sábado, 7 de junio de 2025

§ 3.876. El desierto de los Tártaros (Valerio Zurlini, 1976)

Leí la novela y me gustó mucho. El paso del tiempo, la madurez, las ilusiones perdidas, el declinar de la vida, la pérdida de la inocencia, de la alegría, del impulso vital.
Me pareció un excelente relato, incluso podría calificar de ensayo. No exactamente, pero podría leerse con lápiz y papel, reflexionando con ella a medida que avanzas en su lectura.
La película es un goce de los sentidos. Me ha parecido árida y desangelada, sin corazón. emotiva y triste. Una gran obra, muy bien hecha, delicada y puntillosa.
La aristocracia de la guerra, con una puntillosidad, con una distancia del mundo real, lejano de los valores humanos, cercado por tradiciones, saludos, reverencias y aspectos superfluos que no sirven más que para retroalimentar al propio sistema militar.
Además de una reflexión sobre el paso del tiempo, sobre la tranquilidad del reloj, sobre la decrepitud y la vida, puede leerse como un ensayo sobre la inutilidad del ejercito, sus propósitos y su funciones.
Un tema que también trata son las ilusiones, y hasta qué punto éstas puede haceros perder la razón, el criterio y la cálmales. Ilusiones personales y  vitales, e ilusiones reales, convertidas en alucinaciones. La alucinación como derivación de la ilusión.
La inutilidad del paso del tiempo sería el lema de la novela y la película. 
El reparto es espectacular: Vittorio Gassman, Helmut Griem, Francisco Rabal, Fernando Rey, Jean-Louis Trintignant y Max von Sidow. Casi nada. Es cierto que los dos españoles interviene poco.
Dicen que fue un proyecto que abrazó Luis Buñuel pero que nunca llegó a poner en pie.
Primera película que veo del director, que me ha parecido un gran artesano. Domina el tiempo, los escenarios, los actores, los planos, encuadres y demás.

§ 3.875. Hay un camino a la derecha (Francisco Rovira Beleta, 1953)

La delincuencia como camino y esperanza vital. Una vida normal, un trabajo normal, una esperanza normal. Que se ve alterada por la pérdida del empleo, la precariedad económica, la falta de esperanza y de futuro.
Un tema muy clásico, bien rodado, bien narrado, con una evidente carga moral acorde al ideario del régimen, naturalmente.
Tiene un punto de neorealismo italiano, por la norma de presentar los personajes, de rodar, de mostrar la realidad, por la forma de abordar la temática.
Pertenece a la trilogía del delito del director, junto con El expreso de Andalucía (1956) y Los atracadores (1962).
Muy bien Francisco Umbral, verdaderamente magnífico, además de un gran actor guapo de verdad. Un hombre verdaderamente guapo. En ese momento tenía 27 años y era una de sus primeras películas, la décima, más o menos. Otro actor que trabajó como un animal, a lo bestia, a destajo. Seguramente ganando un buen dinero, nada que ver con lo que se gana ahora en el cine, pero un buen dinero.
Julita Martínez es la protagonista. Una actriz clásica, de las de siempre, nacida en 1931, todavía viva, y que trabajó muchísimo, tanto en cine como en teatro y el televisión.
La cinta va como anillo al dedo al código moral de la época. Vida con pocas esperanzas laborales, malas influencias de amigos y familiares, crimen (supuestamente) perfecto, delito, pena, redención, perdón, esperanza. 
Funciona, es interesante, se ve perfectamente y está muy bien rodada. Buen director, con oficio y talento.

§ 3.874. El ojo en la oscuridad (Umberto Lenzi, 1975)

 
Un Giallo italiano clásico rodado en Barcelona, con una simbología clásica, un método ortodoxo y una técnica depurada. Un cineasta de siempre, que sabe hacer lo que tiene que hacer y lo hace. 
Un poco lo de siempre, pero es que el género no da para más. la originalidad no es infinita, y es un género en donde abundan la mediocridad. Es, en realidad, un género mediocre. El drama, los históricos, dan para más. Parecen dar para más.
Un thriller clásico en donde lo peculiar es saber quién es el asesino y para qué hace lo que hace. Lo de por qué lo hace, es casi lo de menos. Porque no tiene explicación.
Excusa para ver algunos edificios peculiares de Barcelona, alguna chica guapa y poco más.
De las cuatro películas que he visto de Lenzi, es la menos brillante. Es la más vulgar.

viernes, 6 de junio de 2025

§ 3.873. Top gun: Maverick (Joseph Kosinski, 2022)

 


§ 3.872. María, matrícula de Bilbao (Ladislao Vajda, 1960)

Cualquier comparación con "Capitanes intrépidos" (Victor Fleming, 1937) es una ofensa. Por más que la trama tenga alguna conexión o que ambas se desarrollen en un barco y sirva éste de enseñanza vital a un niño que evoluciona en el viaje de forma más deprisa y con más solvencia que de cualquier otra manera posible.
Los líos en los que se mete el niño son los propios de la edad, de la edad de aquellos años de aquellos niños.
Seguro que se pretendió con una forma de mostrar un camino de superación a los jóvenes, la época era propicia a ello, y en algunos momentos se muestran ciudades, barcos, una portaviones norteamericano, etc.
Bueno. Se puede ver. Pero no tiene dos visionarios. Tiene un cierto matiz antiguo, pasado de moda, fuera de estos tiempos. Es una película que ha envejecido mal, muy mal. Que no se puede ver con los cánones actuales, hay que verla en su tiempo y lugar. Como muchas otras cintas, por otra parte. 
Vajda es un artesano que sabe lo que hace.

§ 3.871. Ana y los lobos (Carlos Saura, 1973)

Interesante película, peculiar, algo mórbosa, extraña y, a la vez, tierna en su singularidad.
No es exactamente una crítica social. No pretende exponer diferentes tipos de 'personas' y asociarlas a una determinada conducta, a un tipo de comportamiento, a un tipo social, cultural o político. Es evidente que tras esa aparente simplicidad se esconde una crítica dura a la burguesía española desocupada y hacendada. A ese tipo de sociedad incapaz de crear, que vive de las rentas y que siempre añora tiempos pasados porque los cree mejores. Cualquier cambio en ese status quo se interpreta como una agresión, no como una evolución.
Son personas a las que le ocurren cosas en un ambiente cerrado, claustrofóbico y asfixiante.
La bondad de la institutriz es incapaz de sobreponerse a la rareza del espacio en el que se desenvuelve. Un ambiente tóxico, a veces morboso, a veces incluso erótico y sexual.
La pasión sexual que levanta la institutriz en todos los varones de la casa es peculiar. Cada uno lo vive de diferentes manera, pero todos los hermanos experimentan la pulsión de diferente manera. A veces callada, a veces con palabras, a veces con gestos. 
Interesante reflexión sobre la madurez sexual y lo perturbado que puede ser un ambiente nuevo cuando se introduce una pieza no prevista en el tablero.

jueves, 5 de junio de 2025

§ 3.870. Fantasía... 3 (Eloy De La Iglesia, 1966)

Debut cinematográfico del director que, a mi juicio, mejor representa el cine en la transición política española. Irreverente, libre, transgresor, creador, cineasta, y muchas cosas más, algunas al día de hoy proscritas por la ley e incluso mal vistas por la sociedad. Y no me refiero a su condición o gustos sexuales, sino a otras cosas, fáciles de deducir por cualquier lector.
A mi me encanta. Tiene obras magnificas, llenas de creatividad, de energía, de burla y coña, de miedo y sagacidad. Desde esta, que me parece su peor película en 1966 hasta "Los novios búlgaros" que fue su despedida en 2003, aunque desde "La estanquera de Vallecas" en 1987 no había rodado nada para la gran pantalla, sí algo para la televisión en coautoría.
Tres historia distintas, tres cuentos infantiles, tres cortometrajes distintos, de fantasía de época y de misterio.
No me ha parecido gran cosa, no me ha motivado mucho. Nada que ver con sus siguientes obras, mucho más creativas y brillantes.

§ 3.892. Una extraña entre nosotros (Sidney Lumet, 1992)

  Una película difícil de lograr. Interesante, con un cierto propósito pero nada sencilla de lograr. Intentar introducirse en los entresijos...