domingo, 21 de enero de 2024

§ 3.268. Motín a bordo (Roger Donaldson, 1984)

 
Última versión sobre el mismo tema, la verdad es que da para mucho. Quizá el orden hubiera sido distinto, primer la de 1935, luego la de 1962 y finalmente esta, pero he empezado por la de Milestone, luego por ésta y me queda la original. 
Las imágenes son tan bellas como cualquier película marinera, probablemente más que en la original, y, desde luego, más que en la de 1962. La más mítica de todas las versiones. La 'vida' en el barco es poco gruesa, menos cruda, pero las imágenes de la navegación son preciosas, el frío del mar, el Cabo de Hornos, el cielo azul, son maravillosas. La técnica cinematográfica -cámaras, objetivos, etc.- y la calidad del Blue Ray sobre el DVD convencional obra el milagro: las ropas tienes diferentes tonalidades, los pelos de los hombres, el sudor en las caras y los cuerpos, se ven con una nitidez impresionante. 
La trama es muy parecida, incluso no creo que haya variaciones significativas. 
El guión es de Robert Bolt, guionista de Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago, Un hombre para la eternidad (en dos versiones), La hija de Ryan y la Misión. Casi nada. 
El reparto es de cine, nunca mejor dicho: Mel Gibson, Anthony Hopkins, Liam Neeson, Daniel Day-Lewis, Bernard Hill, Laurence Olivier y el pare mi estupendísimo Edward Fox.
Además de las versiones mencionadas al parecer hay otras dos más sobre el mismo tema: The Mutiny of the Bounty (Raymond Longford, 1916),  y In the Wake of the Bounty (Charles Chauvel, 1933).
La música de Vangelis ayuda mucho. Acompaña y rellena huecos. Muy buena. No tan mítica como otras suyas, pero muy buena. 
Al parecer, al menos eso dice Wikipedia, esta es la versión más acercada a la realidad, en donde la culpa del capitán de diluye un tanto. En la Milestone es evidente que las condiciones de vida y trabajo salvajes que impuso en la travesía condicionaron no solo el motín sino también la muerte y desolación de gran parte de la tripulación. 
En esta versión se entremezclan las escenas del juicio del capitán con frecuencia, y no aparece ten destacado el personaje del botánico, que es el narrador de la versión de 1962.
Supongo que habrá más diferencias. Una muy clara es la distribución del metrajes. En esta en 40 minutos están en Polinesia, mientras que en la anterior llegaban a la hora y algo.

§ 3.267. Così fan tutte (Tinto Brass, 1992) 

Todas lo hacen. Ese sería, más o menos el título traducido de la obra. Algo más cruda y perversa que otras de Brass, más explícita y abiertamente pornográfica, a diferente de otras con un contenido erótico más sutil.
Es una temática recurrente. Ya vista, por ejemplo, en la Mujer del Juez (aunque parcialmente diferente) y en La criatura (aunque también diferente en su desarrollo). La mejor de todas las que se deslizan por esta senda del deseo insatisfecho y la búsqueda de soluciones a la monotonía sexual es, sin duda alguna, Bella de día, de Buñuel. La menos explícita, por otra parte.
Se hace pesada, sobre todo por la insistencia en el enfoque y la temática. 
El reparto es este: Claudia Koll (que es la protagonista casada que trabaja en una lencería y se siente insatisfecha sexualmente), Paolo Lanza (que es el marido de la protagonista, algo tonto y que no cree que las ensoñaciones de su mujer no son reales), Franco Branciaroli, Ornella Marcucci, Isabella Deiana y Renzo Rinaldi. Ninguno de ellos tiene más de tres películas. Actores semiprofesionales.
El director ya había rodado sus mejores cosas.

§ 3.266. Los burdeles de Paprika (Tinto Brass, 1991)

 
Erotismo nazi, intensidad sexual desacostumbrada, transgresión sexual, porno light, deseo reprimido y luego exaltado, naderías en un entorno nada propicio a la libertad creativa, porque, aunque paree lo contrario, lo que se pretende es trangredir laa reglas establecidas para transmitir un mensaje cinematográfico algo confuso: las pasiones, el deseo, la sexualidad, la posesión.
Preciosa Debora Caprioglio, que es su única película. Nada comparable, con todo,  a Teresa Ann Savoy en Salón Kitty, verdaderamente una grandísim a actriz.

sábado, 20 de enero de 2024

§ 3.265. Tres días de libertad (José Antonio De La Loma, 1995)

 

El último producto de De la Loma, bastante pasado de rosca, algo vulgar y chabacano y trabajándose todos los tópicos habidos y por haber. Es un cine que se explica en un momento, y su momento ya había pasado. Había perdido la frescura juvenil que tuvieron alguno de sus film -actores no profesionales, tramas juveniles fáciles de atraer a un público muy característico- y se entrometía en asuntos para los que no tenía tino, ni probablemente capacidad. Sí gallardía, pero eso no es suficiente.
Mala.

§ 3.264. La novia ensangrentada (Vicente Aranda, 1972)

 

Bueno. Seguimos con Aranda por las mañanas. Tiene su mérito, a qué dudar. Sobre todo porque las películas también hay que verlas y juzgarlas en su contexto, en el momento en el que fueron rodadas. Ésta en concreto es más que interesante. Por dos razones. En primer lugar porque presenta un tono y un 'tempo' muy adecuados a la historia que cuenta. Una cadencia lenta propia del asunto lúgubre que narra. Y, en segundo lugar, porque en algunos momentos, sobre todo en exteriores, muestra unos paisajes gallegos o asturianos, probablemente gallegos, muy bonitos. Peculiares -llovidos, oscuros, abiertos, con piedra y árboles singulares- y muy reconocibles.
Simón Andrey y Maribel Martín están perfectos, pero Alexandra Bastedo en el papel de lujuriosa vampiresa lesbiana está absolutamente preciosa. 
Morbo, sexo, terror a consumar el matrimonio, lesbianismo y fatalidad mortal se conjugan en este fantaterror patrio de calidad y sensibilidad. Está bien trazada, tiene momentos interesante, progresa muy bien y se deja ver, aportando la sensación de que estamos ante una película con una manufactura cuidada y de calidad. Merece la pena.

§ 3.263. La otra alcoba (Eloy De La Iglesia, 1976)

 

Rompedor, transgresor, disruptivo, demoledor, salvaje, aconfesional, homosexual, pornográfico, macarra, drogadicto, bebedor, y creativo... Creativo sobre todo, y por encima de todo. La idea de que un director tiene que expresar quien es no se sustenta apreciando la historia de la cinematografía. Hay muchos directores que han rodado historias ajenas a sus intereses, incluso contrarias a sus pretensiones, pero que eran eficaces artesanos de su género y solventes arquitectos de historias. Y, sin embargo, carecían de imagen, marketing, o imagen. De La Iglesia es un claro ejemplo de un grandísimo director, que no tuvo éxito de crítica, creo que sí de público, pero nunca fue aceptado por esa élite -clastis men- que nada aporta realmente y sí anquilosa la evolución propia del cine y de sus historias.
Buena película, interesante, bien desarrollada y productiva. Estrellas del momento: Amparo Muñoz y Patxi Andión, y también el gran Simón Andreu. 

viernes, 19 de enero de 2024

§ 3.262. Empusa (Paul Naschy, 2010)

 

Última película del gran Naschy, seudónimo de Jacinto Molina, que no lo vio en cine, pues murió en la postproducción. Puede ser que fuese interesante el planteamiento, no lo dudo, pero la puesta en práctica está poco lograda. Tiene, por momentos, una pretensión cómica, como si pretendiera reírse de los tópicos del género. En otros pretende ser algo trascendente, pero en cualquier caso es insatisfactoria. Además tiene dos defectos muy acusados. En primer lugar, porque toda la película se acompaña con una música muy intrusiva que pretende dar intensidad dramática a los momentos más 'gores' de la película pero que, en verdad, dificultan su desarrollo y progresión. Y, en segundo lugar, porque las escenas son tan sencillas y simples que cuesta creer que su pretensión fuese tan nimia y esteril.
Se ve porque es de él, y por lo que significa, pero tiene poco valor.

§ 3.893. Exorcismo (Juan Bosch Palau, 1975)

  Al calor de la moda impuesta por el éxito internacional (y sin precedentes) de la película de William Friedkin El exorcista (1973), la ind...