martes, 26 de septiembre de 2017

PREMINGER, Otto. La Zarina (1945) [Codirigido: Ernst Lubitsch].


Una delicia. Una sutilidad tras otra, un gas tras otro... Realmente cuando la ves sabes que es de Preminger, pero no puedes dejar de pensar que es de Lubitsch. Todo hace pensar que es de él. No sólo los finales de pase de cámara entre escena y escena con esos finales entre cómicos y risibles, sino también por el núcleo central de la historia, la tensión emocional, en este caso, de una mujer poderosa con un soldado recién llegado, joven, guapo y al que le siente muy bien el uniforme de color blanco.
Me ha llamado la atención lo poderosa que es la actuación de la actriz protagonista, Tallulah Bankhear, muy fuerte, con una evidente gran personalidad, con potencia y fuerza, con una energía descomunal. Mujer que hizo muy pocas películas, once según Filmaffinity, que en realidad son muy pocas para una carrera medianamente interesante.
Los demás protagonistas, especialmente el que hace de Canciller, Charles Coburn no me sonaban de nada, pero la verdad, se puede decir que lo borda con absoluta solvencia. Me imaginaba a Charles Laugthon en su papel y lo hubiera bordado, y en el de ella a Claude Colber o, incluso, Marlene Dietrich... Es raro que no haya habido un remix de esta cinta. Es una comedia de situación magnífica, que tiene muchas posibilidades de desarrollar la trama de manera parcial, por aquí o por allí, para llevarla a las dos horas, lo típico de una cinta de actualidad.

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