jueves, 23 de mayo de 2019

§ 1.640. Reno (John Farrow, 1939)

Ese año 1939 Farrow rodó seis películas, entre ellas esta. Artesano donde los haya siempre da a sus cintas un punto de fritura correcta. No son excesivamente empalagosas, ni largas, ni emocionalmente intensas, pero sí se recuerdan por su mensaje, por su simplicidad, su realismo. Es un cine sin pretensiones, no pretende ser la mejor película del mundo, ni el se considera el mejor directo, pero sus películas son dignas y él tiene tanto oficio que puede explotar sus recursos cinéfilos con naturalidad y normalidad.
En este caso una historia de amor al abrigo de la historia de una ciudad: Reno. Un abogado llega a la ciudad cuando esta se dedicaba a explotar minas de plata. Se enamora de una secretaria y pasan cosas. Sencillez y emotividad. Se casan, claro.

miércoles, 22 de mayo de 2019

§ 1.639. Arrebato (Iván Zulueta, 1979)

No me gustan las películas con pretensiones. En verdad no me gustan las manifestaciones artísticas que pretenden enseñarte lo bueno que es el creador, al autor. Y en esta hay algo de: "mira, chaval, mira que bien hago una película experimental". Una pretensión absolutamente absurda.
Parece una película que hay que ver. Mítica, quizá más en su reestreno que en su estreno, más mítica y recordada que apreciada en su momento. Una de estas películas de culto del cine español, que tampoco tiene tantas, a diferencia del americano o inglés, que tiene muchas, naturalmente.
Iván Zulueta chapoteaba en el universo Underground español, la movida en su comienzo y las vanguardias estéticas. No fue un director muy prolífico, tampoco creo que tuviera mucho interés en el cine como tal, me parece más que le atraían varias cosas, y el cine sólo era una de ellas.
Esta fue probablemente su mayor éxito, pero más después de mucho tiempo, no en su momento. Se puso de moda en plan revivan y se aprovechó el tirón, nuevo DVD, Blu Ray, etc. Seminarios, cultura, congresos, estudios retrospectivos, prospectivos... etc. Toda una parafernalia alrededor de una película bastante normalita, rupturista, experimental, pero no creo que sea especialmente buena. No me lo ha parecido. Se ve porque hay que verla, como otras tantas cosas que se ven.
Sí tiene más guión de lo que parece. Las críticas se ceban un poco en ese matiz, pero, en realidad, lo tiene, con sus flashback, pero se sigue bien. Otra cosa es que te guste lo que ves, que no es mi caso.
Los actores son: Eusebio Poncela como el director de serie B enganchado a la heroína, una jovencísima Cecilia Roth como su novia yonki, y Will More otro vasco de alta alcurnia, de esos que no tienen que trabajar para vivir, dedicado en la cinta a gravar películas de Super 8. Ambos, Zulueta y Will era ricos de familia, y podían dedicarse a las vanguardias estéticas sin necesidad de preocuparse con problemas mundanos. Will era el actor fetiche de Iván, al menos eso dicen las crónicas.
No me ha parecido tan gran película. No creo que sea tan buena como la ponen. Desde un punto de vista subjetivo sí, claro, cada uno tiene su gusto. Me refiero desde un punto de vista objetivo. No está, ni siquiera bien rodada. A mi juicio tiene fallos de dirección, planos, secuencias desmanteladas de su tronco común. No sé, no me parece una gran cosa. Desde luego la veo por verla, porque no es el tipo de cine que me gusta.

martes, 21 de mayo de 2019

§ 1.638. Mañana a las diez (Lance Comfort, 1963)

Interesante película de un director Británico, para mi desconocido: Lance Confort, autor de una veintena larga de cintas, desde 1942 hasta 1965. Todas, por lo que he podido ver, de similar tenor: cine británico por los cuatro costados, con interiores, gran desarrollo teatral en espacios cerrados y con gran trabajo en el guión, tensión creciente y desarrollo bien narrado. Antecedente claro de El rapto de Bunny Lake (Otto Preminger, 1965), aunque rodada después de Niebla en el alma (Roy Baker, 1952). Las tres tienen algo en común, aunque la más aterradoramente veraz es la de mi director favorito.
Un niño es raptado por un hombre, haciéndose pasar por chofer. Después de dejarle abandonado en una casa con una bomba colocada en un muñeco, vuelve a la casa del padre para pedirle dinero: 50.000 libas esterlinas, un auténtico dineral para la época. Si no se desactiva la bomba antes de la diez de la mañana del día siguiente explotará. El secuestrador pretende coger el dinero, tomar el dinero y marcharse a Rio de Janeiro, para llamar desde allí y comunicar dónde se encuentra el niño y la bomba.
El secuestrador es Robert Shaw muy conocido por ser el personaje al que timan en El golpe (George Roy Hill, 1973), y también muy conocido por su participación en Tiburón (Steven Spielberg, 1975). El comisario y el padre del niño no son interpretados por actores muy conocidos, al menos para mi.
El drama moral se presenta cuando el padre del niño llama a un comisario amigo suyo para exigir que el policía que lleva el caso deje marchar al secuestrador. El policía ha sido llamado por la niñera, y no pretende dejarle marchar. El problema es que si retira del caso al policía asume él la vida del niño y su resultado.
Los diálogos entre el secuestrador y el policía son interesantes. Plantean el mismo problema moral que ¡ Rapto ! (Alex Segal, 1956): pagar el secuestro supone dos cosas: asumir el coste económico, claro, pero, sobre todo, asumir que el que paga se pone en manos del secuestrador.
Una pista, que no se sabe si es real o un señuelo, es la colocación de la bomba en un muñeco negro. ¿Por qué precisamente negro?
También llama la atención cómo le revuelve el interior las preguntas del policía sobre su madre, y sobre su infancia.
Llama la atención la cantidad de preguntas que hace el policía, como una máquina, una ametralladora... acumula información para luego poder deducir dónde está el niño, y cómo desactivar la bomba.
Me ha gustado, es interesante, se deja ver, tiene un metraje contenido, diálogos interesantes y un resultado apreciable. Tengo que ver más películas de este director.

lunes, 20 de mayo de 2019

§ 1.637. Música y lágrimas (Anthony Mann, 1953)


Primera película de Blue Ray que veo, hoy he comprado el aparato. La verdad, es que me parecía más sencillo pero me ha resultado muy complicado. Simplemente ponerlo me ha parecido complicado, no he sido capaz de poner otros dos Blue, La pasión de Juana de Arco y Arrebato... que cosas. Blue Ray con restricciones.
Qué asco. Si lo sé no lo compro. Nunca me había pasado con DVD. 
La película es tierna, se deja ver, pero no ha llegado y eso que es de Jazz. Una vida detrás de un sueño.
Buen Jazz, a ratos, pero algo acaramelada la cinta, que lastras un tanto el resultado.
Se puede ver, pero, desde luego, no es una película de Mann. Ni mucho menos.

domingo, 19 de mayo de 2019

§ 1.636. Un puente lejano (Attenborough, Richard, 1977)

12 kilómetros. Es la distancia entre el puente que quieren volar y el lugar en donde han aterrizado los paracaidistas.
Buena película, excelente reparto.Bajo la dirección de Richard Attenborough, director mejor de lo que usualmente parece que es, con un reparto estelar: Sean Connery,  Edward Fox,  James Caan,  Dirk Bogarde,  Michael Caine, Robert Redford,  Anthony Hopkins,  Liv Ullmann,  Maximilian Schell, Gene Hackman,  Ryan O'Neal, Laurence Olivier... Impresionante. Me ha gustado más que la primera vez que la vi, ambas con Rodrigo, mi hijo mayor.
Es cierto que a el le encantan las películas de guerra, y a mi no tanto.

sábado, 18 de mayo de 2019

§ 1.635. Los bajos fondos (Akira Kurosawa, 1957)

Galería de personajes miserables que entran y salen de una sórdida pensión de un Tokio suburbial. Un actor que fue y ya no es, una prostituta, un samurai...
Me recuerda a la estructura narrativa de La Colmena: personajes que entran y salen, historias muy breves que se acaban con el diálogo momentáneo. La pensión está regentada por un matrimonio que obliga a que los propios huéspedes, que viven todos en una habitación grande, con unas pequeñas cortinas a los lados que sirven de habitaciones, a barrer el suelo y mantener el orden.
Casi toda la película se desarrolla en una sola habitación, un único escenario que le da aspecto de obra de teatro. Con diferentes cámaras y distintos ángulos. Cuando sale de la habitación, que son muy pocos veces, es para mostrar un exterior cercano, o para que veamos otras casas similares a estas.
No sé muy bien qué quiere decir el director, más que mostrar el mundo sórdido y miserable. No hay una trama que guíe la cinta, que haga de estructura principal sobre la que se adornan otras menores. No hay un crimen, un amor, un trabajo, una venganza...
No es lo que más me gusta de Akira Kurosawa. Ni mucho menos. Pero es muy suya, con su Toshiró Mifune de siempre que, la verdad, lo mejor de su carrera lo desarrolló con Kurosawa. 95 películas, desde 1947 hasta 1995. Su debut con Akira fue El ángel ebrio, de 1948. Y a partir de hay intervino en todas las grandes del incontestable maestro del cine.

jueves, 16 de mayo de 2019

§ 1.634. Una vida por otra (John Farrow, 1953)

Una mas de vaqueros, no especialmente brillante, aunque por momentos entretiene.
Un reparto estelar para una director del sistema, de la industria, de los de siempre, un clásico de la dirección, reconocido y, tengo la impresión, muy querido. Anthony Quinn como el jefe de la tribu, como el 'masca' de una banda de forajidos que impone su ley del terror en la comarca. Su propósito es que ningún granjero se establezca, para poder así campar a sus anchas. Su teoría, bien vista es que con los asentamientos llega la ley y la justicia. Y conviene tener asilvestrada la zona porque es el manera más fácil de imponer su ley.
Su hermano Rio es Robert Taylor, un tanto hierático para el papel. Sofisticado y silencioso hermano del que manda, sometido a su hermano y sus caprichos. Se enamora de Ava Gardner (Cordelia) que está casada con Howard Keel, hombre que hizo fortuna y ha invertido en tierras para cambiar de vida. Viene del sur, ha acabado la guerra y tienen que buscar un lugar para vivir, un sito bajo el sol.
El animal más bello del mundo no destaca especialmente, pasa de puntillas por la cinta, con un papel se secundaria que no pega ni con su carácter ni con su físico, ni con su personalidad, ni con todo lo que de ella hemos sabido con los años, vida turbulenta, amores emborrachados y soledad etílica antes de un final decrépito y desdeñoso de su pasado de estrella inconmensurable de la pantalla, una de las más enormemente grandes...
No pasa de ser una cinta de acción, sin más. Su mensaje no es especialmente sofisticado, ni las interpretaciones tienen marchamo alguno de calidad, no destacan de otras tantas. Una el Oeste para ver y olvidar, puro consumo de cine, como tantas otras cintas.
Un metraje contenido en 90 minutos exactos, sin grandes créditos al final. Una película para ver en sesión doble los domingos en el cine de barrio en el medio oeste americano.

§ 3.785. Un juego de muerte (Robert Wise, 1945)

Un extraordinario remake de una extraordinaria película: "El malvado Zaroff" ( Irving Pichel,  y Ernest B. Schoedsack, 1932). Y au...