viernes, 3 de marzo de 2017

WILSON, Richard. Con sus propias armas (1955)

Me ha gustado mucho. Un Wester de factura clásica, perfecta, con todos los tópicos del género bien desarrollados, con un metraje civilizado y actores decentes. Entre los un Robert Mitchum en versión de gran estrella que lleva todo el peso de la película, y no lo hace nada mal.
Este tipo de antihéroe, hombre rudo, acostumbrado a sufrir las inclemencias de la vida pero que luego es capaz de sentir toda la emotividad que cualquier hombre honesto debe sentir.
La trama es la de siempre... hombre misterioso, desconocido llega a un pueblo muy conflictivo que es dominado por unos vaqueros violentos al servicio del terrateniente local, hombre gordo, desagradable...
Con la fuerza que proviene de dentro de las entrañas,  de su pasado conflictivo que nadie ha explicado del todo aunque puedes intuirlo, desprende una violencia inusitada para terminar con el problema. Pero termina acabando con él, y se redime frente a la mujer a la que había ido a buscar, la madre de una una hija que había muerto.
Me gusta Wilson. He visto, además de ésta, Al Capone, y las dos son muy apreciables. No fue muy prolífico, antes al contrario. Sólo hizo ocho películas en muchos años de profesión, siendo ésta la primera de ellas.

jueves, 2 de marzo de 2017

PECKINPAH, Sam. Duelo en la Alta Sierra (1962)

Magnífico Westher, espléndido, de una factura implacable. Con un desarrollo precioso, unos paisajes a la altura de lo que se espera de una obra grande del genero.
Honestidad, tradición, lealtad, amistad, honor... El único que suena raro en toda la cinta es la insistencia en el tema de la boda. No parece demasiado creíble que el mayor problema para custodiar el oro y bajarlo a laicidad desde un territorio hostil sea la protección de una mujer, y no, como todo parecía indicar la presencia de vaqueros desquiciadillos, indios de la frontera, etc.
Radolph Scott es un buen actor de su género. No creo que hiciera muchas más películas, fuera de las del oeste.
Joel McCrea también está muy bien. Un actor para mi menos conocido.
Este es el Peckinpah que me gusta, no el de los aristócratas del crimen o de Pat Garret... Este es el auténtico Peckinpah.

miércoles, 1 de marzo de 2017

TAYLOR, Don. La isla del Dr. Moreay (1977)



Versión de 1977. De las dos que he visto esta es la mejor, sin duda. El guión es magnífico, los diálogos también, los actores con altibajos.... Lancaster está bien, un poco amanerado, con ese ademan que hace siempre torciendo la cabeza para denotar atención, cerrando ligeramente los ojos y arrugando la frente. Tan típico de él, tantas veces visto que pierde naturalidad, espontaneidad, frescura... pero cómo mueve el cuerpo, cómo es capaz de meterse en el personaje!!!
York no me gusta, nunca me ha gustado. Su cara tan angelical, su rostro tan perfecto, su forma de correr, sus gestos amanerados. Bárbara Carrera es una mujer brillante, guapísima, aunque como actriz no sé si alguna vez ha demostrado su capacidad como tal.
El guión es buenísimo, la idea original también, la película en general está bien, tiene momentos... Pero se puede ver. El director es el clásico de películas para la televisión con alguna incursión en el cine, no demasiado afortunada. Pero esta cinta no es mala.

martes, 28 de febrero de 2017

ROSSEN, Robert. Alejandro el Magno (1956)



No está mal, pero está claro que para Rossen no son las grandes superproducciones. No es una grandísima película...
A Richard Burton no le van estos papeles, no son para él.

sábado, 25 de febrero de 2017

DMYTRYK, Edward y COLETTI, Dulio. La batalla de Anzio (1968).


No me ha gustado mucho. Es un poco intrascendente. Ver a Robert Michum haciendo de periodista en una película de guerra, pues como que no... Pero bueno, a ratos es interesante, a ratos tiene escenas más o menos interesantes, pero no es una gran película de guerra. Una más. En este caso de Dmytryk un director que, sin lugar a dudas, tiene cosas mucho mejores, pero que mucho mejores.

viernes, 24 de febrero de 2017

MINNELLI, Vicente. La tela de araña (1955)

Me ha encantado. Es preciosa. Nunca unas cortinas dieron tanto juego a mostrar cómo los humanos establecemos relaciones de poder a la vez que relaciones de afecto, de cariño, de necesidad, de comunicación.
Minnelli es un monstruo, no hay película que no me guste de él. Parecen fáciles de rodar, de mostrar, de expresar, pero esconden una profundidad notable, una complejidad grande, una exposición más que compleja.... La trama parece baladí, indiferente a la naturalidad de los problemas adultos, pero al final te das cuenta que, en realidad, lo que mueve el mundo, lo que hace que las personas adultas se muevan son las pasiones humanas, la necesidad de proyectar tu propia visión sobre el mundo y las personas...
Lo más importante en el mundo, ese día a esa hora, para todos los intervinieres de la trama es el color y la forma de las cortinas... Todo lo demás sobre, todo lo demás no tiene importancia.

jueves, 23 de febrero de 2017

ROSSELLINI, Roberto. Roma, ciudad abierta (1945)

La primera vez que la vi me pareció magnífica, novedosa, muy realista, una película muy distinta, muy creativa, muy valiente. Mítica, eje sobre el que gira todo un nuevo movimiento creativo, Ingrid Bergman se enamoro de ella, y luego de su creador, todo vida. Un hombre muy singular, un torrente Mediterráneo de vida...
Muchos años después, cientos de películas después, no me ha impactado tanto. Es cierto que la recordaba muy bien, no tanto las escenas sino en tono, el color, el desarrollo, y eso hace que no impresione tanto, no al menos de la misma manera.
Se comenzó a rodar antes del fin de la guerra, en plena refriega, y probablemente los escenarios sean totalmente reales. Los actores son muy realistas, me gusta mucho Magnani, pero no recordaba que tenía tan poco metraje. Me recuerda a Simone Signori, ese tipo de mujeres un tanto escondidas para el estrellato de los focos y la atención mediática, pero actrices impresionantes. 
Aldo Fabrizi muy en su línea, en un papel que es claramente para él.
El metrajes es suficiente, el final previsible, el tempo adecuado y sólo se echa de menos la calidad de la cinta. El DVD no es una buena copia, seguro que hay alguna de mejor calidad.
Hay una especie de remix que se llama Muerte en Roma, de Cosmatos (1973) que no tiene nada que ver en calidad.
De todas manera, a pesar de la dureza de determinadas imágenes, muy dura y desagradables, no es una de las películas que más me han gustado de Rossellini, no me provoca el vacío que me provocó Stromboli, o Te querré siempre. Tengo que ver más películas de Rossellini.

§ 3.405. Tristeza de amor (Eduardo Mallorquí, 1986)

  Recuerdo algunas noches cuando se emitía la serie y me quedaba a ver algún capítulo. La música es preciosa, la canción en realidad.  Vista...