lunes, 29 de junio de 2015

DeMILLE, Cecil B. Por el valle de las sombras (1944)

Bonita historia, netamente Yanki, más americana que la crema de cacahuete. Médico destinado en Java con arrojo desmedido consigue salvar a doce soldados malheridos de caer en manos de los japoneses que estaban invadiendo la isla, con una historia paralela de un amor correspondido sólo a medias, y de un descubrimiento científico no del todo consolidado.
Buena película de uno de los constructores del cine americano, con el que siempre he tenido reparos... no encajaba en mi gusto, pero como otros tantos al final, será por la insistencia en el visionado de cintas, me acaba gustando aquello que no me gustaba. Será que no lo entendía y quizá ahora sí.

domingo, 28 de junio de 2015

MANN, Michael. El último mohicano (1992)

Es la primera vez que la veo, aunque es de esas míticas de los noventa que todo el mundo ha visto un montón de veces y que le ha encantado. Pues es la primera vez que la veo y bueno, pues se deja ver, pero poco más... no me ha parecido una grandiosidad de cinta. La música es muy conocida, todavía se sigue oyendo por ahí...

sábado, 27 de junio de 2015

FORMAN, Milos. Alguien voló sobre el niño del cuco (1975)

Durísima. Durísima de verdad, de las más duras que he visto. Ya la había visto hace muchos, muchos muchos, y la recordaba más o menos igual. Es salvaje.

viernes, 26 de junio de 2015

SIEGEL, Don. Duelo en Silver Creek (1952)

No es que se diga un mal Westher, que no lo es, pero no se ajusta a los Cánones de lo que a mi me gusta como película del oeste, no es canónica. No, no es exactamente eso. Sí reproduce los cánones típicos y tópicos del género, pero tiene algo que le falta algo que sí tiene las películas de Ford o de Hawks, de Mann o de Hathaway, que son los tótem tabú del género. Es bonita, se deja ver, hay pistolas, tiros, mujeres hermosas, poco whisky (parece mentira) y escasas peleas.
Siegel es, qué duda cabe, uno de los grandes, pero estas películas iniciales de su filmografía no son sus mejores obras.

jueves, 25 de junio de 2015

ALLEN, Lewis. Brumas de inquietud (1958)

   Melodrama trabajado y muy bien estructurado alrededor de un amor infiel y una muerte repentina. Todas las películas que recuerdo de Lana Turner son de una mujer torturada por el amor, más que por el amor, por las circunstancias que rodearon el amor de su vida, que imposibilitan su desarrollo emocional por cauces ordinarios y trillados. Nada más sencillo que amar y ser amado, pero nada más difícil que conseguir que esa normalidad sea la divisa de la relación, porque la normalidad hay que respetarla y quererla.
   La guerra desde luego debe ser un buen lugar para enamorarse, no porque presente las condiciones ideales, que no es el caso sino todo lo contrario, sino porque, más probablemente, porque el ser humano debe experimentar una increíble sensación de fragilidad y de necesidad de vivir, de potenciarse por lo que pueda pasar.

miércoles, 24 de junio de 2015

MANN, Anthony [Codirigida con Alfred L. Werker]. Orden: caza sin cuartel (1948)

   Film noir de toda la vida. Muy bien narrado, con ese trepidante ritmo cochinero de las películas de acción, no es que vaya deprisa, ni mucho menos, pero no va lenta, no va despacio.
   Forma parte de este tipo de cintas, que las hay a decenas, a quintales métricos, en las que el director se explaya en ensayar fórmulas cinematográficas nuevas. Los planos, la luces, los diálogos. De esta cinta me llama la atención el último plano, la persecución por las alcantarillas de la ciudad, muy similar a El Tercer Hombre, de Carol Read.
   El Codirector para mi es desconocido. Pero lo cierto es que aunque cualquier página de internet considera que el director es Mann en la cinta, en al menos esta, solo figura el otro.

martes, 23 de junio de 2015

DIETERLE, William. Salomé (1953)

   Interesante película que no llega a ser una grande del género. Guapísima Rita Hayworth y un espléndido Stewart Granger que conduce bien la trama pero que, en general, le falta un hervor para elevarse a las míticas de la misma temática.
   Es interesante observar cómo la industria del cine recupera clásicos bíblicos para incorporarlos a su política comercial. Funcionan bien seguramente porque son baratos de realizar a nivel producción y su exportación fuera de EEUU es viable, sobre todo en Europa, sin demasiados problemas.
   Lo guapísima que era Hayworth no ha sido superado todavía por nadie. Qué cara más bella, qué pelo más hermoso...

§ 3.874. El ojo en la oscuridad (Umberto Lenzi, 1975)

  Un Giallo italiano clásico rodado en Barcelona, con una simbología clásica, un método ortodoxo y una técnica depurada. Un cineasta de siem...