viernes, 18 de abril de 2025

§ 3.777. Nunca es demasiado tarde (Julio Coll Claramunt, 1956)

Otra policíaca de Coll. Cine negro patrio de calidad. Metraje muy contenido, personajes muy definidos, influencia claramente de las novelas del género y una estética muy bien organizada, argumentadla y caracterizada.
Los malos son malos, los buenos, no tanto, el crimen se paga, y se cumplen los cánones de la moralidad y de la decencia, que en aquellos años eran impuestos desde el poder político y militar.
Un blanco y negro precioso, que se ve perfectamente, con unos tonos muy nítidos y precisos.
El crimen no tiene redención, y no hay salida en su realización. Es más caro delinquir que vivir decentemente. Indudablemente es un cine con una cierta moral y una cierta ética y estética.

§ 3.776. Las protegidas (Francisco Lara Polop, 1975)


Una de las películas típicas de la transición. Metraje civilizado, asuntos tórridos, sordidez estructural, un guión más o menos estructurado, y un resultado previsible. Policías privados, asuntos semipúblicos.
No sé si un detective española al estilo de los americanos funciona bien en la taquilla. Le falta el gancho de la oportunidad, del estilo y el glamour, de los sofisticado. Tanto la forma como el fondo parecen conocidos, como sabiendo de qué van. Es algo singular, como sabes de qué va no te impresionan tanto, no te agrada, lo ves como de estar en casa. Todos los trucos, poses, ramalazos, estructuras y mecanismos que funcionan en una policíaca americana naufragan cuando son trasladados al estilo español. Los únicos que sí parecen haber conseguido una voz propia en este tipo de cintas son los franceses, con su "Polar", un estilo muy determinado, peculiar y característicos. 
En España el único que ha dado con la tecla, más allá de Julio Coll, Nieves Conde, Barden, y los clásicos de mediados de los años 50 y 60 es José Luis Garci.
El siempre eficaz Simón Andreu, acompañado por Ángela Molina, Manuel de Blas y Sandra Mozarowsky hacen un buen cuadro.
La película está bien planteada, pero a medida que avanza va consumiendo clichés y lugares comunes hasta hacerla más mediocre de lo que auguraba. Parecía tener un cierto sentido, pero no lo consigue plenamente. 
Es corta y se deja ver, pero no tiene fondo ni especial conclusión.

§ 3.775. Manos sucias (José Antonio De La Loma, 1957)

Debut cinematográfico como director de un cineasta que será recordado por las películas de cine "quinqui" que hizo en la transición.
Una película de camioneros, que me recuerda a la magnífica "Ruta infernal" (Cy Endfield, 1957) que es del mismo año. Aunque no son temática idénticas, se ambientan en el mismo escenario general: la carretera, los camioneros.
Amedeo Nazarri y Lidia Alfonsi son la pareja protagonista. Amedeo es un actor italiano, que hizo multitud de películas, se encontraba en la mitad de su carrera y responde a los cánones de italiano guapo, algo, aguerrido y sencillo pero con fondo complicado. Está en su sitio. Sin más.
Lidia es lo que se dice una mujer de bandera. Hizo pocas películas, solamente trece, y supongo que todas parecidas o iguales: mujer impresionante que enloquece a los hombres de su alrededor.
El triángulo se completa con Katia Loritz que debuta en esta película.
Un buen guión, del propio director, en el que participa Francisco Pérez-Dolz, el director de la magnifica película "A tiro limpio" (1963). Buen desarrollo y ejecución, y un retrato de una España provinciana y subdesarrollada que le gustaban las películas de cine negro.
No tiene la fuerza y el vigor de otras cintas de autores contemporáneos a él: Nieves Conde, Julio Coll, etc., pero está verdaderamente bien hecha.
Tiene un recuerdo, ligero que pertinaz, con la primera versión de El cartero siempre llama dos veces, de Visconti, con la película Obsesión de 1943.
Me ha gustado, me parece interesante, está bien hecha y aunque es previsible, tiene su verdadera maestría.

jueves, 17 de abril de 2025

§ 3.774. Misión de audaces (John Ford, 1959)

 


§ 3.773. Carne (Jphn Ford, 1932)

Una película muy bien estructurada, con una organización compleja, un guión aceptable, y una realización muy estructurada. Me ha gustado, parece una cinta muy madura. 
Dos curiosidades de las cinta. Tiene un guión en el que participó William Faulkner, y John Ford no figura en los créditos de la cinta. 
No es "esquemática", los movimientos son muy naturales, no se aprecia esa dificultad para encuadrar y dar continuidad a las imágenes tan característico del cine mudo. Aunque no es una obra Mayor de Ford, sí tiene cosas, se deja ver y tiene garbo y emoción.

miércoles, 16 de abril de 2025

§ 3.772. Una ciudad llamada Bastarda (Robert Parrish, y Irving Lerner, 1971)

He visto cosas de Parrish mejores, casi todas. Pero la película está bien trazada, tiene un guión interesante y una realización notable. Hay trabajo de director, hay actores, guionista y trama. Está bien hecha, pero no me llegó del todo.
Un buen reparto muy setentero: Robert Shaw (frío y salvaje); Telly Savalas (tan sobreactuado como siempre); Stella Stevens; Martin Landau (en un papel que claramente no es para él, acostumbrado a verle en roles de espía con ladinas intenciones, moral dudosa, y cartera presta a engrandecerse); Fernando Rey (con ese empaque y determinación tan característicos suyos) y Al Lettieri (inolvidable en su papel de El Padrino, aquí no tan firme cómo en aquella).
Aunque no es especialmente brillante, sí debe reconocerse que está bien hecha, bien narrada, bien estructurada, bien organizada. Una película para ver en pantalla grande y a todo color. Un Western maduro, temático y llego de matices. No me ha llegado del todo, mejor dicho: me hubiera gustado que me llegara más, pero está perfectamente hecha.

§ 3.771. Pagó cara su muerte (León Klimovsky, 1969)

Otro Spaguetti Western, en este caso en una versión española. Tiene un metraje algo excesivo: 97 minutos. Una barbaridad para lo que tiene que decir. Es mediocre, cae en tópicos de todo tipo, su guión no es firme y sus actuaciones dejan mucho que desear. Una mediocridad. Me encanta. Y no es una contradicción lo que digo. 
El problema es que después de un inicio prometedor, camina por las sendas de lo usual, y ahí se pierde, porque la realización no es del todo brillante. Klimovsky sabía lo que hacía, indudablemente, pero la historia no daba para más.
Me encantan las malas películas. Entre otras razones, porque no puedes estar viendo siempre películas excelentes. Es como leer, o escuchar jazz. Tiene que tener una dieta que te permita hacer digestiones fáciles, que no se atragante lo que ingieres, y que, sencillamente, te alimente.
Una más, en definitiva, tan olvidable desde el momento en que termina como otras tantas similares.