Ok Corral, duelo en OK Corral. Burt probablemente sea el mejor actor de todos los tiempos, el más versátil, el que más sea adapta. Kird Douglas tampoco le va a la zaga, aunque con menor empaque La película es buena, es un buen wester, típico en la mitología americana. Sherriff de reputación inquebrantable se ve ayudado por un tahur para saldar una deuda e sangre. Una familia acosa a su hermano, también sheriff y debe ayudarle, aun a costa de perder a su chica. Es buena. No es su mejor película.
Lev Stepanovich era un contador de historias ciego que la abuela de León Tolstoy tenía a sueldo en la casa familiar. Era legendaria su capacidad para contar cuentos... manipularlos, hacerlos una y otra vez de manera diferente... Eso pretende este Blog, contar cuentos... de manera creible.
sábado, 13 de julio de 2013
viernes, 12 de julio de 2013
PREMINGER, Otto. Primera victoria (1965)
El acercamiento de Preminger a la temática bélica, aunque en realidad no narra cuestiones atinentes a batallas o problemas específicamente militares. Es más una película clásica, con dos cuestiones centrales: el amor maduro, y la relación con un hijo al que no se conoce, pues el divorcio interrumpió la relación con él.
Tangencialmente, y como cuestión no menor se analiza la relación de la prensa con los militares, con la cúpula militar, y cómo ésta pretende sacar provecho propio.
Buenas actuaciones de Wayne, muy en la línea de su sobriedad emocional y contención. Menor Douglas, muy escasillado en su papel de crapulillo de tres al cuarto, y dos intervenciones estelares, dos cameos, de Dana Andrews y de Henry Fonda.
No es de lo mejor de Preminger, pero no es mala película. Quizá un metraje excesivo, 160 minutos, aunque en esta versión se incluyen los cortes no incluidos en la versión más comercial, que como mucho llegan a 10 minutos.
Tangencialmente, y como cuestión no menor se analiza la relación de la prensa con los militares, con la cúpula militar, y cómo ésta pretende sacar provecho propio.
Buenas actuaciones de Wayne, muy en la línea de su sobriedad emocional y contención. Menor Douglas, muy escasillado en su papel de crapulillo de tres al cuarto, y dos intervenciones estelares, dos cameos, de Dana Andrews y de Henry Fonda.
No es de lo mejor de Preminger, pero no es mala película. Quizá un metraje excesivo, 160 minutos, aunque en esta versión se incluyen los cortes no incluidos en la versión más comercial, que como mucho llegan a 10 minutos.
jueves, 11 de julio de 2013
STEFAN ZWEIG Novela de ajedrez, Acantilado, Barcelona, 2011
Zweig es un escritor de una altura considerable. Rápido, directo, al grano, sin diletantismos, sin concesiones a la tontería. Tiene algo que contar, mucho que contar, y lo cuenta, de manera directa y sin perder el tiempo. Tiene la virtud de entretener, y, además, dejar un poso profundo y con mensaje.
Junto con mi adorado Mann y mi más adorado Hesse forman parte de los mejores literatos de todos los tiempos.
En este caso nos encontramos con un jugador profesional de ajedrez que un viaje en barco se encuentra con un jugador amateur que utilizó el ajedrez como vía de concentración y escape cuando fue sometido a un vigilancia exhaustiva y a unos interrogatorios durísimos por parte de la Gestapo. Emplear el ajedrez como método de huida frente a una realidad que se oprimía y apresaba por partes iguales y con idéntica dureza.
FORD, John. Río Grande (1950)
Ford, Ford, Ford.... Todo Ford es válido, todo Ford es magistral. Es un genio, es maravilloso. Es de un lirismo maravilloso, una suavidad, una energía. Un Wayne estupendo, con bigotito en este caso. Una maravilla de película, para los que les gustan las películas. Temática, la de siempre, con alguna variación. Mujer de las de antes, hijos que quieren hacerse camino por sí mismos, y hombres de una pieza, con moralidad pétrea, valores sinceros y hombría con sólo una mirada.
BOORMAN, John. Infierno en el pacífico (1968)
Magnífica película ambientada en la guerra del pacífico. Dos actores, un escenario, una hostilidad basada en la desconfianza mutua, que, como no podía ser de otra manera, sólo es superada por la necesidad de ayudarse mutuamente. A partir de ese momento la trama se desarrolla en un escenario claustrofóbico...
Muy bonitas las imágenes en el agua, con la balsa, y también muy logrado el final, cuando llegan a otra isla también solitaria, en la que encuentran solaz de sus desgracias, pero el sake y los cigarrillos hacen que se vuelvan a encontrar con sus demonios interiores... y de ahí a la hostilidad mutua. El impacto final de la bomba que explota es una alegoría del esfuerzo vacuo que supone la guerra en sí misma.
martes, 9 de julio de 2013
PIROSH, Robert. A por todas (1951)
Típica película de reconciliación con el género humano, tan típicas y tópicas en el cine norteamericano, que no se sabe si está hecha para educar o para entretener.
Un batallón de guerra Yanki está compuesto, exclusivamente, con nacionales de ascendencia japonesa. Auténticos americanos, pero con los ojos rasgados y la piel amarilla. Todo un problema cuando peleas contra el país de sus ancestros. Todo un problema para los americanos, no para ellos, que se sienten tan americanos como el que más. Bueno, pues película de reconocimiento de ese batallón, de sus aventuras, del papel que jugaron, al parecer decisivo en algunos momentos de la guerra, en alguna batalla concreta.
Normal película, tirando a pobretona.
lunes, 8 de julio de 2013
CURTIZ, Michael. Flamingo Road (1949)
Buena película hecha a la medida de su protagonista, una guapa y madura Joan Crawford. Historia tantas veces repetidas, en Cáceres se llama Canovas, en Madrid Serrano... La calle del éxito de la ciudad, de los políticos corruptos y los dineros turbios, de las intrigas y las pasiones, más o menos consentidas.
Un sheriff, gordo, fofo y algo matón controla la ciudad de medio a fin. A ella llega en verano un circo, que se tiene que ir rápidamente del estado porque le embargan la taquilla y efectos. La chica decide que ya no quiere ser peonza nunca más. Y ahí empieza el problema. Se enamora del ayudante del Sheriff y él de ella, pero el gordo casposo tiene otros planes para él, quiere que sea Senador y Gobernador del Estado. Y para ello tiene que casarse, formar familia, por supuesto con alguna rica heredera que vive en Flamingo Road, la calle del éxito.
El contrincante político del gordo, sin ser una persona excelente, sí tiene al menos principios, más sólidos que el gordo y naturalmente se enamora, y casa, con la chica. El problema esta servido cuando el ayudante del sheriff se suicida en casa de la chica y el contrincante. Todo parece abocado a una solución fatal para ella. Pero encuentra un camino. Matar al Sheriff.
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