domingo, 19 de febrero de 2023

§ 2.950. Juegos de verano (Ingmar Bergman, 1951)

Una película más convencional que otras del director sueco. No tan cerrada y circular. Una trama más 'desarrollada', más lineal, menos pétrea. Y cuando narra de esta manera me gusta menos que cuando es más él. 
Pero esta cinta es de las más interesantes. El guión podría estar firmado por Turgeniev. El recuerdo del amor de verano, de las primeras emociones afectivas de ese juego, la virginidad de los afectos y las ilusiones de la vida. La apreciación retrospectiva de lo que fue quizá es más bonita, en realidad, que la propia experiencia vivida. Porque la infancia no siempre es ese lugar idílico que nos muestran las películas. Es cierto, sin embargo, que recordarlo, vivirlo de nuevo, tiene una potencia emocional reconfortante. 
Pero no es de las películas que más me han gustado de Bergman. De él espero otra cosa. La turbiedad de la locura, la esquizofrenia de las rupturas, el recuerdo de la culpa y la violencia del deseo. No una historia de amor juvenil y su edificante recuerdo. Siendo una cinta bonita no es lo que yo espero de él.
Tengo a esta etapa de Bergman como de aprendizaje del medio. Quizá sea Noche de circo (1953) su primera película 'distinta', donde comienza a explorar otra forma de narrar, de expresarse. Y a partir de hay comienzan lo que considero su mejor etapa, que dura treinta años...

sábado, 18 de febrero de 2023

§ 2.949. Pasión (Ingmar Bergman, 1969)

Sorprendente, como siempre. Relaciones maduras, adultas, sentimientos complejos, difíciles, emotividad abstracta. Complejidad frente a simplicidad. 
La conquista de la felicidad conyugal es una de las tramas profundas que subyacen en toda la obra de Bergman. Es más, es su tema. Más que otros siquiera. La complejidad de las relaciones del día a día. La armonía interior de la vida matrimonial. Las dificultades de la pasión, de la pulsión sexual, de las tensiones de poder y dominio. 
El fracaso de un matrimonio y la presencia de una mujer que ha sufrido un accidente y a la que ha abandonado su marido son los personajes con los que se encuentra el protagonista, un hombre recién divorciado  que vive en una isla solitaria, de esas que abundan en el báltico.
Max von Sydow, Liv Ullmann, Bibi Andersson, y Erland Josephson son los personajes de la trama.
Lo que me gusta de la forma de rodar de Bergman es la frialdad que muestra en la exposición de las imágenes, como si no tuviese intención de hacer algo cálido. Como si a propósito pretendiese ser frío, distante, alejado, fuera de la trama, no implicado. Como si no le interesase realmente lo que cuenta. Expone lo que es, porque está presente. Es un narrador omnisciente, lineal y desinteresado. No valorativo. Es el espectador quien debe dar corporeidad moral y ética al discurso, a la narración. Por eso he defendido siempre que las cintas de Bergman hay que verlas por la mañana, a primera hora, cuando tu cuerpo y tu mente están más despiertos, sin que hayan recibido muchos estímulos a los largo del día. Ver esta cinta por la mañana es una experiencia, verla por la tarde otra bien distinta, menos intensa y carnal. Algo parecido me ha pasado siempre cuando leo algún ensayo difícil, algún texto que se maneja en términos abstractos.
 

viernes, 17 de febrero de 2023

§ 2.948. La venganza del monstruo (Jack Arnold, 1955)

 
Me gustó mucho "La mujer y el monstruo", del año anterior. Esta es su secuela. Mismo personaje, misma temática, misma historia... te ahorras mucho en explicar cosas. Digna secuela, no obstante. Puro entretenimiento. Aquella fue la primera película que vi del director, ahora he visto muchas más. Entre ellas sus magníficos Western,  realmente notables.
Bajo presupuesto, mucha imaginación y cortos plazos de rodaje y montaje. Dobles sesiones de cine de los años 50 en el desarrollado EE.UU. No tiene la frescura ni la fuerza de la original cinta, la primera de una serie que conoce una tercera cinta, ya no rodada por Arnold. El hecho de que se desarrolle en un oceanográfico y no en la selva, como la original, le resta intensidad e incluso interés. Es algo tediosa en su segunda mitad, se pierde la intensidad y por momentos llega a aburrir. Además es tremendamente previsible.
He visto a 'tito' Clint (Eastwood) en un pequeño papel, muy secundario, pero con 'frases'. Es su segunda presencia en pantalla.

§ 2.947. Arizona, prisión federal (Delmer Daves, 1958)

Alan Ladd y Ernest Borgnine. Qué puede salir mal. Nada. Es perfecto. Un buen guión, un metraje muy moderado, corto incluso, una escenografía clásica en un Western es igual a luna película bastante entretenida. 
Se dice que es un remake de La Jungla de asfalto (John Huston, 1950), pero no le veo la semejanza por ninguna parte. Pero por ninguna, ni desde el punto de vista estético, ni en el trasfondo, ni en el moral. Ni en nada. Allí era la planificación de un atraco y las vivencias para reclutar al personal. Aquí es una búsqueda de oro de un protagonista y de venganza de otro.
Me gusta Delmer Daves. Una mezcla de artesano y de cineasta de estudio, del sistema de producción en serie de películas de cine.

jueves, 16 de febrero de 2023

§ 2.946. Blue collar (Paul Schrader, 1978)

Primera película de Schrader y una de sus más recordadas obras. Cuenta bien la precariedad laboral de los operarios de la factoría, su desesperación, la búsqueda del dinero, sus necesidades. También lo aburrida que son sus vidas, su falta de futuro y la depresión que le provoca pensar en su futuro. Hasta cierto punto espanta un poco apreciar que el sueño americano de los coches se fraguaba sobre el sudor de unos trabajadores mal pagados y prácticamente explotados.
Es muy verosímil, incluso realista, con un formato muy directo, 'neorealista postmoderno' podríamos catalogarlo.
Tiene dos partes bien diferenciadas. La primera narra las vicisitudes de la vida de los operarios, mientras que en la segunda se estudia el golpe. Algo amateur, improvisado y movido únicamente por la necesidad. La sorpresa será tremenda.
Los tres actores están magníficos: Richard Pryor, que siempre le catalogo como 'gracioso sin gracia', un tipo de cómico que no me agrada; Harvey Keitel, tan duro como siempre, pétreo y animal; y Yaphet Kotto, que me ha sorprendido, pues le tenía como alguien muy menor pero que le un aire de autenticidad enorme.
Una buena película que no ha envejecido nada mal. Antes al contrario, se puede seguir viendo con perfecta actualidad.

miércoles, 15 de febrero de 2023

§ 2.945. Mil ojos tiene la noche (John Farrow, 1948)

 

Una mezcla de cine negro y fantástico. Las facultades telequinésicas estaban de moda en los cuarenta, siempre lo han estado, y explotar esa vía es interesante como recurso cinematográfico. En este caso es un mago de feria quien, después de años de embustes y mentiras, realmente comienza a tener premoniciones que se cumplen, indicios de que algo va a ocurrir, generalmente de naturaleza truculenta. Aunque también adivina números de la lotería o para hacer negocios en bolsa.
Los augurios en vez de ser una especie de bendición se convierten en una condena. Sabe lo que va a pasar pero no puede hacer nada.
Interesante Edward G. Robinson sobre el que pivota toda la cinta. 
Un metraje civilizado, un resultado imprevisible y una música de fondo machacona completan los elementos del teatro.
Atrás queda una historia de amor y otras cosas.
Un resultado interesante, no del todo redondo, pero ciertamente entretenido.

martes, 14 de febrero de 2023

§ 2.944. El vigilante de la diligencia (André De Toth, 1954)

 

Historia de una venganza. Muy bien rodada, en paisajes naturales, con travelin y recursos fílmicos más que oportunos. Un gran color y una música muy propia. Una más del Oeste, de esas de doble sesión que pro metraje ponían antes de la película 'estrella' del sábado tarde en los cines de medio mundo.
Me gusta De Toth, es un director sólido, sabe hacer las cosas, no se va por las ramas y siempre tiene argumentos. No se desperdicia ni un minuto de la trama. Me gusta mucho la voz en off, que sirve para explicar cosas que necesitarían más metraje para ser expuestas.
Después de exponer muy bien la trama, en menos de 10 minutos, se detiene, quizá innecesariamente, en aspectos poco trascendentes.
Puede leerse como un estudio sobre la (mala) fama, los prejuicios y la manera en que en un sitio cerrado los bulos, las medias mentiras y las insinuaciones interesadas se propagan de manera rápida. A veces es más fácil creer que comprobar, dejarte llevar por los perjuicios a analizar la realidad de lo acontecido. 
No es exactamente Sólo ante el peligro, de dos años antes, pero tiene algunos puntos en común. Es peor cinta, menos dramática y con un estudio del personaje principal menos desarrollada, pero puede alojarse en el mismos casillero.