La influencia de los Cañones de Navarone sobre esta película es evidente. Es prácticamente la misma historia, con algún matiz. Dos actores repiten, Peck y Niven, en papeles además muy parecidos.
Tengo que reconocer que mi manía a McLaglen empieza a estar un poco injustificada. Ya son tres cintas que me han parecido más que razonables. El Valle de la Venganza, Camino a Oregón y esta. El Gran McLintock tampoco está mal.
Me pasa un poco lo mismo que con J. Lee Thompson, que tiene tres o cuatro cintas muy razonables y luego muchas otras que no valen la pena. Pues algo similar. Cuando derrapa este director se le va la pinta, además de especializarse en recopias de cintas y segundas partes de películas míticas: El puente sobre el rio Kwai, de Lean, o Doce del patíbulo 2, de Aldrich.
Siempre me quedará la duda, creo que a todos los cinéticos, si cuando ayuda a Ford a rodar el hombre tranquilo como segundo cámara no lo hace por la amistad profunda de su padre con el maestro. Victor fue un buen actor, oscarizado por El Delator, secundario en muchas de Ford, creo recordar así de memoria que en las tres de caballería. Y, desde luego, personaje memorable en El Hombre Tranquilo.
Mis reparos se disiparon en parte cuando leí la breve biografía que de él hace Wikipedia. Hombre sin pretensiones, director por amor al cine, que cuando se retira imparte clase de composición teatral y cine a muchachos de instituto en su pueblo natal.
Tengo once de él, creo que las más significativas de su ventitantas que tiene, sin contar con sus colaboraciones para TV.