sábado, 16 de octubre de 2021

§ 2.493. El largo y cálido verano (Martin Ritt, 1958)

 

Drama sureño de la pluma de William Faulkner en Cinemascope, con un joven Paul Neman en un de sus primeros papeles realmente soberbios. Dos años antes había rodado Marcado por el odio, (Robert Wise) que me parece todo un canon de película de boxeo y seguramente la cinta que le disparó en la popularidad de las taquillas.
Acompañado de un planten del auténtico lujo: Joanne Woodward, Orson Welles, Lee Remick, Angela Lansbury, y Anthony Franciosa.
La profundidad emocional de las frustraciones que se esconden en el rico sur son muy parecidas a las de cualquier otro lugar, lo que ocurre es que aquí huelen mejor. Me ha llamado la atención le represión sexual que sufren las mujeres de este sur. Esa trama nunca la había detectado en Faulkner, de todo lo que he leído de él, que ha sido mucho, no he detectado nunca esa pulsión.
El resto de la trama es similar, salvando las distancias, a los dramones de Tennessee Williams, con predominio del poder, el racismo, la misoginia, las puyas verbales en las conversaciones, los abusos verbales, y la dominante figura de un padre tiránico y rico que domina a todos los miembros de su familia por una sola razón: porque nadie le ha hecho nunca frente. Es un papel muy similar al del padre de La gata sobre el tejado de zinc, aunque este tiene un punto de cólera y de maldad superior.

viernes, 15 de octubre de 2021

§ 2.492. Imitación a la vida (Douglas Sirk, 1959)

 

Me produce una melancolía tremenda las películas de Sirk. Solo hay dos o tres directores que me provocan una sensación tan potente. Rosselini, Bergman, y Sirk. Realmente me arañan el alma. Me quedan baldado, una sensación entre amargura y añoranza. Una sensación de que el alma es algo más que lo que yo vivo. Es, realmente, una vida sustitutiva, una vida que vivir, una vida de repuesto. 
El tema del racismo está tratado demasiado crudamente. No la recordaba tan escorada hacia ese aspecto. La tenía más centrada en la historia de amor entre los protagonistas adultos. La historia de la niña es muy dura, tanto como real. Desgraciadamente ha debido ser muy común, quizá todavía lo sea.
Esta es, verdaderamente, una obra de arte. Se mire como se mire. 
Una Lana Turner espléndida, espectacular, bellísima, mala y pérfida como pocas. Una belleza animal, salvaje, felina, peligrosa...
Juanita Moore y las niñas: Sandra Dee, y Susan Kohner, acompañan a un John Gavin realmente muy apuesto.
El guión es de Eleanore Griffin, y Allan Scott, sobre una novela: de Fannie Hurst.

jueves, 14 de octubre de 2021

§ 2.491. Hotel Rwanda (Terry George, 2004)

 

Una película semidocumental, con un regusto a cinta hecha para la televisión, que pretende reflejar el horror de una guerra civil en un país africano, Ruanda. En 1994 aquello era el infierno del odio entre facciones de un mismo país, separadas por... no se sabe muy bien por qué, y además da igual cuál fuera el motivo. Entre los "hutu" y los "tutsi", una separación entre razas propiciada por la dominación belga, que hizo, más o menos, lo que le dio la real gana.
Es de una sinceridad brutal, acongojante. Da miedo. Es una película de terror, de cómo el humano puede ser capaz de cometer las más bárbaras acciones contra sus semejantes. Pasa por ser una extraordinaria película, y no lo dudo, pero tanta dureza me distancia de ella, tiendo a protegerme y no implicarme demasiado emocionalmente. Cualquier ser humano al que le llegue de cerca esta tragedia se sentirá realmente conmovido por ella.
Tiene una moraleja clara, las sociedades que se corrompen como forma normal de funcionamiento degeneran hacia modelos autoritarios. Todo funciona por y para el dinero, y el soborno se erige en la principal (y única eficaz) vía de obtención de una salida al conflicto.
Don Cheadle está realmente soberbio, así como Sophie Okonedo cuyos ojos están llenos de tristeza y recuerdos. Nick Nolte en una para él película alimenticia, y Joaquin Phoenix en un papel no muy descollante. También participa Jean Reno, en otro papel muy secundario.
Tenía a Cheadle por un gran actor, pero algo limitado para papeles dramáticos. Aquí se luce, realmente. Es magnífico. Realmente se encumbra, se eleva a un status superior. Un actor que siempre he tenido en consideración pero que tras esta cinta debe apreciar con más atención. Espléndido.

miércoles, 13 de octubre de 2021

§ 2.490. Basada en hechos reales (Roman Polanski, 2017)

Interesante propuesta estética, como todas las del Polanski. A veces lo cotidiano es apasionante y capaz de provocar la mayor de las emociones. No hay nada más peligroso que aquello que haces todos los días.
Lo que pueda surgir del día a día puede ser apasionante. Hay algo perturbador en la amabilidad gratuita de alguien que no conoces. No estamos acostumbrados a ese tipo de relaciones. Ser amigo de alguien es un compromiso que pocas personas pueden y quieren asumir. Por eso desconfiamos de quien nos trata bien, básicamente porque nosotros no solemos tratar bien. Nadie trata bien.
Ser inteligente y capaz profesionalmente no te mantiene al pairo de las agresiones sibilinas de personas que se acercan insospechadamente. Además tampoco te garantiza que veas el peligro antes de que esté encima.
Bien bien rodada, detallista, delicada, atenta a lo pequeño, a lo que otro ojo no es capaz de apreciar.
La madurez de la persona es una época especialmente vulnerable para este tipo de ataques sibilinos, taimados, encubiertos...
El trio de actores es la ya madura Emmanuelle Seigner, pareja del director, la enigmática Eva Green, y el todoterrono Vincent Pérez. Bien resuelta la participación de los tres, más adecuada Eva en el suyo que Emmanuelle en el de escritora madura en problemas emocionales. 

martes, 12 de octubre de 2021

§ 2.489. Su propio infierno (John Frankenheimer, 1962)

 

Un relato muy duro. Del sur, de cualquier sur. Pérdida, tristeza, falta de oportunidades, pobreza. El sur. En todos los países hay un sur, geográfico y emocional.
El relato podría pasar por ser de Tennesse Williams, pero no lo es. Aunque tiene un aire parecido. Es una novela de James Leo Herlihy, y el guión es de William Inge.
La música acompaña muy bien la película, es de el luego célebre Alex North. 
La ya madura Eva Marie Saint, y el joven y guapísimo Warren Beatty llevan el peso de la película, acompañados por el siempre solvente Karl Malden, y la eficaz Angela Lansbury.
La insinuación de la prostitución masculina es una apuesta muy valiente. Pocas películas la tratarían. Y aunque no se aprecia del todo es evidente en la cinta. La insatisfacción sexual de las mujeres no puede ser tónica general. Es insólita la atracción sexual que despierta es realmente inaudita. Las mujeres al verle sienten inseguridad, y él, por su parte, experimenta todo lo contrario. Se vuelve más seguro cuando más impresiona a las mujeres. Más varonil a medida que las trata mal, que las desprecia, 
Necesariamente la relación amorosa no es convencional, tiene necesariamente que hacer aguas por algún lado. Se avecinan problemas nada más empezar, tragedia final incluida. No puede salir bien.
No es una estética muy cerrada, aunque el sur es el sur, los convencionalismos, la tradición, la diferenciación de roles entre mujeres y hombres.
La cinta se deja ver, entretiene y mantiene la tensión, pero algo no funciona del todo. No es "Dulce pájaro de juventud", ni "La gata sobre el tejado de zinc". 
El papel para Warren Beatty le va como anillo al dedo. Era su tercera película, todas ellas muy parecidas para él, después de "La primavera romana de la Sra. Stone" (José Quintero, 1961), y "Esplendor en la hierba" (Elia Kazan, 1961). En todas ellas hace un papel de guapo chico muy sexualizado, aunque con matices. Era un papel que no solo lo bordaba sino que, probablemente, correspondía con su forma de ser, su manera de vivir. Más tarde pasó por ser conocido como uno de los hombres con más amantes de todo el negocio del cine.
Eva Marie Saint ya tenía algunas películas más en su mochila desde su aparición en 1954 en "La Ley del silencio", también de Elia Kazan. Belleza serena, clásica, intemporal, glamourosa, con estilo. No desespera por el amor del chico, y aquí la cinta falla y naufraga. No se entabla un verdadero diálogo de emociones y afectos, aunque sean viciosos, descontrolados o desproporcionados.
No se hace especialmente larga, a pesar de rondar las dos horas de metraje.

§ 2.488. No me creerán (Irving Pichel, 1947)

 

Cine negro de gran calidad. Una trama muy interesante, retrospectiva desde un juicio por asesinato. Sobria, directa, sin concesiones, a la barbilla. Seca y dura. Es un género que me gusta mucho.
Un reparto muy interesante: la muy eficaz (y mejor actriz de lo que su fama dice de ella) Susan Hayward, un Robert Young en su madurez, y la que siempre retorna al pasado, la muy guapa Jane Greer, en los principales papeles.
El guión, realmente magnífico, es de Jonathan Latimer, sobre una historia de Gordon McDonell.
Pichel es un director más que recomendable. Incluido en la lista negra de Hollywood, autor de películas de varios géneros, negro sobre todo.
Es ese tipo de cintas que sorprende para bien. El relato es lineal, sin sobresaltos, muy trabajado. Parece de un gran escritor. No sobre nada, no falta nada, y eso es difícil en una película que se visiona retrospectivamente.

§ 2.487. A quemarropa (John Boorman, 1967)

 

Gran éxito, de un director que me ha gustado mucho lo poco que he visto de él, solamente dos películas: la magnífica Infierno en el pacífico (1968) y la no tan buena pero interesante El sastre de Panamá (2001).
Narrada con un punto de obsesión, el subjetivo del protagonista, y acompañada con una música un poco neurótica sin tema, sin ritmo y sin melodía, solamente sonidos musicales engarzados.
Un planteamiento estético realmente interesante, con esa repetición de escenas a cámara lenta, tan novedosas en aquellos años, una ausencia de diálogos -e incluso de ruidos- en las escenas cumbre, el tratamiento lento y pausado de determinados momentos frente a la neurosis y la rapidez de otros. Todo parece funcionar desde la cabeza enferma del protagonista, dueño y señor del punto de vista del director.
Hay un momento en que no es capaz de razonar, ni siquiera de pensar, los acontecimientos le superan, ni siquiera sabe dónde se encuentra, y no sabe qué le ocurre. Hay un momento en que las dos realidades paralelas conviven en dos discursos que se van uniendo para conformar la realidad que acontece realmente. Psicodelia, música repetitiva y algo del funk de la moda 'negra' de la época acompañan un resultado más que notable, sugestivo, y brillante. Una muy buena película.
La rigidez de Lee Marvin le va bien a la cinta, esa distancia emocional, esa egolatría, esa forma de moverse con cierto desprecio por los demás. Un poco pistolero, un poco fanfarrón, algo de perdedor y mucho de seguridad en sí mismo. Le dota de una complejidad propia del personaje torturado que representa.
Angie Dickinson se encontraba en el mejor momento de su carrera, guapa, madura, serena, pero tan poco expresiva como siempre. Hace su papel pero transmite poco, más allá de su empaque y su belleza. No era una actriz talentosa, lo era de intuición, de momentos, de situaciones. No quiero decir que fuese mala, simplemente no era notable.

§ 3.894. El secreto inconfesable de un chico bien (Jorge Grau, 1976)

Pues no. No le salió bien a Grau. Un director de lo más interesante, con títulos verdaderamente potentes. Eran los años de la transición, de...