miércoles, 3 de febrero de 2016

FORD, John. La salida de la luna (1957)

Tres historias independientes entre sí, que pretende narrar el espíritu de la Irlanda natal de Ford retratando situaciones características y peculiares. El narrador en off, bueno, mejor dicho el presentador es Tyrone Power, que dice que tiene raíces irlandesas, cosas que jamás hubiera supuesto.
No es un fresco muy bien coloreado. Llama la atención no tanto el propósito, sino el compromiso político implícito del último de los relatos, en donde encumbra a un dirigente del IRA, sacándole de la cárcel y facilitando su huida por parte de un miembro de la policía irlandesa... Es la clásica película que no vería si no hubiera estado firmada por Ford.
En todo caso es un buen entretenimiento.

martes, 2 de febrero de 2016

KUROSAWA, Akira. Yojimbo (1961)

Una obra de arte, con mayúsculas. De una plasticidad visual y una estética magnífica. Con un metraje que se hace incluso corto, y con una forma de narrar la historia, de una manera tan propia, tan singular, que me llama la atención. Además, esta es otra película de Kurosawa en donde hay lluvia.
Para estar en japonés, subtitulada, no se ha hecho pesada, ni mucho menos.
Lo que no entiendo es como Leone se atrevió a "copiar" literalmente la película. Por un puñado de dólares es idéntico, pero idéntica absolutamente. Hasta detalles pequeños como la huida en un ataúd, el arrastrase por debajo de las casas, el maltrato a quien ayuda al protagonista. 
Tal y como se aprecia no puede deberse a una casualidad. Es el seguimiento de un guión literal.
Qué casualidad que Kurosawa sea el inspirador de dos de los Westher mejores de todos los tiempos: Los siete magníficos y la comentada Por un puñado de dólares.
El actor principal es Toshiro Mifune, su principal fetiche, muy característico, muy peculiar en fisonomía, además de ser uno de los más empleado por la industria de Hollywood en los años dorados, del 50 al 70.
Me ha parecido una película que puede verse varias veces, muchas. Es muy buena, con mucho fondo, con muchas lecturas.

lunes, 1 de febrero de 2016

PARRISH, Robert. El poder invisible (1951)

Me gustan este tipo de películas. Las que más. Ésta en concreto no está mal. No es una maravilla, pero se deja ver y por momentos entretiene y divierte. Parrish es un director discreto, que por momentos tiene buenas películas. Esta es una de ellas, una de sus primeras cintas.
Trama más o menos usual, policía infiltrado en los bajos fondos, en los muelles, entre estibadores portuarios para descubrir el que manda en una cúspide de poder que nadie conoce. El mafioso cobra de cada trabajador por repartirles trabajo y no duda en liquidar a quien se interpone en sus planes.
El objetivo se consigue, y el policía triunfa, poniendo en peligro a su novia, claro está, que gestiona la presión de ser secuestrada sin despeinarse y sin mostrar la más mínima preocupación.
Es una buena película de cine negro.

sábado, 30 de enero de 2016

GIBSON, Mel. Apocalypto (2008)

Pues me ha gustado mucho. No sé qué dirá la crítica bienpensante, seguro que la ponen fatal, y que la consideran muy mala, pero no había visto nada igual, con esta trama, y en esta temática. En la cinta se habla en el dialecto propio de los indios, es toda subtitulada, y es de una crudeza importante...
Pero para ser lo que es me ha gustado. Tampoco engaña a nadie, no es una película trascendente, ni siquiera importante, pero a mi me parece muy interesante. Es, desde luego, una manera de civilizar el Gore. Hay sangre a lo bestia, pero tiene un cierto sentido, no está descompasada, ni es gratuita, tiene una razón de ser y está mesurada en su desquicie. 
Por otro lado, para ser tan larga, 130 minutos, no se hace esperar. Está mesurada, y si pautáramos el minutaje veríamos que está totalmente organizado. 
Es difícil narrar una historia como está, sin tramas modernas, subtitulada, y con personajes tan parecidos, sólo diferenciados por los tatuajes y los zarcillos en las orejas y el pelo. Es una muestra de que de cualquier cosa se puede hacer una buena película.
Otra cosa es que el personaje nos desagrade, que sea un racista, un alcohólico y demás... que insulte a los judíos y que adore a Hitler... pero eso es otra cosa. La cinta es para lo que es, pasar el rato y entretenerse, no tiene otras pretensiones. 

viernes, 29 de enero de 2016

SHERMAN, Vincent. La sentencia (1947)

Me ha gustado. Es una buena cinta, con una Ann Sheridan que haría perder la cabeza a cualquiera, entre mujer fatal y sumisa futura ama de casa.
Quizá enamorarse tiene algo más que ver con la voluntad que con la pasión, la razón en vez de la pasión. Y muy probablemente con la capacidad de elegir a la persona adecuada de tu mismo ámbito de intereses. La búsqueda de un marido, una mujer, una pareja en definitiva, como tabla de salvación de la vida que tiene cada uno es un error mayúsculo...

jueves, 28 de enero de 2016

KAZAN, Elia. Pánico en las calles (1950)

Siempre me sorprende Kazan. Su escenografía es peculiar, los planos son perfectos, no sobra ningún elemento. Las sombras se proyectan de manera singular, porque el director quiere que la luz entre en escena desde una determinada dirección.
Llama la atención la intensidad de los diálogos, no sólo por lo bien desarrollados, la intensidad con la que están construidos, sino lo que gritan los actores en su exposición. No hablan, gritan. Se hace un tanto irritante. Claro que es una película de acción, pero no hace falta gritar de esa manera.

§ 3.556. El orgullo de los marines (Delmer Daves, 1954)

John Garfield y Eleanor Parker, una pareja absolutamente brillante, sobre todo ella. Él tiene una fisonomía más normal, unos cánones de bell...