Entretenida película bélica, del más que correcto director Robert Aldrich, a quien se le debe una de las mejores películas bélicas de la historia: Doce del patíbulo.
No es aquella, ni mucho menos, pero se deja ver, está bien rodada, con un metraje comedido y un resultado más que previsible. Notas dramáticas y seguridad en la filmación, buenos actores secundarios y muy bien los principales, especialmente Cliff Robertson, que no le pierde la cara en ningún momento a un joven Michael Caine.
No es aquella, ni mucho menos, pero se deja ver, está bien rodada, con un metraje comedido y un resultado más que previsible. Notas dramáticas y seguridad en la filmación, buenos actores secundarios y muy bien los principales, especialmente Cliff Robertson, que no le pierde la cara en ningún momento a un joven Michael Caine.
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