sábado, 30 de octubre de 2021

§ 2.503. Raza de violencia (Douglas Sirk, 1954)


Me llama la atención que Sirk, director delicado y melodramático por excelencia se dedicara a un Western, por mucho que se el género americano por excelencia. Seguramente las exigencias de los estudios tenga mucho que decir.
No tiene un alto desarrollo dramático, ni esconce una gran historia de amor. Nada parecido. Es, sin más, una de tantas del oeste. Rodada en los más característicos parajes naturales del género en un technicolor brillante que los blu-ray actuales potencian de manera notable. Puede ser que responda a hechos verídicos, no lo sé, pero tiene toda la pinta.
Está bien dirigida, tiene un guión clásico -aunque ciertamente previsible- y se deja ver, pero nada más. No tiene la profundidad de las películas de Ford o Hawks, ni la complejidad de los Western crepusculares, con esa mezcla de género y ambivalencia de sentimientos que los hace tan atractivos: no sabes qué ves, si un Western o otro tipo de película (drama, thriller, terror, policíaca).
La verdad es que Rock Hudson por mucho que lo intenta no da el tono, no es su registro, y su algo parecido ocurre con Barbara Rush, una actriz correcta pero sin la intensidad requerida para un papel como éste.
En definitiva, una del Oeste, sin más. Correcta y agradable.

viernes, 29 de octubre de 2021

§ 2.502. Veinte mil años en Sing Sing (Michael Curtiz, 1932)

 

Un clásico drama carcelario en tono blanco. Educación, moralina, ejemplo... Bien narrada, aunque con un tono demasiado blando, algo casi infantil, educacional para los niños y jóvenes. Me gusta Curtiz, creo que tiene muy buenas películas. Ésta no es una de ellas. Sin embargo se deja ver, y es entretenida por momentos. Siempre tienes el aliciente de ver a un muy juvenil Spencer Tracy,  y a una prácticamente debutante a estrella Bette Davis. Ambos con una decena de películas, pero comenzando a domar el mundo del espectáculo... Pero no les recuerdo en otra a los dos juntos.
La historia entronca con la clásica segunda oportunidad, a la que todos los hombres tienen derecho, incluidos los presos.
Tiene un metraje contenido, un blanco y negro muy bonito, y un resultado interesante. Seguro que para los muy del subgénero de cárceles mucho más.

§ 2.501. Caboblanco (J. Lee Thompson, 1980)

Película de aventuras en el Perú en 1948, en un pueblo de costa. Barcos, chica francesa, hombre de negocios rico y con un pasado oculto, un policía corrupto y algo depravado, y noventa minutos para contar una historia que se va descubriendo poco a poco, lentamente.
Con un reparto absolutamente de campanillas: un Charles Bronson maduro y algo ya cascado, un intemporal Jason Robards,  una guapa Dominique Sanda, un sorprendente Fernando Rey (que no se por qué interviene en esta cinta), y Gilbert Roland, para el que ya habían pasado los mejores años...
Su planteamiento es bueno, pero la ejecución no tanto. No pretende ser una mala copia de Casablanca, aunque es innegable que el parecido argumental es evidente. Pero la limpieza del relato de una película clásica no lo tiene, ni mucho menos.
A medida que se consume el metraje el interés por la historia se desvanece, pasando de ser una película interesante a una historia que aburre y cansa. No es una buena cinta. Desde luego Thompson tiene cosas mejores. Es un director del que ya tengo casi todo, aunque sus primeras cuatro o cinto películas son inencontrables, así como una de la saga de los simios, que, curiosamente, no soy capaz de dar con ella. Las demás están siempre a nivel medio, sin descollar más que en un par de ellas. De toda su filmografía, rodada además con actores de primerísima fila solo destacaría: La bahía del tigre (1959); Los cañones de Navarone (1961); El cabo del terror (1962); Una llamada a las doce (1965); y El oro de Mackenna (1969). Tengo 25 suyas y estas serían las únicas que recomendaría a un aficionado que pretendiera acercarse a su filmografía. El resto, especialmente las últimas diez son mediocres, cuando no algunas de ellas directamente malas.

jueves, 28 de octubre de 2021

§ 2.500. Marathon Man (John Schlesinger, 1976)

Una película oscura. Difícil, enrevesada. Varias historias paralelas que no se saben muy bien adonde van, pero que tienen que converger en algún sitio, naturalmente. Varios escenarios en varios países, con historias paralelas, París y Nueva York. Homicidios, secretos escondidos, personajes siniestros, amantes del Maratón y alguna chica guapa. Comercio de algo valioso pero no muy voluminoso.
Muy entretenida, con suficiente tensión emocional como para considerarlo un buen thriller. Si el propósito del director es esconder la trama para mantener la tensión emocional lo consigue. Me ha gustado mucho.
Supongo que con cierta celebridad, con muy buena nota en todas las plataformas.
Un reparto muy interesante: Dustin Hoffman, Laurence Olivier, Roy Scheider, William Devane, y Marthe Keller ayudan, y mucho, al éxito de la película. No lo he comprobado, pero me parece que tuvo que ser un exitazo en su tiempo, tanto de crítica como de público. La clásica película del año. Me recuerda en algunos momentos a Los niños del Brasil (Franklin J. Schaffner, 1973) de sólo tres años antes.

§ 2.499. El último hombre… vivo (Boris Sagal, 1971)

 

Película "setentera" con una estética muy característica, con un mensaje ideológico algo confuso pero muy efectista. El final del hombre y sus 'culpas' le han llevado a su extinción como especie. Una profecía que, al día de hoy -todavía en plena expansión del Covid-19- no representa tanto un miedo como sí una realidad. En 1971 la pesadilla se vinculaba con un holocausto nuclear, una guerra bacteriológica, hoy en pleno siglo XXI con un virus producido en un laboratorio militar en una recóndita región de china.
No contiene, no obstante, demasiadas referencias morales, éticas o axiológicas. Nos lo cuenta como un cuento, como un acaecer. Como si se tratara de una película de aventuras. En vez de en el mar o en el desierto, en una ciudad apocalíptica, desolada y colonizada por medio hombre que, como los vivos, sólo pretenden sobrevivir. Al principio sí se pretende encauzar esa pretensión, y luego, más tarde, cuando se le enjuicia, es cierto que se produce un dilema moral. Pero tampoco nos explica demasiado qué ha ocurrido, por qué o cómo. Es interesante que los infrahombres no puedan ver la luz, es toda una alegoría de la vida y del mal. 
Es entretenida. Me ha gustado menos que El último hombre sobre la Tierra (Soy leyenda) (Sidney Salkow, Ubaldo Ragona, 1964), pero algo mas que Soy leyenda (Francis Lawrence, 2007).

martes, 26 de octubre de 2021

§ 2.498. En el calor de la noche (Norman Jewison, 1967)

 

Un thriller policial en el profundo sur de EE.UU. Racismo,  recelo social, abusos policiales, suspicacias hacia el norte, pobreza estructural rodeada de ignorancia supina y grandes dosis de testosterona. Resentimiento y envidia son el caldo de cultivo en el que se desenvuelve la historia.
Una película estupenda, llena de matices que propician que se vea varias veces. Seguramente no será la última vez que la vea.
Muy interesante el rol de policía de pueblo que antes que racista es, sobre todo un policía. Tiene más interés en averiguar qué ha sucedido que en demostrar el desprecio que siente por el inspector de policía de color. También el inspector de color se sobrepone al desprecio que ha sentido, intentando sustraerse a sus instintos para llevar a buen puerto la investigación. Un muy interesante duelo.
Me llama la atención la ausencia casi total de personajes femeninos, más allá de la señora Colbert.
La música es orquestada por Quincy Jones, y la canción, del mismo título que la película, es interpretada por Ray Charles.
Un duelo actoral tremendo entre Sidney Poitier y Rod Steiger,  acompañado del siempre eficaz Warren Oates. Sidney es bueno, pero lo de Rod es impresionante. Uno de mis actores fetiche, uno de esos que cada vez que se le ve en pantalla se tiene la seguridad de que estamos ante una buena película.

domingo, 24 de octubre de 2021

§ 2.497. Yo, Claudio (Herbert Wise, 1976)

Mítica serie británica de impecable factura, carga actoral y atrezzo muy delicado. Un guión que es una obra de arte en sí misma, sobre una novela maravillosa (en realidad sobre dos, Yo, Claudio y Claudio el Dios y su esposa Mesalina).
Me ha gustado mucho Derek Jacobi, le da un tono muy mesurado. El histrión de Calígula interpretado por John Hurt también le da el punto adecuado. Pero creo que es más sencillo forzar la interpretación hacia los extremos que hacia la moderación.
Esta copia tiene 12 episodios, aunque el primero dura el doble. En realidad son 670 minutos, aunque las versiones canónicas dicen que tiene 650. Esos veinte adicionales aparecen de la suma de los dos primeros en uno sólo, con algo de metraje adicional.
Cada episodio tiene una trama principal en la que Claudio no juega un papel protagonista. En realidad en todos ellos, excepto en los tres últimos su personaje sirve de excusa para contar una historia, la de la familia Julio-Claudia. 
Me han gustado mucho los papeles de las mujeres, con una modernidad que. probablemente, no corresponda a una realidad histórica. Tienen mucha más importancia, incluso, que las mujeres modernas en la modernidad. 
Recuerdo las dos novelas como una auténtica maravilla, como dos novelas, especialmente la primera, verdaderamente prodigiosas.

§ 3.881. La leyenda de los ocho samuráis (Kinji Fukasaki, 1983)

Fukasaki es el director de la segunda unidad de la películas "Tora! Tora! Tora!" de 1970 cuyo principal director fue Richard Fleis...