jueves, 26 de diciembre de 2024

§ 3.635. La luna negra (Imanol Uribe, 1989)

No sé si llamarle 'neo-fantaterror', pues tiene aspectos del típico género de los setenta pero con guión y temática más actuales, con problemas de los noventa, y estética de los noventa. 
Un José Coronado muy joven no funciona del todo mal, aunque nada que ver con el actor en el que se ha convertido, un verdadero grande de nuestro cine. Obviamente Fernando Guillén está espléndido, como siempre, lo cual no es una novedad, pero Lydia Bosch está poco afortunada. No da con la tecla en ningún momento. Me parece una actriz muy deficiente. Sin demasiado sentido ni emoción. Plana y rígida. En las escenas al lado de Fernando se la ve incluso más deficiente.
Emma Suárez y Amparo Muñoz también tienen su espacio y su momento. Ni bien, ni mal. En la linea de una actuación normal. Ni destaca, ni es anodina. 
El guión parece original del propio director. No sé muy bien cómo ha llegado rodar una cinta de fantasía, de terror, de misterio. Le tenía por un director más trascendente, más 'serio', intelectual y propositivo. Y esta es una cinta claramente destinada al entretenimiento, al disfrute, nada relacionado con la reflexión que provocan otras películas suyas.
No tiene la gracia de las de Ossorio, Naschy o Carlos Aured, pero se puede ver. No creo que tuviera buena acogida, ni buena crítica, ni siquiera buen recorrido en taquilla. Además ha envejecido mal. Porque ni queda como un reducto del pasado, con esa estética de los setenta tan singular, ni es un producto nuevo que venga a rejuvenecer el género o a aportar algo verdaderamente rupturista o novedoso.
Se puede ver, si te gusta mucho ver películas de todas clases, pero no es una gran cinta. Tiene una estructura más cercana al Telefilm que a la película para pantalla grande.

§ 3.634. El desfiladero de la muerte (Russell Rouse, 1959)

 

El inicio no puede ser más peculiar. Supongo que para el Gobierno Vasco será una cinta muy querida. Y para el Francés, supongo. Un grupo de colonos Vasco-franceses emprende un viaje de colonización a California. 
Una muy guapa Susan Hayward domina la cinta, dándole réplica un maduro Jeff Chandler, tan varonil y encantadoramente pícaro como siempre.
Interesante, sin más. Triángulo amoroso, enredos varios y aventuras en el Oeste americano al calor y al hilo de las supuestas tradiciones vascas, que incluyen un zapateado gitano, guitarras españoles, una exhibición de pelota vasca, en su versión de 'cesta punta' y una doma de caballos salvajes. Un pastiche.
La mezcla de Susan Hayward y Jeff Chandler parece muy explosiva. Tienen química, pero la cinta es deficitaria, en guión, en diálogos, en argumento e incluso en metraje, ochenta minutos no parecen suficientes para contar una historia que además se ve aderezada con bailes y escenas superfluas que hacen perder mucho tiempo al asunto principal.
El asunto principal es el vino, las cepas francesas que llevan a California para vivir allí una nueva vida. Interesante propuesta que no sé si responde a una razón histórica o es mera invención del guionista, que es el mismo director sobre una novela escrita a cuatro manos tire dos autores: James Hill y Guy Trosper.
Ha visto mejores cosas de Rouse, casi todas.

miércoles, 25 de diciembre de 2024

§ 3.633. La cinta blanca (Michael Haneke, 2009)

Tercera cinta que veo de Haneke. Un director muy valorado, tanto por el público como por la crítica. Esta cinta en concreto está muy valorada, ganó muchos premios y recibió halagos y críticas muy positivas.
Es una historia perturbada, corrosiva y lacerante, que impacta y castiga el intelecto y la memoria desde un formato ortodoxo e impecablemente. Lenta y pausada, muestra los miedos y sofocos colectivos frente al infortunio y los ataques de enemigos interiores. 
7,2 en Filmaffinity; 8,2 en Letterboxd, y 7,8 en IMDb. Una nota altísima, y además unánime en diferentes plataformas. Necesariamente es una buena señal. El volumen de críticas que ha recibido la cinta en Filmaffinity, por ejemplo, es notable, más de 350 reseñas de usuarios. Muchos 10, pero también muchos 1. No deja indiferente. Y eso también es una buena señal.
No me parece una obra tan notable. Tiene indudablemente interés, pero no me parece una cinta memorable, de esas que dejan boquiabiertos a los espectadores. Al menos no a mí.
Pretender ver una reflexión sobre el nazismo en los acontecimientos que narran la película es verdaderamente sorprendente. Por mucho que juegue con esa idea, que haya jugado mientras veía la película, no soy capaz de encontrarle la hilaron.
Desde luego una película es un juego intelectual, pero no puede ser sólo eso, no puede consistir en una especie de ensayo fílmico. La lectura sí soporta es estilo, pero el cine como tal no casa bien con ese tipo de pretensiones. O es un documental, real o de ficción, o es una película. Hay muy buenas películas que suscitan sentimientos variados, reflexiones y preguntas, pero no me gusta el cine que juega tanto con el espectador como para no saber qué está ocurriendo. Y aquí hay algo que ocurre, pero el director no lo muestra, deja que el espectador lo descubra por sí mismo, dando lugar a varias interpretaciones divergentes sobre un mismo hecho o suceso.
Desde ese punto de vista, la cinta no me agrada.
La historia que cuenta tampoco es verdaderamente subyugante. Las cosas que pasan, ocurren, acontecen, son de la vida cotidiana, y su engarce con la realidad es difícil y complejo. Porque no consigue suscitar emociones, sino solo reflexiones. Tampoco me gusta desde ese punto de vista. 
Desde luego hay una reflexión sobre la estricta educación protestante y su influencia en la conformación del individuo y de la sociedad, pero no creo que la pretensión del director discurra por ese camino. 
También puede verse como una reflexión sobre los estamentos sociales y su influencia en la conformación de la sociedad. O incluso sobre el valor del trabajo, pero tampoco creo que vaya por ahí. No pretende un fresco de una sociedad en un momento concreto, tampoco una idealización de ella, ni la exposición de un modelo a seguir. Ni es real, ni es ideal.
A mi modestísimo juicio, le falta conexión ente los acontecimientos. Puedes presentar hechos y circunstancias de manera aislada pero a condición de que con posterioridad se engarcen de alguna manera. Y eso no ocurre, o no ocurre como a mí me gustaría que ocurriese, de una manera ortodoxa y lineal. Es cierto que a medida que avanza se van ensamblando las piezas, pero no me parece tan correctamente engarzadas.
Hay algo perturbador en todo el cine de Haneke. Insatisfacción, malignidad, cohibición, sospecha, recelo y brutalidad. No es, ni mucho menos, un director que lo encumbre al Olimpo de los mejores.

§ 3.632. Un sueño americano (King Vidor, 1944)

Viodr se ha convertido en uno de mis directores favoritos. Y esta es una buena muestra de por qué. Una historia bien trazada, con claros signos de épica y heroísmo, con un mensaje muy acorde al espíritu de los Estados Unidos.
Rodada con intensidad, con emoción, con una música que acompaña, como un clásico del cine, a toda la película. 
La ambición de un hombre, la superación, el ser capaz de todo por un sueño, en no rendirse jamás, el dominarse para seguir siendo, el no desfallecer, el insistir, el perseverar, continuar, seguir. Con inteligencia, cabeza, pero sobre todo con mucho corazón. 
Me ha gustado mucho, pero no es tan buena película como me ha gustado. Vengo condicionado a su favor por dos motivos. Porque me encantan estas historias de superación, de sueños cumplidos a base de esfuerzo y determinación, y porque me encanta este tipo de cine de siempre, rodado con propósito pero sin pretensiones. 
Me ha encantado la película. Todo un buen Vidor.

§ 3.631. La senda tenebrosa (Delmer Davis, 1947)

 


lunes, 23 de diciembre de 2024

§ 3.629. Soldados de plomo (José Sacristán, 1983)

 

Ejercicio de melancolía, que le sale bien a medias. Ese tono entre fatalista y conmovedor lo domina Garci como nadie, pero no lo he visto en otros directores con igual maestría. Es una mezcla de melancolía y recuerdo, lo que pudo ser y no fue, lo que recordamos que fue sin haber sido.
Segunda película de Sacristán como director. Sólo hizo tres. No tuvo una carrera prolífica como director. Siendo un actor tan grande es difícil triunfar también en la dirección. Los únicos que considero que verdaderamente que eran excelente actores y directores son: Clint Eastwood y Robert Redford.
Es interesante, tiene buen tino, y refleja una época singular, peculiar, diferente. Y lo hace bien. La historia engancha y está bien rodada. 
Me ha gustado, las relaciones familiares se muestra descarnadamente, y siempre desde el plano sentimental. No es pesada, y no abunda en los aspectos morbosos. Sí es cierto que la mujer del hermano perturba un tanto el desarrollo de la historia, sobre todo porque se hace difícil engarzar con las vivencia de niño del protagonista.
Vender la casa sería como traicionar al niño que fue, sus recuerdos, vivencias, su propio ser como hombre desde el niño que fue.
Bien manejado el material sentimental, y muy bien desarrolla la película.
Me ha gustado mucho.