
No me ha gustado nada. Nada de nada. Lenta, reflexiva, con un guión poco claro, no se sabe a dónde va, de dónde viene, le cuesta presentar los personajes, situarlos, tardas en descubrir cuál es la trama...
La trama es totalmente inverosímil: la CIA y las agencias antidroga de EE.UU. ayudan a un sicario colombiano a asesinar al líder del cártel de sonora para que el tráfico de cocaína se localice sólo en un lugar, para poder tenerlo así controlado, o, cuando menos, centralizado...
En definitiva, no me parece una gran película, ni siquiera entretiene, y además es larga, 120 minutos.
Hay una continuación de la película, en una segunda entrega, que supongo que no veré.
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