lunes, 23 de diciembre de 2024

§ 3.629. Soldados de plomo (José Sacristán, 1983)

 

Ejercicio de melancolía, que le sale bien a medias. Ese tono entre fatalista y conmovedor lo domina Garci como nadie, pero no lo he visto en otros directores con igual maestría. Es una mezcla de melancolía y recuerdo, lo que pudo ser y no fue, lo que recordamos que fue sin haber sido.
Segunda película de Sacristán como director. Sólo hizo tres. No tuvo una carrera prolífica como director. Siendo un actor tan grande es difícil triunfar también en la dirección. Los únicos que considero que verdaderamente que eran excelente actores y directores son: Clint Eastwood y Robert Redford.
Es interesante, tiene buen tino, y refleja una época singular, peculiar, diferente. Y lo hace bien. La historia engancha y está bien rodada. 
Me ha gustado, las relaciones familiares se muestra descarnadamente, y siempre desde el plano sentimental. No es pesada, y no abunda en los aspectos morbosos. Sí es cierto que la mujer del hermano perturba un tanto el desarrollo de la historia, sobre todo porque se hace difícil engarzar con las vivencia de niño del protagonista.
Vender la casa sería como traicionar al niño que fue, sus recuerdos, vivencias, su propio ser como hombre desde el niño que fue.
Bien manejado el material sentimental, y muy bien desarrolla la película.
Me ha gustado mucho.

§ 3.628. Sospecha (Alfred Hitchcock, 1941)

 

De los clásicos del maestro es la que menos ha visitado. La he visto solamente tres o cuatro veces. Muchas veces vista, en cualquier caso. 
El papel de Joan Fontaine es exquisito, sutil, delicado, como ella, fino y sensible. Esa cara de porcelana, limpia, blanca, dulce, sin una arruga, perfectamente sincera, honesta, cabal. Experimenta sacrificios al ceder en su intuición. Sabe que es un matrimonio de riesgo, pero no puede dejar de hacer lo que su corazón le dicta. 
Pero también hay que elogiar a  Cary Grant, varonil, pÍcaro, malévolo y perturbador por momentos. Considero que hace un papel de riesgo. Él que era, y sigue siendo, el prototipo de galán británico cambia de rol, de registro y pasa a ser una especie de bandido emocional, de vividor a costa de los demás, que no tiene empacho alguno de engañar y hacer sufrir a su mujer para seguir viviendo como quiere, a todo tren.
El ritmo de la película, el tempo, los diálogos y el guión son perfectos. Lo tiene todo. Es sencillamente espectacular. Todo funciona.
Ella se va ensuciando y los propósitos de él van cambiando a medida que avanza el metraje. Los cambios de guión entre la película y la novela es uno de los temas típicos de conversación sobre cine, pero no puedo hablar de ello porque no ha leído la novela. Es de Anthony Berkeley Cox, que la firmó con el seudónimo de Francis Iles. No he leído nada suyo.

§ 3.627. Killer (El asesino del taladro) (Abel Ferrara, 1979)

Disruptivo, punk, grafitero, suburbial, marginal, underground, fuera de contexto, espídico, heroinómano, transgresor, descontrolado... ensayo fílmico más que película. Segundo largo del director. Retrato de una ciudad maldita, de una sociedad decadente y de una idiosincracia perdida en una nube de alcohol etílico y metanfetamina. Un desquicie mental producto de una menta tremendamente creativa que no se puede circunscribir a una mecánica ortodoxa de expresión como es el cine. 
Siempre me ha gustado Ferrara, porque no es el clásico director al uso. A pesar el interés que muestro por él y por la película, me ha aburrido soberanamente.


domingo, 22 de diciembre de 2024

§ 3.626. Crónica negra (Jean-Pierre Melville, 1972)

 


§ 3.625. Conan, el bárbaro (John Milius, 1982)

 


§ 3.624. El extraño viaje (Fernando Fernán Gómez, 1964)

Pasa por ser un clásico del cine español. Vamos a ver si es verdad. Tiene una hechuras tremendas, un tono, un ritmo, un planteamiento inicial y un guión absolutamente brillantes.
Cuesta cogerle el tono, pero es que es brillante.
Una especie de comedia costumbrista que sólo se aprecia desde una óptica española.
Un crimen, en realidad varios, narrado en un tono esperpéntico, con un punto de sátira y de descreimiento. 
Hay un punto de casualidad en todo lo que ocurre, no de maldad. Las cosas pasan, y una vez que pasan no pueden dejar de pasar.
Diálogos afilados, dobles lecturas, esperpento del mejor matiz, retrato mordaz y malsano de una sociedad cerrada y oscura.
Carlos Larrañaga en su papel, Tota Alba, que es para mi una actriz desconocida, muy imperiosa, como una tía Tula, Rafaela Aparicio de escándalo y Jesús Franco muy sorprendente, me ha gustado como actor. No le conocía esa faceta.
Magnífico Fernán Gómez, una dirección firme y muy adecuada. Serena y dejando hacer. Sin cosas raras, sin innovaciones técnicas. Con un gran sentido de la intriga y el misterio. 
No le sobra ni un minuto. Todos tienen utilidad y sirven y explican cosas. A medida que avanza la cinta aprecias cosas explicadas al principio.