lunes, 16 de marzo de 2020

§ 1.853. Mi mujer favorita (Garson Kanin, 1940)

Clásica comedida de situación, con el rey de todo esto: Cary Grant.
Un hombre normal que perdió a su mujer ahogada (Irene Dunne) en el pacífico mientras trabajaba como fotógrafa en un safari se vuelve a casar con otra mujer (Gail Patrick). El mismo día de la boda, después de siete años desaparecida vuelve a aparecer tras la boda.
Todo se complica cuando descubre que su mujer ha vivido estos años con un hombre en la isla perdida en la que ha permanecido, el guapo y atlético joven (Randolph Scott), y al final el enredo es mayúsculo...
El director es Garson Kanin, desconocido para mi, pero el guión está firmado por Leo McCarey, que también es el productor, un grande de la comedia de los 40 y 50. La fotografía la firma Rudolph Maté, y el montaje es de Robert Wise que acababa de colaborar con Orson Welles en Ciudadano Kane.

§ 1.852. Desde Rusia con amor (Terence Young, 1963)

Entretenida, como todas, pero todavía con ese punto de frescura que la serie irá perdiendo con el paso de los episodios.
Reparto más que interesante: Sean Connery, Robert Shaw en su primer gran papel, la guapísima italiana Daniela Bianchi, la siempre mala Lotte Lenya,    y el acorazo que fue Pedro Armendáriz...
Vuelve a dirigir Terence Young, que marcó el inicio de la saga.

domingo, 15 de marzo de 2020

§ 1.851. Luz en el alma (Robert Siodmak, 1944)

Le cuesta entrar en materia, pero cuando lo logra lo consigue. 
No es muy usual rodar escenas de misas, pero esta es conmovedora. Y es la razón que explica la confesión de la muchacha al militar desconocido.
Del director no voy a decir nada más aquí, es uno de mis favoritos.
El guión es de Herman J. Mankiewicz, casi nada, sobre una novela de W. Somerset Maugham, uno de mis escritores favoritos. Es evidente que la película tenía que ser un éxito.
Historia de cine negro, recuerdos, culpas, adicciones. Narrada con pulso, con un metraje adecuado, narra la confesión de una cantante de cabaret a un militar la nochebuena de 1940 y algo... A él le ha dejado de novia prácticamente en el altar, de camino a casa una tormenta hace que tenga que desviarse su vuelo, aterrizando en otra ciudad. Allí un periodista que le ve en el hotel le lleva a un cabaret, con pinta de prostíbulo en el que conoce a una chica. Entre ellos entablan una cierta amistad, en la que ella le cuenta cómo su marido asesinó hace años a un corredor de apuestas, y él participa de la conversación sin intervenir demasiado ni contar sus propios problemas. Narra con delicadeza el comienzo del noviazgo y del matrimonio de la chica. Es algo edulcorada, almibarada, al centrarse tanto en la historia de amor pierde entidad la conversación con el militar y los aspectos más negros de la historia, quedándose a medio camino entre un melodrama, una historia de  amor y un relato de cine negro.
Adicciones, celos, complejo de edipo, muchas cosas para 90 minutos.
El reparto: Gene Kelly, en una de sus primeras películas, Deanna Durbin, que es una actriz que veo por primera vez, cantante y actriz que intervino en películas de los treinta y los cuarenta que tenía facilidades para cantar, pues era soprano. Se cuenta que Winston Churchill y Benito Mussolini fueron admiradores suyos, y también que Anna Frank tenía una foto suya colgada en la pared del escondite en el que intentaba escapar de los nazis. Es la primera cinta suya que veo, y si es cierto que tiene esa cara dulce, almibarada, redonda de funciones suaves y enérgica mirada. Solo 21 películas y al parecer todas en la Universal, a la que estaba vinculada desde adolescente. Indiscutible estrella juvenil tuvo la desdicha de ser considerada una estrella juvenil. Abandonó pronto la meca del cine, casándose con un director francés, recluyéndose en Francia, en un pueblo cerca de París para no regresar jamás al cine, a pesar de tener multitud de ofertas.
El director rodó en 1944 estas cuatro películas: La dama desconocida (1944), La reina de Cobra (1944), Luz en el alma (1944) y El sospechoso (1944). Impresionante.

§ 1.850. Magnolia (Paul Thomas Anderson, 1999)

Historias cruzadas. Nunca me han gustado, no las entiendo, me cuesta seguirlas, me aburren... además esta cinta es larguísima, a mi juicio innecesariamente larga. Tres horas dando vueltas sobre argumentos cruzados que no van a ninguna parte nos demasiado para mi.
Un policía (John C. Reilly) que aborda una casa en plena bronca y aparece un muerto en el armario..., un cuidador a domicilio enganchado a la teletienda (Philip Seymour Hoffman) que atiende a un enfermo terminal (Jason Robards) que no se mueve de la cama, cuya hija de Julianne Moore, que toma medicación... El enfermo le pide al cuidador que busque a su hijo, que no lleva su nombre.
Un predicador que habla de gobernar la polla, absolutamente misógino, que enseña a la gente a no sé qué, probablemente a ligar imponiendo altas dosis de autoestima y testosterona: Tom Cruise. Una mujer negra despampanante que le quiere hacer una entrevista...
Un presentador de televisión (Philip Baker Hall) que busca a su hija que, al parecer no está muy centrada en cuestiones de amores y sexo, consumidora de coca y bebedizos varios... es abordada y detenida por el policía del principio porque tiene la música super alta.
Un niño prodigio de los concursos de televisión venido a menos, que es incapaz de vender cosas electrónicas y va a ser despedido. Otro niño prodigio más joven que juega actualmente...
No dudo que es una pericia magnífica en el montaje, que es un virtuoso, pero no le encuentro lógica a la historia. La que más me ha gustado de todo este estilo de películas ha sido la de Tarantino: Jackie Brown (1997), y también una que se llamaba Crash (2004), de  Paul Haggis, que sí era muy buena.
El color es muy nítido, la música interrumpe la acción en multitud de ocasiones, siempre está sonando y las conversaciones a veces no se oyen nítidamente, y las historia se suceden con rapidez, seguramente abocándolo todo a un desenlace al final en el que todas las historias se junten irremisiblemente dando al collage un sentido único y propio, pero que no se vislumbra hasta bien pasados unos buenos minutos...
Pero las historias no se suceden lógicamente y con coherencia.  No se sabe dónde quiere ir el director. Son fragmentos de escasos minutos, a veces sólo unos planos, que se suceden sin fin comprensible.
Sí parece que a la hora empieza a vislumbrarse algo de coherencia. El presentador de televisión que se muere de cáncer presenta a un niño prodigio y su mujer está viendo la televisión...

jueves, 12 de marzo de 2020

§ 1.848. La novia de Frankenstein (James Whale, 1935)

Una maravilla. Tan buena como la anterior, quizá mejor. Lógicamente el guión no es el original del libro, se tuvo que redactar ad hoc, pero no desmerece la obra maestra. No cuadra mucho el desarrollo del Dr. Praetorius (Ernest Thesiger) que hace de la vida humana en pequeña escala. El actor es espléndido, da realmente miedo, que es de lo que se trata.
La escena del monstruo crucificado es tan buena como su quema en la película anterior en el molido.
Cambia la chica, que ahora es Valerie Hobson...
Es muy entretenida, y tiene toda la fuerza de un clásico.

miércoles, 11 de marzo de 2020

§ 1.847. El doctor Frankenstein (James Whale,1931)

Magnífica película, magnífica de verdad. Parece mentira que una cinta de 1931, de hace 90 años se pueda ver de esta manera, con esta nitidez. Un trabajo de restauración estupendo.
La película es una obra de arte. Lo tiene todo, fidelidad al relato, candidez en la exposición, ternura infantil, locura de adulto, serenidad de la senectud. Todo. Es estupenda de verdad. Me parece una obra de arte, la creación de un género, el canon sobre el que se edificado toda un género de películas. Impresionante, no sobre ni un minuto, ni falta escena alguna...

§ 3.677. El rostro de la muerte (Alfred Sole, 1976)

Una historia bastante plana, con poco garbo, nada de gracias y poco sentido cinematográfico serio.  Seguro que tuvo su momento, incluso su p...