sábado, 12 de enero de 2019

§ 1.521. El tercer hombre (Carol Reed, 1949)

Se puede ver veinte veces, y en cada una de ellas descubres cosas nuevas. Las casas, la arquitectura, las ruinas de la ciudad, en este caso.
La película funciona desde el primer al último minuto, y con una intensidad notable. Tráfico de penicilina, escrúpulos, conciencia, recuerdos que no fueron.
Recordaba más minutos en la pantalla de Orson Welles; realmente sale muy poco.
La música como un protagonista más. La belleza de las imágenes en la persecución en sombra y luz en las alcantarillas de la ciudad son prodigiosas. Plano tras plano, luz y sombra, oscuridad y esperanza. Una persecución dificilísima de rodar, con grandes dosis de emoción y peligro, un goce para el espectador.

jueves, 10 de enero de 2019

§ 1.520. El hombre de Kentucky (Burt Lancaster, 1955)


Interesante película que va decayendo poco a poco a medida que avanza y perdiendo el interés inicial.
Filmada por Burt Lancaster, un grande del cine de verdad, su única película como director en solitario. Todo otra en coautora veinte años después.
Los dos comentaristas que me preceden, mas perspicaces que yo y mejor informados les darán las pistas necesarias sobre la cinta, básicamente sobre la música y la fotografía, y sobre la primera intervención de otro gigante del cine: Walter Mathau.
Pretende ser una especie de viaje iniciativo de un joven que viaja con su padre por el medio oeste americano hacia Texas, deteniéndose en un pueblo para buscar a su hermano. Pero no consigue el propósito, naufraga en al narración de la relación con su hijo y se detiene en peripecias que distraen del núcleo esencial: la carta al presidente de EE.UU., la historia de las perlas de ayuda dulce, su suplantación de un rico, la historia del barco y la recurrente pulsión del enfrentamiento entre dos familias. En vez de ser los vehículos sobre los que narran la historia de la relación entre padre y hijo se convierten en los hitos esenciales de la película, perdiendo todo su interés.
No explica adecuadamente por qué la primera mujer, la que viaja con ellos es esclava y cómo se libera. Tampoco cómo se enamora de la segunda.
Pero más allá de esta cosas es un Westher apreciable, que se deja ver, intimistas y con un cierto lirismo.
Sobre, a a mi juicio, metraje, 90 minutos hubieran sido suficientes. Sobraban las cuatro canciones que no se sabe muy bien para qué sirven, más allá de para pasar el plano y contar otra historia.

miércoles, 9 de enero de 2019

§ 1.519. Aguila Gris (Charles B. Pierce, 1977)


Muy discreta película sobre una temática cien veces rodada y noventa y nueve mejor que esta. Tiene guion, pero -demasiadas- veces es confusa, desorganizada, poco hilada. 
Además de ser algo inverosímil, aunque esta circunstancia, al verdad, no tiene demasiada importancia en este teatro de los sueños.
Director para mi desconocido que además no hizo muchas películas.
Tiene el atractivo de ver a Ben Johnson, un clásico donde los haya y poco más. Pero no es una de sus mejores actuaciones, ni mucho menos.
La chica es interpretada por Lana Wood, hermana menor de Natalie. Al parecer (según Wikipedia) ambas intervinieron en Centauros del Desierto haciendo varias edades del mismo personaje, no lo sabía. En Sensacine también se referencia esta punto en este sentido.
Sin embargo -acabo de comprobarlo- en el canónico Libro de John Ford: El Universo de John Ford, de la Editorial Notorius, en la entrada correspondiente a la película no dice nada al respecto; ni tampoco Filmaffinity, esta casa que nos acoge y que tanto nos permite aprender, a quien hay que agradecerle el esfuerzo que realiza.

martes, 8 de enero de 2019

§ 1.518. El misterio de los narcisos amarillo (Ákos, Ráthonyi, 1961)


Puede haber un subgénero de películas basadas en relatos de Edgar Wallace. Y otro de películas basadas en sus relatos hechas por alemanes del Oeste. No sé cuál es la razón, pero seguro que hay una.
Suena raro ver una cinta alemana del Oeste ambientada en el Londres más victoriano, pero seguro que eran muy admitidas.
Son películas muy teatrales, que bien podrían desarrollarse en un teatro, con escenarios muy cerrados, nada en abierto al aire libre, con actores bastante decentes, incluso internacionales. Las tramas son siempre muy circulares, casi obsesivas, que dan vueltas y vueltas sobre acontecimientos que, al menos en principio, no sólo no guardan directa relación entre sí sino que, incluso, no son especialmente importantes tomados por ellos mismos, apreciados por sí solo.
Están facturadas con indudable calidad, con un blanco y negro precioso, y con un cierto despliegue de medios.
Esta en concreto se deja ver, pero a veces se pierde la trama, con giros a los que no están acostumbrado, y con personajes que se confunden unos con los otros.
Me ha gustado mucho Joachim Fuchsberger, un actor con un empaque importante.

§ 1.517. Sombra y niebla (Woody Allen, 1991)


No me ha gustado nada. No sé si pretende hacer una nueva versión de Noche de circo de Bergman, cosa que no consigue, en absoluto,  si una versión más de El estrangulador de Londres, si una derivación de El callejón de las almas perdidas, o si una mezcla de todo eso.
En todo caso, con el reparto que tiene, con las posibilidades de la historia, con la cantidad de talento que se le supone, no consigue un  resultado óptimo.
Siempre me ha pasado lo mismo con Allen. No sé qué tiene que no me acaba de agradar. Tiene alguna chispa, gap inteligentes, puntos interesantes, planos brillantes, pero no ha visto una cinta de él que sea rotundamente una obra de arte. De las veinte que he visto (más o menos) sólo dos o tres me parecen excelentes: Annie Hall (1977); Manhattan (1979); Maridos y mujeres (1992) y Misterioso asesinado en Manhattan (1993)
Todas las demás no me han llenado.

§ 1.516. Texas, adiós (Ferdinando Baldi, 1966)

Los Spaghetti Westher no me suelen gustar mucho, no me parece más que entretenimiento barato, de baja calidad y sin muchos miramientos. Pero reconozco que es un género que tiene cosas aprovechables, entre ellas esta cinta, que me ha sorprendido gratamente.
Con el exponente de este tipo de cintas a la cabeza (Franco Nero) mantiene al espectador en su sitio y con un cierto interés por saber qué va a ocurrir, aunque todo es muy previsible.
La música es un elemento más de la película, y la fotografía está muy bien lograda.
Mucho golpe, mucho tiro, mucha venganza, mucho sadismo, y ninguna concesión al sentimentalismo. Pero tiene ritmo, está bien rodada, mantiene la tensión emocional y no defrauda en su resultado.
Es un auténtico subgénero, con adeptos por todas partes, incluso a gente que no le gusta mucho el cine sí siguen fielmente este género, que es, por otra parte, el único que ven. Es algo parecido a los que disfrutan únicamente con el cine de terror barato. No ven más que eso, circunstancia que no se produce con ningún otro género. A quien le gusta el cine negro, quien es un fanático de él también le agradan tras temáticas.

lunes, 7 de enero de 2019

§ 1.515. Saratoga (Jack Conway, 1937)

Entretenida comedia de un director muy olvidado pero que se le reconoce como un gran artesano.
Ambientada en las carreras de caballos destaca por la capacidad de anudar situaciones alrededor de las carreras de caballos.
Clark Gable está sublime, como siempre con esa galanura y hombría tan potente y con esa sonrisa eterna que enamoró a generaciones.
Jean Harlow está magnífica, en su papel de siempre, entre prudente adolescente consentida educada en colegios de pago y depredadora sexual sin ningún típico de propósito emocional ni implicación amorosa. Por cierto que fue su última película. Es más en el rodaje murió por un problema renal como consecuencia de la escarlatina que padeció de niña. 
Indudablemente la película funciona por la química entre ambos, potentísima. 
Lionel Barrymore está algo más desfigurado, le reconozco menos.
Da gusto ver películas de hace ochenta años y que tengan esa fuerza, esa potencia, esa capacidad de entretener, con guiones con fuerza, con energía, con capacidad para mantener al espectador pegado a la pantalla.

§ 3.906. Sombras en el paraíso (Aki Kaurismäki, 1986)

Mi primer Kaurismaki. Un director finlandés, muy de moda y con muchos seguidores. Esta es la primera de un trilogía, que se denominó o se co...