viernes, 1 de enero de 2021

§ 2.218. ¿En qué piensan las mujeres? (Nancy Meyers, 2000)

        La vi hace muchos años y me encantó. Vamos a ver ahora qué tal... La verdad es que está muy bien la película, la recuerdo perfectamente, pero tiene un segundo visionado perfectamente.
Empiezo a valorar muy bien a Nancy Meyers, tiene películas estupendas, con esa ligereza compleja que tiene cientos de horas y de talento detrás. Atreverse en su segunda película a hacer una especie de película tipo Lubitsch es arriesgado, pero, al menos para mi, el resultado es más que solvente.
        Este tipo de películas me ponen triste, cuando la vi hace años tenía otra vida, y ahora la vuelvo a ver y me provoca las mismas emociones, o muy similares.
        La música es excelente, sobre todo los toques de Frank Sinatra.
        Mel Gibson es un tio divertido, y Helen Hunt es una muy buena actriz. Marisa Tomei y Alan Alda están estupendos.

§ 2.217. Una vida vale más (Sydney Pollack, 1965)

    Interesante película, muy bien rodada, que cuenta la historia de una secretaria de un ejecutivo que pretende suicidarse tomando barbitúricos por razones que al principio no se explican y que llama al teléfono de la esperanza por la noche, que atiende un estudiantes de medicina con algo de formación en el tema, pero sin verdadera experiencia.
    La señora está casada, tiene hijos y parece vivir en una casa cómoda y confortable. Pero se casó embarazada de un hombre distinto a su marido, dando a luz 'prematuramente' para este.        
    Ahora el marido actual ha descubierto la verdad, pues ha recibido la mujer un cheque de 263 dólares para el hijo que le corresponden en su testamento.
    A la vez que va desarrollándose la conversación con el teléfono de la esperanza se realizan flasback para explicar la historia de la mujer y su marido y se narran los esfuerzos policiales para localizar la llamada, encontrar la casa y poner los medios médicos y sicológicos para minimizar el riesgo de suicidio y poner los medios médicos oportunos.
    Sidney Poitier y Anne Bancroft son sus protagonistas principales, realmente imperiales, con un Telly Avalas haciendo de médico que la verdad, da el pego perfectamente. Lo de Bancroft no me sorprende, siempre la he tenido como buena actriz, ni tampoco lo de Poitier, que verdaderamente era muy bueno.
    El guión es una delicia, y la secuencia de planos, dificilísimos de rodar, una verdadera maravilla. Diría que es una de las películas que más me han gustado de Pollack. Es curioso que termine de visualizar su filmografía con su primera película.
    Una reflexión sobre el perdón y la capacidad que tenemos los humanos para ello, teniendo presente que a no se trata de la voluntad que cada uno ponga en ello, sino que hay dificultades para perdonar que están por encima de la voluntad de las personas. Probablemente porque hay cosas que no se pueden perdonar, que son, en sí mismas, imperdonables. Mentiras, palabras dichas inconvenientemente, hechos u ocultamientos que las personas no pueden dejar pasar por alto. O dicho con más precisión, que no capaces de olvidar, de dejar de tener presente en todo momento, porque el conocimiento de lo ocultado transforma nuestra visión de la realidad, ahora distinta, y provoca cambios, grandes o pequeños, en nuestra forma de ver la realidad, y, por tanto, adecuamos nuestra actuación teniendo presente estos nuevos parámetros. No es que no seamos capaces de perdonar, es que, al ser distintos adecuamos nuestro comportamiento a la nueva realidad, que ya no concuerda con la que aprecia la persona que nos mintió u oculto el dato que ha propiciado el cambio en nuestras vidas, en nuestro ser.
    Su filmografía completa, excluyendo documentales y cosas para la televisión esta:
- Una vida vale más (1965)
- Propiedad condenada (1966)
- Camino de la venganza (1968)
- La fortaleza (1969)
- Danzad, danzad malditos (1969)
- Las aventuras de Jeremiah Johnson (1972)
- Tal como éramos (1973)
- Yakuza (1974)
- Los tres días del Cóndor (1975)
- Un instante, una vida (1977)
- El jinete eléctrico (1979)
- Ausencia de malicia (1981)
- Tostoi (1982)
- Memorias de África (1985)
- Habana (1990)
- La tapadera (1993)
- Sabrina (y sus amores) (1995)
- Caprichos del destino (1999)
- La intérprete (2005
    19 películas, algunas de ellas realmente buenas, otras no tanto. Pero una gran filmografía, una gran carrera que completó con algunas actuaciones como actor.

§ 2.216. Paz en la tierra (John Ford, 1934)

    1934, 87 años tiene la película (casi nada), y se ve fantásticamente. Película río, lío entre familias ricas algodoneras en el siglo XIX y en el XX.
    El guión, que no parece que sea una novela por la información que tengo de la película, es de Reginald Berkeley, que fue un político británico y luego novelista y guionista en Hollywood.
       Madeleine Carrol y Franchot Tone son sus protagonista.
    Un rico algodonero americano al morir deja en testamento la empresa con la exigencia de que se alíe con una británica tan fuerte como ella y que se establezcan sucursales en París y Prusia. Nietos de las familias se reúnen en 1914 en EE.UU.
    Boda en Alemania entre primos, estalla la guerra y mueran propietarios de la rama francesa, de la que se hace cargo la hija mayor, que está enamorada del hijo del propietario americano, que se ha apuntado a la Legión Extranjera.

§ 2.215. Arma letal (Richard Donner, 1987)

    Ya la había visto, naturalmente, pero quería que Rodrigo la viera, y era una buena forma de empezar el año 2021, que necesariamente tiene que ser mejor que el 2020. Lo de la pandemia para mi ha pasado a segundo plano, lo importante es curarme el ojo, curármelo bien y que no me queden muchas secuelas.
    Más allá de alguna que otra buena película esta serie de Arma Letal es lo mejor que ha hecho Donner, al menos es lo que a mi más me gusta. Otras cintas son buenas, pero estas son para mi las mejores.
    La pareja Mel Gibson y Danny Glover funciona, y funciona bien, una de las mejores de los últimos años en plan detectives.
    La historia, el guión, los diálogos y demás cuestiones están bien pensadas y están al servicio de la película, que funcionó estupendamente en la taquilla, al punto de extender la serie tres episodios más, el 2, 3 y 4. Quizá perdiendo, poco a poco, calidad, supongo, porque es lo que suele ocurrir en este tipo de series.

jueves, 31 de diciembre de 2020

§ 2.214. El pacto de Berlín (John Frankenheimer, 1985)

   Mejor planteamiento que desarrollo. Gran historia sobre el papel que se viene abajo poco a poco. A partir del minuto treinta decae estrepitosamente, algo que ya he apreciado en varias ocasiones en Frankenheimer, director que no completa sus películas de forma redonda.
    El guión se desarrolla sobre una novela de Robert Ludlum (un escrito competente de novelas negras y de misterio, creador de Bourne el agente invencible e intratable luego llevado con éxito a la gran pantalla) y está escrito por Edward Anhalt, George Axelrod, y John Hopkins.
    Un arquitecto estadounidense descubre que es hijo de un jerarca nazi que se dedicó a robar dinero al Reich para organizar un fideicomiso que sirva para reparar los horrores del régimen. Para ello se tiene que reunir con los hijos de otros dos hombres que participaron con él en el desfalco y que estaban de acuerdo en sus propósitos. Todo el dinero, una cantidad absolutamente fabulosa, está guardada en un banco en suiza. Si acepta la gestión del dinero tendrá que realizar obras de caridad, filantropía, etc. Todo es misterioso y dificultoso. Pero lo más horroroso es que una organización nazi que pretende resucitar el Reich están detrás del asunto y quieren el dinero.
    El asunto tiene miga, la madre del arquitecto ve como le queman la tienda y pretenden asesinarla, y los hijos de los amigos del padre (una chica y un director de orquesta, respectivamente) no parece que estén en su misma línea, más bien al contrario: pretenden emplear el dinero precisamente para resucitar al Reich. Al menos el que hace pasarse por director de orquesta no parece comulgar con sus planes. A todo esto el MI6 está enterado de la cuestión y quien participar en el asunto, no se sabe si con el propósito de desenredar el asunto o al contrario, implicarse en él porque los agentes no son auténticos, sino infiltrados nazis. Un follón en donde no sabes quién es quien y cuáles son sus intenciones.
    Películas de estas -con esta temática me refiero- hay varias, me acuerdo de una especialmente,  Triple cross (Terence Young, 1966), aunque aquella era mejor que esta, al menos así lo recuerdo.
  Las mejores películas del director son: El hombre de Alcatraz (1962), El mensajero del miedo (1962), El tren (1964), y Siete días de mayo (1964). Fueron unos años magníficos, que nos los volvería a repetir.

§ 2.213. Nixon (Oliver Stone, 1995)

    Me encantó la primera y única vez que la vi, probablemente hace más de 20 años. La radiografía del poder en estado puro, maniático y obsesivo. Muestra un maníaco de la política, un hombre carcomido por una pasión desproporcionada por la política, por el mando, por el poder. Aunque también ha pasado a la historia como un político sucio, sinceramente no más que los demás -imagino e intuyo-, deshonesto, que operó con multitud de tejemanejes en los que se vio atrapado -como una tela de araña peligrosa y venenosa- y que carecía de cualquier límites moral y ético en la lucha política, tanto con los contrarios como con los propios, tanto con sus enemigos como con sus contrincantes.
    El manejo del flashback es magistral, en ningún momento dudas en qué época están, y teniendo presente el salto cuantitativo de años -más de 18 desde la primera campaña electoral para la presidencia -con 47 años- hasta la dimisión del cargo de Presidente de los EE.UU. por el escándalo Watergate.
    Me ha parecido soberbia la interpretación de Anthony Hopkins, sobresaliente, llena de matices, pero la de su mujer, interpretada por Joan Allen no se queda atrás.
     La insinuación de que conocía, o al menos intuía, que Kennedy iba a ser asesinado no creo que se ajuste a la verdad. Es una hipótesis descabellada, sobre todo porque por mucho que le odiara, pasarían varios años -demasiados- para cocinar una venganza, y, sobre todo, porque tenía a otro Kennedy contra el que luchar, por lo que el asesinato del primero no le garantizaba nada, porque quedaba un segundo contra el que luchar.
    La entrevista con Edgar Huber sí parece más verosímil, más probable y posible. Y el apoyo del FBI de manera directa, y más probablemente de manera indirecta, sí parece veraz, así como el contacto con la mafia. Desde luego los apoyos más sucios que se podían recabar.
   Un reparto de absoluto lujo: Anthony Hopkins, Joan Allen, James Woods, Paul Sorvino, Bob Hoskins, J.T. Walsh, E.G. Marshall, Ed Harris, Powers Boothe, David Paymer, David Hyde Pierce, Mary Steenburgen, Tom Bower, John Diehl, Kevin Dunn, Madeline Kahn, Saul Rubinek, Larry Hagman, Annabeth Gish, Tony Lo Bianco, Dan Hedaya, Joanna Going, Tony Goldwyn, Edward Herrmann, Marley Shelton, Ric Young, Bridgette Wilson, John C. McGinley, Michael Chiklis, Bai Ling, Angie Gray, Alexander Butterfield.
    El guión, notable y probablemente muy fidedigno ante los acontecimientos históricos, es obra del propio Oliver Stone,  junto con Stephen J. Rivele y Christopher Wilkinson. La música es de John Williams,  poco invasiva y únicamente dedicada a acentuar y subrayar algunos aspectos sicológicos, como la soledad o la amargura. La fotografía es de Robert Richardson, que no me suena especialmente.
    Un metraje largo que no se hace excesivo si te gusta la temática y entiendes algo de lo que ocurrió con él en aquellos años y en aquellas circunstancias.

miércoles, 30 de diciembre de 2020

§ 2.212. Septiembre (Woody Allen, 1987)

    Otra del interior, segunda de él, aunque quizá peor que "interiores".
    Ultimas de septiembre en una casa familiar. Una estrella de cine jubilada (Elaine Stritch) acude a la casa de su hija (Lane) con su actual marido, al parecer un profesor de física (Jack Warden). En su juventud disparó a su amante, como Lana Turner en la vida real. Lane, la hija, ha vivido toda su vida atosigada por ese incidente y está enamorada de un escritor divorciado (Sam Waterston). Tuvieron un romance en el pasado y ella quedó prendada de él. Pero él está enamorada de la amiga de su mujer (Dianne Wiest) que es una mujer casada y tiene hijos, pero ha querido pasar el verano sin él. 
     Lane quiere vender la casa, pero la madre se opone. Ella pensaba que la casa era suya, pero la madre se opone de una manera violenta. En el climax de la tensión se descubre la verdad: la madre no mató al amante, fue la madre y la hija dijo que había sido ella porque así se lo aconsejó el abogado de la familia. Nos suena bastante...
     La idea de que una vida pueda quedar arruinada desde el principio de su propia construcción por un acontecimiento concreto y que ésta, desde ese momento, viene absolutamente determinada por ese acontecer, me parece excesivamente freudiano, pero algo alejado de la realidad. Además la trascendencia que se le dan a las relaciones humanas y sus miserias es descabellado. Los personajes no son capaces de perdonarse a sí mismos por nada del mundo. Excepto la madre, la que mató al amante, que se toma las cosas más a la ligera y, probablemente por ello, es más feliz.
    Bergman en Vermont, podría llamarse la película. Pero me ha costado más cogerle el punto que a Interiores. La trama es complicada y no se han expuesto bien los personajes y sus situaciones. Hay algo confuso, sobre todo al principio, donde más importa parece esta cuestión. Hay algo difícil de digerir en toda la trama, demasiados personajes sobrepasados por sus propias circunstancias y situaciones personales. No hay un contrapunto de personas felices o con una vida equilibrada. Tampoco la había en 'Interiores', pero allí no se notaba y aquí sí.
      Me ha gustado mucho Dianne Wiest, tiene un punto  fabuloso. Sabe perfectamente cómo hacer lo que tiene que hacer. Es el canon de actriz de Allen. Es, desde luego, mejor actriz que Mia Farrow.
    Curiosamente en ambas películas hay escritores, auténtica profesión de Allen.
   Reparto excelente: Mia Farrow, Dianne Wiest, Sam Waterston, Denholm Elliott, Elaine Stritch, Jack Warden.
    Referencia a Art Tatum, con novio pasajero en París de la amiga de la familia que pasa las vacaciones con la familia (Dianne Wiest). En un momento suena Art Tatum con Ben Webster.