La ciencia ficción no me gusta, en general. No me aporta nada, encuentro que sus películas son frías y distantes, poco apegadas, más dirigidas a otro público. Seguramente tienen su gracia, en esta, por ejemplo, la música está muy lograda, el ambiente frío y glacial también, la pulcritud en el vestir, los colores sobrios, la ausencia de conversaciones, evocan un mundo absolutamente aséptico, ausente de relaciones personales, gélido. Sí consigue ese efecto, lo que no consigue provocar es que eso me guste, me estimule. Incluso las relaciones humanas son distintas, no hay odio, amor, intensidad, pasión, no hay emotividad.
Lev Stepanovich era un contador de historias ciego que la abuela de León Tolstoy tenía a sueldo en la casa familiar. Era legendaria su capacidad para contar cuentos... manipularlos, hacerlos una y otra vez de manera diferente... Eso pretende este Blog, contar cuentos... de manera creible.
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§ 3.898. Tu nombre envenena mis sueños (Pilar Miró, 1996)
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