miércoles, 27 de septiembre de 2017

MANN, Anthony. Dos en la oscuridad (1945)


   Película de entrenamiento. Claramente de ensayo, de aprendizaje de la técnica de filmación. Trama muy enrevesada, muy rococó, tremendamente rápida... Intenta que sea una comedia de situación, pero no consigue esa puntito cómico que tienen las películas de Preminger o Lusbisch, situando a los personajes en situaciones normales pero con giros y efectos poco convencionales.
     Y digo de entrenamiento, porque como estas los que luego fueron grandes del cine, Mann, Fleischer, Wise, hicieron decenas. Cuando el cine era otra cosa, un producto de consumo masivo en sesiones dobles, todos los días. Una corta como esta y una más larga que es la importante de las dos, la estrella de la sesión.
  El protagonista es muy conocido, Tom Conway, que efectivamente hizo muchas películas. La actriz es Ann Rutherford, que no hizo tantas, aunque no sé muy bien por qué, pues realmente funciona en la cinta, una de sus últimas películas. Muy guapa y con capacidad de llenar la pantalla.
    Catalogar esta cinta de cine negro es atrevida, muy atrevido. Es cierto que su 'ambiente' lo es: un muerto, un hombre que ha perdido la memoria, la búsqueda del culpable, el seguimiento que realiza la policía. Peor ni la tensión, ni el escenario, ni las actuaciones de los actores conducen toda la película hacia ese género. Es, claramente, una película de situación, que pretende ser entretenida, cómica y divertida.

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