jueves, 22 de octubre de 2020

§ 2.043. Paseo por el amor y la muerte (John Huston, 1969)

Fábula de amor medieval. Una de las pocas películas de Huston que me quedan por ver.

Rareza para mi en su filmografía, más acostumbrado a otro tipo de cintas. Es el debut de su hija: Anjelica Huston como protagonista (había hecho dos cosas antes no en un rol tan principal). Es jovencísima de verdad, 18 años, pues nació en 1951. Luego vendría una carrera maravillosa, con grande papeles y una notable influencia en el 'mundillo'. Abuelo, padre e hija tienen Oscar. Todavía me acuerdo de la biografía de John Huston que estaba leyendo cuando nació Rodrigo, por estos días hace trece años lo estaba leyendo.

El actor es Assi Dayan, para mi totalmente desconocido, con pocas películas (20). Es israelí y también ha dirigido algunas películas (3).

Un viaje de un chico desde París hacia el Mar (se supone que del norte), por el que pasa por las tierras de un noble con una hija de la que se enamora. Después de la matanza en el castillo del señor que le había dado comida y cobijo la noche anterior (el padre de la damisela) todo se complica. La muchacha está viva, al otro lado del valle: empieza la aventura.

No me ha gustado. Tampoco la he seguido con demasiada atención. Hay un tipo de películas que veo por verlas, por terminar un director, o finalizar una saga, etc. De Huston me quedaban dos por ver: esta y la de Sangre Sabia. Esta semana las acabo.

Estoy en casa, recluido, no tanto por el virus, que también, sino, sobre todo, por la convalecencia de la segunda operación de desprendimiento de retina. Intento no preocuparme demasiado, pero, la verdad, es una situación un poco preocupante. No me siento bien sin ver por el ojo, aunque me dijo el médico, por activa y por pasiva, que podía ver una película...

miércoles, 21 de octubre de 2020

§ 2.042. Barco a la deriva (John Ford, 1935)

 

Una costumbrista de Ford, con un actor que, al parecer era un fetiche del director: Will Rogers, con el que ya rodó otras dos películas y que murió rodando esta, cuando estaba ya prácticamente rodada. 

Ford no estaba muy contento con el trabajo de producción de la película. Según el libro de sus películas que leo para cada cinta que veo al parecer el productor corto partes de las escenas cómicas que había rodado que eran las que daban entidad y plasticidad a la trama, al desarrollo. 

No son estas películas costumbristas las que más me gustan de Ford. Las veo porque pretendo tener una cierta cultura cinematográfica, y porque forman el gusto la apreciación propia. No suelo sorprenderme, en el sentido de que no me conmueven, pero me he llevado alguna sorpresa: La patrulla perdida, Prisioneros del odio o el Joven Lincoln, que me pareciendo muy interesantes, más allá de otras de la época que, al menos para mi, son obras de arte magníficas: El delator, Corazones indomables o Huracán sobre la isla...

Luego vendría toda la concatenación de obras maestras desde La diligencia hasta... 7 mujeres.

§ 2.041. Un hospital en las nubes (Lew Landers, 1937)

 

Interpretada por John Beal y Joan Fontaine es una historia clásica, un melodrama. Cirujano que le gusta volar y que tiene un accidente volando. Conoce a una enfermera que le ayuda a superar sus miedos y a volar de nuevo, encontrándose a sí mismo.

Típica historia cinematográfica, hombre sometido a una culpa que se redime enfrentándose a ella.

Landers es, como se dice en Wikipedia, un director muy prolífico, típico hombre de estudio, de sueldo fijo por trabajar haciendo películas, sean estas dos o diez. En Filmaffinity dice que rodó 111, desde 1934 a 1963, treinta años de películas.

John Beal, para mi un auténtico desconocido, también rodó numerosas películas. Joan Fontaine, uno de los últimos mitos del cine, en una de sus primeras películas, la primera de protagonista.

§ 2.040. You're the One (Una historia de entonces) (José Luis Garci, 2000)


Intimista, recogida, delicada. Retrato de una época conocida para los españoles, finales de los 40. 

Julia sufre una depresión por el encarcelamiento de su novio, un destacado pintor antifranquista. Es la hija de una buena familia: culta, delicada, licenciada y con pretensiones de escritora, licenciada en Filosofía y Letras, participante de un teatro experimental. Una época, mujer de otra  la de ahora. 

Para superar la situación se refugia en una casa solariega que la familia tiene en Asturias, en un pueblecito pequeño llamado Cerralbos del Sella. Allí vivió los veranos de su infancia y se reencuentra con Clara la guardesa de la casa, con el maestro de escuela, con la nuera de la guardesa Pilara, con el cura, con una forma de vivir diferente.

Se aprecian los tópicos de la vida de entonces, los cines, los niños en la escuela, los cómics (El guerrero del antifaz), con la vida cerrada pero con la naturalidad de la vida sencilla.

Música, mar, tranquilidad y paz rodean a Julia, interpretada por Lydia Bosch de manera bastante potable, con credibilidad y sosiego, con pausa y naturalidad. La iconografía, los decorados de la iglesia, de la escuela (las fotos de Franco y José Antoni, con el crucifijo), el pelo y la ropa de todos los actores, incluyendo la protagonista, su pelo especialmente, el bar donde se proyecta "Sospecha", la ropa de los niños, sus carteras, zapatos y calcetines, todo muy bien del escorado. Y la música, como siempre, repetitiva y reiterativa en su filmografía. Suena recurrentemente una ópera, que es "Alfredo", quizá el nombre de su novio.

Las referencia al cine son muchas: Sospecha, una de Lubitsch de la que se ve el título, Tres lanceros Bengalíes, Si no amaneciera, con una referencia del cura a La Canción de Bernadette. El cine enseña cosas dice la Guardesa, en una conversación con el cura del pueblo en el café del pueblo.

Julia Gutiérrez Caba como la guardesa, Juan Diego como el cura, Ana Fernández es la nuera de la Guardesa, Iñaki Miramón hace maestro de cura, Manuel Lozano que debe ser el niño, Fernando Guillén que es el padre de Julia aunque interviene muy poco, Carlos Hipólito, Marisa de Leza que debe ser la madre de julia, Jesús Puente que sale un momento como psiquiatra.

martes, 20 de octubre de 2020

§ 2.039. El bazar de las sorpresas (Ernst Lubitsch, 1940)

Una comedia ligera de una grande de verdad. El auténtico Rey de la Comedia, aunque seguramente el nombre no sea el correcto. Por dos razones, porque lo que hace es mucho más comedia, y, en segundo lugar, porque probablemente al director no le gustaría que se emplease ese nombre.

Es una genialidad. De una modernidad absoluta. Con unos diálogos mordaces e ingeniosos. Trabajo, familia, miedo a lo que pueda pasar. Es una maravilla. La pareja romántica es la compuesta por James Stewart, Margaret Sullavan. Nada que decir de Stewart, que es uno de los actores favoritos de todos. Margaret Sullavan para mi es una desconocida. Casada con Henry Fonda y después con William Wyler, además de con otros dos hombres relacionados con el espectáculo de Hollywood.

A veces me cuesta ver las películas de Lubitsch, pero una vez que le cojes el tranquillo funcionan perfectamente. Da gusto ver este tipo de cintas, de una actualidad vital impresionante.

§ 2.038. La senda tenebrosa (Delmer Daves, 1947)

 
La vi la última vez en marzo de 2017. Me pareció una maravilla. Ahora me ha gustado más.
Es atrevidísimo comenzar una película sin que se vea el protagonista, pero en esta película se borda.
Humphrey Bogart, Lauren Bacall en estado de gloria.
Guión, personajes, trama y una forma de narrar lineal y sobria que hace que la película pase rápido. Son dos horas, pero se pasa rápido.
Para mi una de las películas míticas de cine negro.
Los golpes de suerte que tiene el protagonista a lo largo de su peripecia vital desde que sale de prisión hasta que encauza su actuación. No es razonable ni verosímil pero el cine trata, precisamente, de eso. De ficción, de cosas poco creíble que acontecen, una vida sustitutiva, una vida de repuesto, algo para ser mejor, para llevar la vida, para vivir mejor, para ser más feliz.  Con el cine la vida es mejor. Sencillamente.

lunes, 19 de octubre de 2020

§ 2.037. Shutter Island (Martin Scorsese, 2010)

Terror psicológico de un policía que pretende exorcizar la aterradora muerte de su mujer en un incendio buscando al que lo provocó en un centro psiquiátrico, una especie de penal en el que se realizan prácticas poco ortodoxas, una especie de mezcla entre medicina farmacológica y lavado de cerebro. 

El policía, además, sirvió en el ejercito de EE.UU. y liberó un campo de concentración, por lo que recurrentemente se le aparecen visiones de los judios exterminados por el frío y por lo campos de la muerte.

Una historia un tanto rocambolesca, poco lineal y sujeta a interpretaciones varias que no consiguen el resultado pretendido, al menos desde mi punto de vista. Es una buena película, pero no de las mejores del director. Sueños, pensamientos, miedos, alucinaciones, drogas del cerebro, pensamientos paranoicos y autodestructivos, cuyo resultado es una cinta de resultado mediocre.


§ 3.405. Tristeza de amor (Eduardo Mallorquí, 1986)

  Recuerdo algunas noches cuando se emitía la serie y me quedaba a ver algún capítulo. La música es preciosa, la canción en realidad.  Vista...