domingo, 5 de noviembre de 2023

§ 3.177. Era el comandante Callicut (Felix E. Feist, 1953)

 

Una película que bien podría haber filmado Raoul Walsh, por la temática, por el ritmo, incluso por los personajes. Un Western marino, con chica guapa y triángulo amoroso venido a menos pero que destila un fuego escondido que antes o después va a arder como ascuas.
Es una especie de historia sobre la construcción de Los Ángeles, un hombre del ejército pretende abortar la idea revolucionaria de unos secesionistas que pretenden imponer la esclavitud en ese territorio. El asunto central pivota sobre el control del agua en la zona. En eso recuerda a Chinatown, de Polansky.
Está bien rodada, tiene gracia, un buen guión y un Randolph Scott tan singular como siempre. No es un actor muy dotado, pero realmente funciona en pantalla. No es expresivo, y no creo que pudiera con papeles dramáticos más potentes, ni tampoco le veo en una historia de amor convencional, pero este tipo de papeles le van bien. Algo esterioripado, pero funciona.

sábado, 4 de noviembre de 2023

§ 3.176. El espía negro (Michael Powell, 1939)

 

Pues es una película magnífica. Parece mentira que en 1939 se hicieran cintas de submarinos de esta calidad. Hay varias lecturas, pero los primeros minutos son verdaderamente espléndidos, y no llegas a saber qué ocurre, o quiénes son los buenos y quiénes los malos. Y  eso es una aliciente para su visionado. Más tarde la trama de espionaje sustituye a la militar, protagonizada por mujeres. Interesante. Más tarde se desvela toda la profundidad de la trama. De la tensión militar y el complot femenino se pasa a contar una historia de espías convencional.  Pero no se juzga, ni se trazan retablos sobrecargados de los personajes o sus actuaciones. Nada que ver con Los invasores, sólo de dos años después, que era  altamente propagandísticas. Esta es otra cosa. Además no se ubica en la IIGM sino en la IGM, una diferencia notable a la hora de plasmar la crítica moral a los propósitos bélicos de ambos bandos. 
Puede llegar a considerarse una joya escondida. Me ha gustado mucho.
No interviene como director Emeric Pressburger, pero sí como guionista. Supongo que las colaboraciones comenzaron de esa manera, para luego codirigir las cintas.

§ 3.175. Fata Morgana (Vicente Aranda, 1965)

 
Pues no sé. Realmente me ha costado saber de qué va la cosa. Una especie de distopía futurista cercana al apocalipsis zombie en una ciudad española (según dicen, Barcelona), en el que pululan personas solas por la calle que no se sabe a dónde van ni de dónde vienen.
No le he cogido la onda a la historia. Una cinta que fue un fracaso total en taquilla, perdiendo dinero y enterrando las posibilidades de progresión de su director. Pero parece que se repuso, porque Aranda tiene una filmografía excelente, con títulos magníficos. No es el caso de esta cinta. No se trata de que cuenta algo de manera diferente, es que, en realidad, no sé qué cuenta. Parece un ensayo, un discurso, un relato experimental sobre el deseo, las perversiones emocionales y sobre lo que quieras, porque nada tiene orden ni concierto. Una sucesión de imágenes sin demasiado sentido, sin concierto que no parece caminar hacia ningún sitio.
El reparto es Teresa Gimpera en el papel estelar, Marianne Benet, Marcos Martí, Antonio Ferrandis, Alberto Dalbés y el peculiar Antonio Casas (futbolista, y todoterreno del cine).

miércoles, 1 de noviembre de 2023

§ 3.174. Horizontes perdidos (Frank Capra, 1937)

 

Un clásico restaurado relativamente hace poco, porque no quedaba ninguna copia original, pues el metraje parecía excesivo y se cortaba para su exhibición más comercial. El ideal, dice la publicidad de la película, se ha conseguido: recuperar la cinta original tal y como fue concebida. Son 132 minutos, no todos han conseguido ser restaurados, a veces se mantienen los diálogos pero como no ha podido recuperarse todo el metraje se sustituyen por fotografías.
Esta cinta la he visto hace muchos años. La recuerdo muy vagamente, era un niño muy pequeño (10 ó 12 años), pero me impactó mucho y siempre la he recordado con cariño.
Es toda una alegoría de la propia vida. Shangri-La es la vida, y los hombres son las diferentes categorías de hombres que hay en el mundo. Una película simple, sencilla, con una cierta inocencia no exenta de complejidad y profundidad. Tiene, evidentemente, varias lecturas. La búsqueda de la simpleza, la vida tranquila, la confirmidad con la suerte que le depara a cada uno la vida. Sensaciones vitales, personales y profundamente humanas se dan cita con uno mismo en ese punto de reflexión que cada uno tiene que hacer alguna vez en la vida, cada uno en un momento distinto.
El reparto está encabezado por Ronald Colman, tan varonil como siempre (a veces lo confundo con Brian Donlevy), Jane Wyatt (para mi desconocida actriz, aunque la he visto en varias cintas, cuatro o cinco), John Howard, Sam Jaffe, John Howard, y H. B. Warner.
Es muy interesante, pausada, serena, lenta pero con fondo y con verdadero fundamento. Todo es moderación en este paraíso idílico. Un discurso idílico de las relaciones humanas que cala hondo en cualquier cultura, en cualquier idioma y ante cualquier adversidad. 
Es una película muy bonita. Sincera, bien rodada, con mensaje y sumamente apetecible de ver varias veces en la vida. 
Me ha parecido una obra de arte.

martes, 31 de octubre de 2023

§ 3.173. El desafío de Pancho Villa (Eugenio Martín, 1972)

 

Bastante cortita. Es el tipo de cinta de purísimo entretenimiento rodada con poco dinero, pocos medios, muy deprisa, con un diseño de producción limitado y seguramente con estrecheces de todo tipo. Desde limitaciones para elegir actores hasta problemas con la censura, seguramente en aquellos momentos de capa caída pero todavía eficaz. 
Telly Savalas con su reluciente y característica melena al viento es el reclamo de la cinta. Ya usaba ese característico y reconocible atuendo en el cine, mundialmente famoso. Le acompaña Clint Walker, actor no excesivamente brillante, pero sí un secundario con hechuras, bien trabajado y con cartera de servicios bien nutrida.
Nuestra Monica Radall también interviene. Supongo que en aquella época la única forma de hacer algo de dinero era trabajar como una mula, como era el caso. Mucho le debe el cine español a esa generación de actores, que mantuvieron la producción cinematográfica en alza y con películas constantes y regulares. 
Eugenio Martín tiene cosas brillantes, mejores que esta mediocridad. Pero hay que ver de todo.

lunes, 30 de octubre de 2023

§ 3.172. Momentos de peligro (Henry Koster, 1951)

Un reparto raro, al menos a mi me lo parece. James Stewart y Marlene Dietrich. no conozco cintas de ellos dos juntos. Se acompañan de un joven Jack Hawkins.
Es una cinta reivindicativa del papel de los científicos, aunque insiste hasta la saciedad en su papel de genios locos, al margen de la sociedad, incapaces de encontrar su lugar en el mundo.
El de Stewart no es una papel cómico, pero sí tópico. Y aunque no le es ajeno el terreno de la comedia, no es su mejor lugar. Para mi no hay nada como verle de vaquero. Pero es una opinión que seguro que no es compartida. Su papel de insistente y algo neurótico tocapelotas preocupado por algo que sólo él es capaz de ver. 
El blanco y negro es bonito, se ve muy bien la cinta y es entretenida. Probablemente es una de las primeras películas que giran alrededor del concepto de 'fatiga de materiales', concepto que supongo absolutamente conocido y utilizado.
La crítica al trabajo banal frente al científico es uno de los ejes de la cinta. Cuando hablan entre ellos, ella decrece y parece más vulgar, y, sin embargo, él adquiere una seguridad en sí mismo y en su trabajo. Interesante reflexión.

domingo, 29 de octubre de 2023

§ 3.171. Los demonios (Ken Russell, 1971)

 

Una película distinta, muy novedosa para la época en que fuer rodada, 1970. Tienes la sensación de estar viendo una película moderna, incluso actual.
Tremendamente rupturista, brutal a veces, prácticamente pornográfica, inmoral, excesiva, insultante, herética, monstruosa, depravada y anticlerical.
Los hechos a los que se refiere la cinta parece que fueron ciertos, en mayor o menor medida de que aquí referido. Esta versión y la de Jerzy Kawalerowicz titulada Madre Juana de los Ángeles, de 1961.
Hechos seguramente ciertos, envueltos en una bruma de venganza política y eclesial contra un sacerdote díscolo en lo personal, rebelde en lo institucional y seguramente un gran pecador a ojos de la propia iglesia.
La cinta es patrimonio para la polémica, tanto por la temática sobre la gira, pero, sobre todo, por el tono, algo salvaje, irredento, irreverente y despiadado. La mezcla de deseo sexual reprimido con las cuestiones eclesiales es una bomba. La moral y los estándares del bueno gusto saltan por los aires, naturalmente.
Oliver Reed lo llena todo, es excesivo, violento, virulento, depravado y muy sexual. Vanessa Redgrave funciona bien en el papel de histérica sexual, y Gemma Jones tamibén da un papel muy acertado.

§ 3.894. El secreto inconfesable de un chico bien (Jorge Grau, 1976)

Pues no. No le salió bien a Grau. Un director de lo más interesante, con títulos verdaderamente potentes. Eran los años de la transición, de...