domingo, 7 de noviembre de 2021

§ 2.511. Harakiri (Masaki Kobayashi, 1962)

Realmente el cine japonés es mucho más que Kurosawa, Ozu, o Mizoguchi, y esta obra es una buena prueba de ello. Tan buena como cualquier de las obras maestra de esos tres monstruos.

Aunque puede parecer un tema conocido, trillado, y aunque nos queda lejos culturalmente hablando, la cinta consigue que te llegue la historia. Realmente es un relato fantástico, nada enredoso, muy claro, con una exposición limpia, lineal incluso en sus introspecciones hacia atrás. Se va descubriendo, poco a poco, la historia, el trasfondo, las motivaciones, la venganza... Tanto la exposición del ritual del harakiri, como su componente axiológico o moral está perfectamente tratado.

La fotografía es muy nítida, pero sin esos preciosismos de las películas en blanco y negro de los directores 'americanos': Lang, Hitchcock, o Preminger. No tiene claroscuros, ni contrapicados, ni ningún recurso de ese tipo. Expone la acción a la luz blanca prácticamente sin sombras, sin reflejos.

Los actores, naturalmente, no me suenan de nada: Tatsuya Nakadai, y Rentarô Mikuni en los papeles principales. Aunque indudablemente deben ser tremendamente conocidos, porque cada uno de ellos tiene más de cien películas. 

Una maravilla. Me ha encantado. Me ha parecido una obra de arte. No sé cuál es la sensación que tienen otros amigos del cine. Ni lo sé, ni me importa, porque nunca me ha importando. Tampoco pretende que mi criterio sea seguido por alguien. No soy más que un simple aficionado.

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