domingo, 26 de septiembre de 2021

§ 2.472. Motivo de alarma (Tay Garnett, 1951)

 

Una muy guapa Loretta Young enamora a dos militares en plena IIGM: Barry Sullivan, y Bruce Cowling. Triángulo amoroso como tantas veces se ha rodado. 
Un blanco y negro claro, pero con una palpitación en la imagen que dificulta su visionado. No es una buena copia la mía. Un metraje muy contenido, 74 minutos que obliga a ir al grano desde el principio. A veces se agradece. 
Loretta es de esas estrellas discretas que, al final de su carrera mira hacia atrás y descubre que ha rodado muchas cintas, con directores de todo orden y de una calidad media/alta. Una estrella escondida. Ésta es una de sus últimas películas.
Un tema algo trillado que, sin embargo, permite varias perspectivas. Todo gira en torno a Loretta, que, a mi juicio, borda un papel que limitadas posibilidades de desarrollo. 
Un guión eficaz pero sin alardes y una música (de Andre Previn) acompañan una película que se puede ver. Es cierto que es para los muy amantes del género negro, pero es interesante.
Le faltaría para ser una gran película algo más de desarrollo en el guión y más personajes. Más que nada porque aunque las aspiraciones vitales de ella sí parecen claras, la explicación de por qué está enfermo el marido no se explicitan, ni tampoco se da pista alguna.

§ 2.471. El asesinato de la hermana George (Robert Aldrich, 1968)

No es de las más conocidas de Aldrich, que es un director prolífico y muy versátil. Hizo de todo: aventuras, western, dramas, terror, bélicas... y todo lo hizo bien. Un gran director. Uno de los mejores, uno de mis favoritos.
No es frecuente que las relaciones lesbianas se muestren en el cine. En este caso además la relación es entre una mujer mucho más mayor que la pareja. Y otro aspecto interesante es la visión de la prostitución lesbiana, abiertamente tratada.
El alcoholismo sí se ha mostrado más veces, pero no con tanta crudeza en una mujer. Siempre había sido 'despendoladas' de  una noche, chicas de cabaret y novias de gansters, pero no mujeres mayores con trabajos normales, que no llegan a fin de mes y tiene problemas mortales. El sadismo de la protagonista y las humillaciones a las que somete a su pareja es otro tema espinoso. Los celos de la protagonista también es un aspecto que sobrevuela toda la cinta.
Desde luego Aldrich no tenía "pelos en la lengua", y no tenía el más mínimo prejuicio en mostrar la realidad más escabrosa.
Me ha parecido un poco larga, 135 minutos son demasiados.
Beryl Reid es June Buckridge, y Susannah York es Alice.
La película consigue pasar por británica sin serla, el ambiente de exteriores está muy bien conseguido, como también la casa de la protagonista, en donde se desarrolla gran parte de la trama, como si se tratase de una obra de teatro.

sábado, 25 de septiembre de 2021

§ 2.470. Refugio de criminales (Irvin Kershner, 1960)

La segunda de un director muy conocido pero poco prolífico. Ha filmado en la saga de 007 y en la de Star Wards, casi nada...!!!
Biopic sobre Fr. Charles Clark, un sacerdote que trabajaba con hombres que salían de la cárcel. Hace años, pero no recuerdo cuál, vi una de similar temática protagonizada por Spenser Tracy (creo recordar). Aquella era sobre niños, esta sobre adultos.
Intensa y emotiva,  aunque un poco lenta y pausada y con un metraje algo elevado para la historia que cuenta, que no deja de ser algo convencional, trillada y, hasta cierto punto, conocida. 
El papel del periodista sirve de contrapunto a la bondad intrínseca de la historia, como si fuese la de la propia sociedad que sospecha de intenciones tan altruistas.
Me ha gustado mucho la música, acompaña sin inmiscuirse demasiado.
Me ha gustado Don Murray, un actor del montón que con esta historia pretende elevarse tanto en el aspecto actoral como también en la figura del guionista, pues hace tal menester junto con Joseph Landon.
El blanco y negro está un poco deteriorado, a veces se mueve la imagen. Se nota que no se ha restaurado. Muchas veces no sabes cuál es el criterio por el que unas películas sí y otras no se restauran.

§ 2.469. Dulce pájaro de juventud (Richard Brooks, 1962)

 

Amores difíciles, el paso del tiempo, la añoranza del pasado que no fue, la desesperanza por lo que va a venir. Un canto al amor de juventud, a esa inocencia que se va con el paso del tiempo...
Los melodramas basados en novelas de Tennessee Williams son tórridos, desgarradores, con un punto de sexualidad animal a flor de piel. Siempre rodeados de grandes terratenientes sureños con casas tan particulares, con el calor como compañero inseparable.
El poder político es un motor de ambición, 
La musica es de Robert Armbruster, y la pareja de actores Paul Newman, Geraldine Page es sencillamente magnífica. Shirley Knight es una cara bonita que encaja bien en la historia, pero no creo que le de ese punto desgarrador que requieren los dramones de Williams. Page tiene algo de la alcohólica de El Graduado, es mezcla de mujer madura borracha con un pasado mejor -cualquier pasado fue mejor para ella- pero con una necesidad de afectividad y pasión sexual que la domina y la desborda. Es guapa, pero es consciente que su belleza es más efímera de lo que esperaba, su vida afectiva ha fracasado y duda de como gobernar su vida.
El Newman de esta película no es muy distinto que el de otra cinta de Brooks rodada antes: "La gata sobre el tejado de zinc" (1958). No es que sea el mismo papel exactamente, pero se le parece bastante. Allí estaba torturado por la amistad perdida, con claras referencias homosexuales con una mujer bellísima que necesita una atención sexual y que añora quedarse embarazada. Las relaciones con su padres, su hermano y su cuñada eran un tormento para él, y la culpa por el amigo muerto no desaparece por muchos litros de alcohol que trasiegue para hacer digerible la vida. Aquí sin embargo es otra cosa, aunque la necesidad profunda de afecto de ambos personajes es similar. Es, en realidad, el tema de los "dramones" sureños de Williams.
Las relaciones entre los dos personajes principales son de una emotividad desgarradora, de esas que duele, tremendamente autodestructiva. Plantea, además, un debate que en su momento tuvo que levantar algo de suspicacia, la prostitución masculina y la compra de sexo por una mujer, una mujer mayor en este caso.

§ 2.468. Peligro inminente (Phillip Noyce, 1994)

 

La vi hace muchos años. No la ha tratado especialmente mal el paso del tiempo. Es de aventuras, política, drogas y dinero... Un poco lo de siempre. Para tener tantos años algunas imágenes de aviones, helicópteros y demás son muy realistas.
Es un personaje a la medida de Han Solo, vaquero del espacio y ahora metido a aventurero en la CIA, le queda que ni pintado a Harrison Ford. Willem Dafoe no da su mejor versión, ni mucho menos. Es un papel plano, sin emotividad, sin expresividad.
Aunque parece un poco larga, 140 minutos de metraje, al final no se hace pesada. Pasan muchas cosas y hay que contarlas.
Se deja ver.

viernes, 24 de septiembre de 2021

§ 2.467. La cicatriz (Steve Sekely, 1948)

Cine negro clásico: atraco y femme fatale. Un director para mi totalmente desconocido, no tenía ni idea de quién era. Húngaro de nacimiento emigrado a EE. UU. donde continuó su carrera como cineasta.
Un reparto excepcional con Paul Henreid y Joan Bennett como principales reclamos, estrellas rutilantes del cine clásico, de las verdaderamente reconocibles por su trabajo.  A Henreid no le recuerdo ningún papel haciendo de malo, o de perverso. Parece santificado por Casablanca y su papel tan estelar que cuesta verle en otros roles. Bennett no está tan perversa como en las de Lang, ni tan bella.
Un guión interesante, diálogos muy del género y un tratamiento noir de todo el espacio y el tiempo, incluyendo un blanco y negro más que decente, con luces y sombras que acentúan y subrayan los aspectos dramáticos en los momentos estelares de intensidad emocional.
Las escenas en las que se reconoce en el espejo e idea el plan son brillantes. También cuando se superponen los planos para que aparezcan los dos personajes.
No se por qué, pero creo que la película no tuvo que funcionar en taquilla. Hay algo que no se ve redondo en ella, que no funciona del todo. La sencillez en el planteamiento quizá, la dificultad para llevar a buen puerto la suplantación. La falta de credibilidad de la femme fatale, que es extremadamente perversa en el fondo pero demasiado suave en las formas cuando la auténtica es justamente al revés: dura en el trato pero de buen corazón, con fondo y más agradable de lo que podría parecer. En este caso la condición de mala no se la otorga la ambición de poder o de control, sino la necesidad de superar una vida normal, aburrida y trabajadora.

jueves, 23 de septiembre de 2021

§ 2.466. El mensajero (Joseph Losey, 1971)

 

Tiene hechuras de ser una gran película. Un director espléndido, un guionista de altura (Harold Pinter, sobre una novela de L.P. Hartley), unos actores de campanillas y (Julie Christie, Alan Bates, Margaret Leighton, Michael Redgrave, Dominic Guard, Michael Gough, y  Edward Fox) una música preciosa creada por un gran compositor (Michel Legrand). 
Y lo es. Rodada con esmero, dedicación, con ese tono acrisoladamente inglés tan bonito, con un atrezo maravilloso: trajes, carruajes, escenarios, objetos, decorados, casas... Todo está muy logrado. Delicada y, a la vez y sin ser contradictoria, ruda en su mensaje, en su discurso, en el contenido moral que subyace. No es que el autor pretenda moralizarnos, nada más lejos de la realidad, sino simplemente narrar una realidad desconocida por la mayoría de los humanos: los problemas amorosos de unas jóvenes que desconocen la realidad en que se movían, alejados totalmente de la sociedad y de sus esperanzas y expectativas. Ese amor, esa pasión, esa carnalidad carece de realidad cuando no se conecta con una vida real.
Un poco lenta, contemplativa, a veces un tediosa, sobre todo en las transiciones de historia a historia y con ese punto de metraje de más que hace que sea, por momentos,  poco digerible.
No es, a mi juicio, lo mejor de Losey, ni mucho menos. Un director que a la altura que rodó esta ya había filmado sus mejores cintas, algunas realmente soberbias.

§ 3.880. La bruja (Robert Eggers, 2015)

  Primera película de un director del que he visto, con ésta, todas sus cintas, cuatro en total. Ésta era su debut cinematográfico.  Cuatro ...