien podría serlo. Tierra de hielo y lava.
Me ha dejado un tanto frío. Será una película que recuerde con los años, por la belleza de los personajes, pero no por la historia que anida en ella.

martes, 3 de junio de 2025

§ 3.868. La guerra del hierro (Umberto Lenzi, 1983)

No esperaba que fuese En busca del fuego (Jean-Jacques Annaud, 1981), porque hacerlo tan bien como en aquella película no es fácil, nada fácil. Sigue su estela, naturalmente, y se encuentra inspirada por ella.
Aunque no tiene el mismo resultado, se deja ver, tiene su gracia, es cortita (90 minutos exactos) y juega con planos, escenas y trama con gracia y soltura. La olvidaré fácil, porque no tiene mucho fondo, pero entretiene y pasas el rato.
Quizá setenta y cinco minutos en vez de 90 hubieran facilitado tener mejor criterio sobre ella.
Se pierde por momentos, en escenas que nada aportan a la trama principal, y la lucha entre miembros del clan divide el interés, que en buen lógica tenía que ser sólo uno.
Los actores no se acompañan con la época que pretenden representar. Son excesivamente occidentales, y en algunos casos, pretenden más lucir sus 'cachas' que su capacidad actoral.
Se va empequeñeciendo a medida que pasa el metraje.

§ 3.867. Gladiator II (Ridley Scott, 2024)

Bueno. Pues un espectáculo visual, una película de 'romanos' y un entretenimiento. No tiene ls lecturas de las obras grandes de Scott, ni siquiera de las intermedias. Desde el punto de vista del mensaje la película es realmente insatisfactoria. No se puede comparar a Espartaco, por ejemplo, o a otras de las grandes similares del género. Nada que ver con Ben Hur, por ejemplo. Evidentemente no pertenece a las Peplum italiana de bajo presupuesto de los años cincuenta y sesenta.
El reparto es muy actual: Paul Mescal en un papel que le sobrepasa pues no está lo suficientemente fuerte; Denzel Washington, imperial, como siempre, pero fuera de sus mejores momentos y papeles; Pedro Pascal, que parece un actor de moda; Connie Nielsen, que me parece una mujer muy guapa, y Derek Jacobi, con esa cara de despistado emperador romano que pega tan bien con el rol que desempeña y que parece sacado de "Yo, Claudio".
Como entretenimiento es perfectamente válido. Pero se hace larga y, además, un poco estéril. Tiene un desarrollo monumental, un atrezo verdaderamente brillante, multitud de extras y todo el diseño de producción que se quiera, pero no deja de ser una película sin alma, sin verdadero corporeidad, más allá de las peleas, los animales, los carros, barcos y demás.
Me ha gustado, sin más. 


lunes, 2 de junio de 2025

§ 3.866. Roma a mano armada (Umberto Lenzi, 1976)


En la estela de "Milan, Calibre 9" (Fernando Di Leo, 1972), pero bastante más deficiente. Es ese tipo de cinta de mafiosos italiano de los años setenta, tan prolífico y con tan desigual resultado. He visto cosas de Lenzi, pero no es una autor que me apasione. 
Una historia conocida, bastante usual: policía desencantado comienza a hacer la justicia por su cuenta. Pero no tiene la mala lecha de las películas americanas, ni es capaz de formar personajes o protagonistas tan singulares como el cine clásico de este género. 
Entretenida, por momentos interesante, pero algo deslavazada y episódica. Tiene algo de chance pero no es una obra superior.
Actores italianos a los que se suma Arthur Kennedy como jefe supremo de la tribu de policías.
Es una historia parecida, con matices, a Canción triste de Hill Strett. Inspector de policía casado con una asistente social que trabaja en un juzgado aquí, y comisario con abogada en la serie americana.
Algunas escenas, algún plano, pero poca cosa.

domingo, 1 de junio de 2025

§ 3.865. Jurado Nº 2 (Clint Eastwood, 2024)

Última de Clint, que ayer cumplió 95 años. Y sigue rodando. Dicen que tiene entre las manos otra nueva cinta. 
Esta es, sencillamente, una película mayúscula. De las mejores de los últimos años. Como todas las de él, gira todo en torno al guión, a la trama, a lo que sucede, a lo que nos quiere contar. Opta por actores que no son superestrellas. Son buenos, qué duda cabe, pero no son estrellas. El más conocido es Kiefer Sutherland. Por lo menos para mi.
Y, como siempre en Eastwood, el tema principal es el del hombre común sometido a situaciones peculiares que reacciona de una manera determinada, que reacciona como un hombre debe reaccionar. Hay algo que, en este sentido, le une con John Ford. El hombre americano, el que hace lo que tiene que hacer. Sin más. Sin alharacas, sin alardes, sin que se le valore, sin pedir recompensa, ni permiso ni perdón.
Lo que me llama la atención siempre en sus películas es la cantidad de cosas que pasan y a la velocidad que pasan. Hay que hacer mucho guión para que todo funcione.
Me ha parecido una gran cinta. No es la mejor de Clint, pero es buena.

§ 3.864. La chica del Molino Rojo (Eugenio Martín, 1973)

 
No sé qué pinta Mel Ferrer en esta película. 
La verdad es que la hipótesis de la cinta puede parecer una absoluta estupidez, pero si fuese de una cinta americana no lo veríamos tan descocada. Tiene hasta su gracia. Un hombre quiere conocer a su enemigo a través de las chicas con las que ha salido.
El reparto es el de la época: Marisol, el ya anunciado Mel Ferrer, Renaud Verley, Silvia Tortosa, Mirta Miller y Bárbara Rey.
La supongo un éxito en taquilla, pero no ha envejecido bien. La música es verdaderamente obsesiva y la recreación de los momentos de romance aburren una barbaridad.
Supongo que Martín, como todos los directores, tenía que pagar facturas.

§ 3.863. Una bala marcada (Juan bosch, 1972)

 
Un poco lo de siempre. Ser original en el Western "tardío" es difícil. En el Spaguetti Western aun más,  y en el "Oeste paella" se hace imposible. Relatos cargados de tópicos, de lugares comunes, de sitios transitados una y mil veces. Pero algunas se dejan ver... entres ellas, ésta. Se ve muy bien, tiene un buen sonido y está bien conseguida: atrezo, guión, dinámica, tempo, etc.
El Crepuscular dio otro enfoque a la dinámica Western, nuevas temáticas, ideas más o menos de otros géneros, el drama y ese punto de comedia que a mi me incomoda tanto...
Es interesante por el protagonista: Peter Lee Lawrence, un alemán que hizo muchas películas en poco tiempo, en unos diez años trabajó muchísimo, y casi siempre en este género. Rubio, alto, risueño, con cierto porte, en el canon de hombre bueno llegado a sitios en los que no debería estar.
Muy característico.

§ 3.892. Una extraña entre nosotros (Sidney Lumet, 1992)

  Una película difícil de lograr. Interesante, con un cierto propósito pero nada sencilla de lograr. Intentar introducirse en los entresijos...