domingo, 21 de noviembre de 2021

§ 2.524. Prisionero del mar (Gillo Pontecorvo, 1957)

Primer largometraje de un director muy especial, que, con sólo cinco películas ocupó un lugar muy destacado en la historia del cine italiano y que para nosotros será siempre el director que escenificó el asesinato por la banda criminal ETA del por entonces Presidente del Gobierno español Luis Carrero Blanco a escasos trescientos metros de la sede de la embajada de EE.UU. en pleno centro de Madrid en 1973.
Las otras cuatro son: Kapò (1960); La batalla de Argel (1966); Queimada (1969) y  Operación Ogro (1979).
Drama alrededor de la tensión que se respira entre pescadores con red y pescadores con bombas en una pueblo cerrado de Italia.
Para mi es su peor película. Pretende recordar a Stromboli, pero es mucho peor película, naturalmente. El ambiente no es tan opresivo y, además, el papel de la mujer es meramente testimonial, y no protagonista como en la obra maestra de Rosselini.
Una situación laboral conflictiva en un pueblo de pescadores italiano por el cierre de una cantera favorece que algunos trabajadores se ocupen de realizar la pesca con explosivos. Un pescador lo hace habitualmente (Yves Montand). Un brigada de ese mismo pueblo le persigue habitualmente. En una de esas persecuciones un chico que le ayudaba a transportar los explosivos se cae al suelo y fallece. Era el novio de su hija mayor.
Es además un cierto lider entre los pescadores, escapa de la persecución de los brigadas y todavía no ha sido apresado por su prácticas ilegales. Entre sus compañeros no está bien visto, y algunos de ellos le tienen verdadera inquina, particularmente dos, nuestro  Francisco Rabal, y Terence Hill (padre e hijo). El chico está enamorado de la hija del pescador, pero ella sigue enamorada de su novio fallecido.
El problema que muestra es que se gana mucho más dinero con explosivos que pescando con red. La tensión emocional está bien conseguida, pero no penetra en la problemática laboral ni emocional con fuerza y vigor. Parece el contesto y no la trama.
Se ha comprado un motor nuevo para la barca con el que poder salir más lejos y escapar de la policía en caso de persecuciones.
Se encuentra enredado en su propia dinámica. Si vuelve a pescar con red no ganará tanto dinero como antes, pero vivirá más tranquilo, si continua con la práctica ilegal continuará siendo perseguido por el nuevo brigadier, que se ha propuesto cazarle con las manos en la masa y encarcelarle.
Todo parece cambiar con el accidente que sufre el padre pescando con bombas. Tiene una relación peculiar entre su padre y él.
La llegada de una nueva cámara frigorífica gestionada por una incipiente cooperativa puede ser la solución para que las artes tradicionales de pesca remuneren la actividad de una forma satisfactoria.
Él, sin embargo, viéndose perseguido y cazado  por la policía decide hundir su propio barco, con el motor nuevo que acaba de comprar y que todavía no ha pagado. Tiene que recuperarla, pero está a treinta metros de profundidad y nadie puede ayudarle porque no quieren bajar sin escafandra. Las letras del motor han sido protestadas, y el drama que se avecina se desencadena irremisiblemente.
El personaje está marcado en el pueblo. Sus hijos se pegan con otros niños por culpa del padre.  El amor de la hija con el hijo del enemigo parece que va a ser la salvación de la familia.

§ 2.523. Encubridora (Fritz Lang, 1952)

Un Western diferente, distinto, incluso feminista. De gran influencia posterior, no tanto en los Western crepusculares, sino en el propio cine. Quizá Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954) no se entiende sin esta cinta, por ejemplo.
Me ha gustado mucho Arthur Kennedy, que está soberbio. Nunca me había gustado tanto. Sereno, con carácter, firme. Un gran papel. A Marlene Dietrich, y a Mel Ferrer ya les he visto en varias películas, naturalmente, y siempre me han gustado, pero en este visionado he redescubierto a Kennedy.
La copia que he visto (en Trece TV, en el programa de J. L. Garci) no es muy diferente a la que yo tengo. Ambas merecerían una restauración en toda regla. Se ve bien, pero no de forma nítida, sino con granulado, y a veces ligeramente borrosa. Supongo que habrá mejores copias, pero ésta no es del todo buena. Llama la atención que no se haya abordado la restauración de esta película, siendo su director una auténtica celebridad del cine.
El guión es una maravilla, una especie de retrospectiva sobre Altar Keane en el primer tercio, para abordar la venganza en la segunda parte. Está desarrollado por Daniel Taradash, que luego dirigió una película con mucho recorrido "En el ojo del huracán".


jueves, 18 de noviembre de 2021

§ 2.522. La caída de los dioses (Luchino Visconti, 1969)

Obra compleja, difícil de seguir, delicada, sumamente trabajada en todo el diseño de producción. Un Dirk Bogarde imperial,  acompañado de una absolutamente maravillosa Ingrid Thulin, Helmut Griem, un perturbado y pervertido Helmut Berger y Charlotte Rampling, tan poca cosas como siempre, pero aquí sin la cobertura que patrocina ser el mito erótico en el que luego, más tarde, se convirtió. Un reparto excelente.
Irreverente, faltona, escandalosa, provocativa, con guiños homosexuales, pero profundamente moral. Es una exposición cruda de una realidad que no se quiso ver en su momento. "El nazismo lo hemos alimentado en nuestras fábricas" dice en un momento el personaje que se opone al nazismo en la familia. Y es verdad. Una gran verdad. 
Lógicamente plantea únicamente un punto de vista, el de altísima burguesía privilegiada y muy adinerada. Pero quizá es donde mejor se aprecie la ruptura moral entre los miembros de la familia. Los personajes están muy bien caracterizados: el patriarca que pertenece a la tradición alemana culta y sofisticada que odia a Hitler y todo lo que es representa. La hija viuda que tiene un amante al que pretende llevar a la dirección de la siderurgia familiar, y un hijo abiertamente homosexual. El amante de ella, advenedizo borracho de ambición y poder. El nazi reconvertido en lo que "sea" con tal de ganar la guerra interna en la familia, su hijo músico; el vicepresidente que se opone a los nazis y tiene que salir huyendo dejando detrás a su mujer y sus dos niñas.
Las tensiones del poder están muy bien representadas, los halagos de poder, la tensión artificial que sobre todo el entramado empresarial crean los nazis, el arribismo de los recién llegados, la frivolidad de los ricos de cuna que creen que todo le da igual, que nada les va a pasar.
Tiene algo de película clásica, de las de siempre, pero con un lenguaje moderno, diferente, sobre todo al representar las bajezas y miserias de la condición humana. A veces con una sordidez muy cruda, sobre todo cuando insinúa las pulsiones pederastas del hijo de la marquesa, al que literalmente se le deja hacer lo que le de la gana con tal de que haga presidente de la compañía a su amante. Solo falta un poco de necrofilia para sumar una aberración sexual más al catálogo de las que expone. No entiende muy bien la conexión entre poder y sexo, porque la relación que expone entre la hija del magnate y su amante no es, ni por asomo, sexual. Sólo manifiesta alguna pulsión el hijo de ésta, abiertamente homosexual que: se cuesta con una prostituta y siente deseos sexuales por una niña. Parece como si las relaciones sexuales heterosexuales no generasen conflictividad o morbosidad. Entre ellos no hay la más mínima prueba de afecto sexual. Antes al contrario, parece como si su relación fuese un juego de poder entre los protagonistas.
Tiene imágenes míticas de la historia del cine: el baile del travestido al comienzo, la quema de libros... En general la escenografía está cuidadísima, los trajes de nazis con ese negro que entra por los ojos, los trajes de las mujeres, los abrigos, los trajes de los civiles, las joyas, las vajillas, etc. Lo que pudiéramos llamar la "iconografía del poder" está muy bien representada, porque, básicamente, ese era su propósito.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

§ 2.521. La vida secreta de las palabras (Isabel Coixet, 2005)

Muy interesante propuesta de una directora muy celebrada, culta y con gran estilo. Cuando la he oido alguna vez en algún postcat sobre cine siempre la he escuchado decir cosas llenas de criterio, mesura y sentido cinéfilo.
Su propuesta estética es preciosista, detallista, delicada, algo minimalista...
Nunca pensé la de cosas que ocurren en una plataforma petrolífera. No es, al menos no lo parece, el sitio ideal al que ir de vacaciones.
Me ha gustado mucho. Tiene algo del pasado que te persigue, de la enfermedad que te castiga, del peso de la culpa, de lo enigmático que pueden llegar a ser las relaciones con los demás, la incapacidad de comunicarse con los demás como una enfermedad, como una lesión que no te deja ver. A medida que él va sanado de su lesión en las córneas ella va abriéndose a expresar lo que le ocurre. 
No es que sea fascinante, porque no es la palabra, ni tampoco interesante, que tampoco es lo más correcto. Es que es mantiene la atención de una forma singular. Tiene algo de thriller, de historia de misterio, de amor, de amistad. Me parece una película magnífica.

martes, 16 de noviembre de 2021

§ 2.520. Un grito en la niebla (David Miller, 1960)

De David Miller he visto ya varias cosas, todas realmente estupendas, con dos obras muy notables: Miedo súbito (1952) y Los valientes andan solos (1962), especialmente esta última, que era la película favorita de Kirk Douglas.
Me cuesta ver a Doris Day en un papel tan dramático. Rex Harrison sin embargo puede hacer de todo, es un actor absolutamente magnífico, al que acompañan John Gavin, y Myrna Loy en los papeles principales.
El planteamiento es sencillo, una línea ya iniciada con "Voces de muerte" (Anatole Litvak, 1948), que es tremendamente superior a ésta.
La química entre Harrison y Day no funciona. Él es mucho más mayor que ella, y parece que no siente mucho afecto por su esposa. Además el miedo de ella no parece real, parece impostado, artificial, poco natural. Myrna Loy sin embargo borda su papel, nada más aparecer llena la pantalla y sus reacciones son tremendamente naturales. Una mujer mayor con una belleza serena y madura. Herbert Marshall acompaña con total pulcritud. Hace el papel que le corresponde. El reparto se completa con uno de los galanes de la época, el todo terreno John Gavin, y con Roddy McDowall en el papel de infante terrible. Un reparto de auténtico lujo para un resultado final un tanto mediocre y, en todo caso, muy por debajo de otras grande obras del director, y, en todo caso, muy por debajo de sus expectativas. Tiene mejor "pinta" que "fondo".
La trama avanza con normalidad, pero ni consigue impresionar al espectador ni puede ser tratada en tono de comedia.  Está tratada desde la normalidad de un matrimonio y su vida familiar, pero es algo incoherente, sobre todo porque el director te hace dudar de si estamos en presencia o no de un auténtico problema o si es imaginación de la protagonista. Además hay varios vectores que convergen en las posibilidades de ser el acosador. No está bien logrado el resultado.

lunes, 15 de noviembre de 2021

§ 2.519. Femme fatale (Brian De Palma, 2002)

 

Una historia de robos bastante inverosímil, difícil de encajar, un poco barroca y enrevesada. Pasa media hora y todavía no sabes qué estas viendo. Me parece que la complejidad del guión he sido llevada al metraje, a la pantalla, y que más que estar ante una obra compleja nos encontramos, por momentos con creciente irritación, con una obra no ya difícil de comprender, sino abierta y literalmente incomprensible. 
Estéticamente es interesante, la música tiene una fuerza que acompaña perfectamente al desarrollo de la trama, muy al estilo thriller de Hit. 
El cambio que experimenta la cinta a los cuarenta y tantos minutos parece anunciar otra película, "siete años después" como reza el intermedio de la misma.
No me parece una gran obra. Antonio Banderas parece un pato mareado al lado de Peter Coyote y otros actores más consagrados. El impulso juvenil que en las película celtibéricas tiene su gracia, naufraga en este tipo de producciones. El papel de paparazzi no es para él. A medida que lo ves en pantalla te acostumbras, y realmente por momento transmite autenticidad, pero su presentación no es del todo buena. Desde luego he visto cosas mejores de él, casi todas.
Tiene, además, algunos fallos de guión incomprensibles, o al menos a mi así me lo parece.

domingo, 14 de noviembre de 2021

§ 2.518. La mujer obsesionada (Henry Hathaway, 1959)

 

De las últimas del maestro Hathaway que me quedan por ver. De las últimas que están editadas, pues hay una cuantas que no consigo encontrar en ningún sitio.
Rodada en escenarios naturales, es interesante aunque un poco larga. A mi se me ha hecho larga. No me interesan excesivamente las historias de amor. Y no creo que el director sea de los más dotados para este género. Tiene algo de costumbrista, de naturalista, de vida rural americana. El papel de la mujer pretende ser de una fuerza arrolladora, pero no consigue transmitir la potencia necesaria. Exige una transformación radical desde el rol de una mujer sumisa, metida en el hogar, en la casa, a una singular ranchera. Y no está mal elegida la actriz, ni mucho menos. Quizá el tono no sea el más adecuado para una historia de amor. Tengo al maestro por un director del Oeste, de Aventuras, de conflictos no resueltos, de tensión y un cierto trasfondo conflictivo. 
La tensión entre un niño pequeño y un adulto que se enamora de una señora viuda es un tema emocionalmente no fácil de concretar, plasmar y rodar. Además es un guión original, lo cual es más difícil de llevar a buen puerto.
La pareja Susan Hayward y Stephen Boyd funciona bien, muy bien. Ella es una actriz inmensa, él siempre ha estado a la sombra  de su papel en Ben Hur. Le he visto en una cuantas películas pero en ninguna de ellas le he visto realmente bien. Funciona, pero sin más. Hace bien el papel, pero se le falta ese magnetismo que sólo tienen los actores realmente potentes. Él no lo es. 
Ella sí, ella es otra cosa. Con una mirada, una cara marmorea, el pelo rojo, probablemente más baja de estatura que las diosas de la belleza con las que le tocó competir en un Hollywood dorado que tenía establecidas sus musas... Aun así tenía una belleza natural y un garbo y apostura muy propia.
La cinta tiene parte de un dramatismo intenso, los parajes naturales son los del Oeste de Hathaway y la cuestión amorosa está bien resuelta. El amor entre ellos crece a la vez que el niño. Es bonita, se deja ver. Es algo diferente en la filmografía del maestro.
Director por el que siento una gran admiración. Todas sus películas me agradan, especialmente las de Oeste. Le tengo por un gran artesano de la industria.

§ 3.405. Tristeza de amor (Eduardo Mallorquí, 1986)

  Recuerdo algunas noches cuando se emitía la serie y me quedaba a ver algún capítulo. La música es preciosa, la canción en realidad.  Vista...