jueves, 11 de mayo de 2023

§ 3.035. Una mujer depravada (Russell Rouse, 1953)

 

Interesante propuesta de un arquetipo de feminidad tóxica, prácticamente delictiva. La verdad es que tiene algo de Fuller, de la película "Una luz en el hampa" que tanto me ha gustado siempre.
El punto de 'chica platino' sí lo tiene la protagonista, pero con más brusquedad y menos clase que otros modelos similares. No tiene la clase ni el estilo necesario para cotas mayores, pero sí el cuerpo, la desesperación y la ambición necesaria para hacer lo que tengan que hacer para llegar a no se sabe muy bien dónde.
La chica es Beverly Michaels, mujer guapa dónde las haya, sensual y erótica hasta la perdición. Fue la segunda mujer del director, 
El pardillo es Richard Egan, que naturalmente no ve más allá de sus  narices.
La cinta está rodeada de una sensualidad interesante, con un punto de sordidez y malicia nada sutil. 
No sé muy bien qué es eso de una película de culto, pero esta tiene todas las papeletas para serlo: la temática, la música, el blanco del vestido de la chica, la sordidez de la temática.
Me ha gustado mucho.

miércoles, 10 de mayo de 2023

§ 3.034. La mansión encantada (Robert Wise, 1963)

 

Muy de su época. Fenómenos anormales, espectros, fantasmas, llaves de otro mundo, contactos con seres de otros mundos, paranormalidades, etc.
Parece que a Wise estos temas le gustaban, no sé por qué lo pienso, pero me parece que era un director muy auténtico, que sólo abordaba proyectos que le interesaban verdaderamente. Las dos vidas de Audrey Rose (1977) que la hizo más tarde es buena muestra del interés que tenía por esos temas.
Lo más interesante de la cinta es cómo se maneja la cámara, como intenta provocar tensión y miedo con los cambios de planos, con los enfoques, con el blanco y negro, con las sombras, con los planos de arriba hacia abajo y al revés, de abajo a arriba.
Papel aparte merece el tratamiento de los ruidos, el sonido y las inflexiones de voz. 
Muy interesante es el estudio de las diferentes motivaciones que han llevado a los diferentes personajes a acudir a la casa. La insegura que cree tener una conexión especial con lo sobrenatural, el sobrado universitario que acude al experimento como si fuese a un picnic, el estudioso que cree poder controlarlo todo, y la mujer que va a no se sabe qué, pero que está claro que algo oculta en su pasado (¿lesbianismo?).
Una cinta muy interesante, que seguro fue un éxito rotundo de público y crítica. Además estoy convencido de que ha tenido mucha influencia en el cine posterior que trata esta temática.

martes, 9 de mayo de 2023

§ 3.033. Hijos del espacio (Jack Arnold, 1958)

 

Una de las más célebres de Arnold. Un verdadero mago de la ciencia ficción, entre otros géneros.
Un planteamiento bastante sencillo pero eficaz, sin pretensiones científicas ni explicaciones técnicas. 
Los niños tiene algo demoníaco en su ser, en la forma en la que miran, en la manera en que se mueven. No parecen ser de este mundo. Y ese miedo es el que pretende enfatizar el director, claro. No me gustan las películas en las que los niños son los protagonistas, y menos las de miedo. Sé que es irracional, y que es tan buen recurso dialéctico y estilístico como cualquier otro, pero me suelen desagradar. Y esta no es una excepción. Las partes en las que son protagonistas se me hacen largas y las entiendo como una espera de las partes buenas, las que sostienen auténticamente la trama.
Es evidente la propuesta contracultural que pretende, el dominio de los niños de las situaciones, influyendo en la debilidad de los adultos. Son ellos los que controlan y dominan el escenario, las situaciones y ejercen el control, mientras que los adultos no saben qué hacer.
Es claramente una película de relleno, de Serie B en dobles sesiones en los cines de verano, pero tiene su gracia ver estas obras. Son imaginativas, entretienen y te forman en una cierta cultura cinematográfica.
No es 'cansina' ni pretenciosa, juega con el miedo de las gentes en el momento en el que se rodó -plena guerra fría-, básicamente el terror nuclear y sus derivaciones. Otra de las bazas que juega es la de la telepatía, muy de moda en aquellos años, incluso en el ámbito militar.
Parece tener algunas lagunas de guión, especialmente en la continuidad de la historia principal, como si hubiera tenido más metraje y hubiera sido cortada para encajarla en el formado pequeño, el que paga menos impuestos.

lunes, 8 de mayo de 2023

§ 3.032. The Sunchaser (Michael Cimino, 1996)

 

Última película de Cimino, que desde ese año hasta 2016 cuando murió no volvió a rodar ninguna otra película. Veinte años, casi nada.
He visto todas las suyas excepto "37 horas desesperadas" que probablemente será la peor. Ésta está considerada como un poco pesada, un cierto 'leñazo', larga y 'pesadota'. 
Su planteamiento es interesante, da espacio y tiempo para tratar de cosas que importan. Los personajes están bien definidos, y no tiene mala presentación. Pero, la verdad, con el paso de los minutos se hace intrascendente, no te mantiene alerta, no es capaz de hacerte entrar en ella de manera rotunda y definitiva.
Algunos pasajes retrospectivos aclaran algunas cosas y evoluciona con fidelidad a su pretensión. 
Entretiene y pretende dejar un mensaje, pero naufraga en el cómo. Sí es cierto que dice cosas, pero podría decirlas de otra manera, de forma más eficaz.
La carrera de Cimino es peculiar, interesante y errática, algo anárquica y con poso respaldo de la industria y el público. Sus principios fueron lo que se dice prodigiosos, pero luego no fue capaz de organizarse para ser un director de prestigio con solvencia y con entidad. Se perdió en sí mismo a partir de La puerta del cielo y a partir de ahí nada volvió a ser igual. Ni para él ni para la industria, que con ese fracaso mató la posibilidad de producir obras independientes llenas de vigor y la energía que patrocina la vertiente más independiente del cine de autor.
No es una cinta que merezca la pena. Y, desde luego, no es una cinta que volveré a ver.

domingo, 7 de mayo de 2023

§ 3.031. La telaraña de cristal (Jack Arnold, 1953)

 

Supongo que las películas de cine negro son buen aprendizaje para el oficio de director. Esta cinta es el debut de Arnold detrás de la cámara. Antes de ser reconocido como un director magnífico de películas de ciencias ficción y rodar excelentes western (pero excelentes, excelentes) hizo cosas como esta. No me extrañaría que sus inicios fueran por el despido de algún otro director o como pago por la realización de otros trabajos (segundas unidades, montador, director en la sombra, cosas para la televisión, etc.)
Es una cinta clásica de cine negro. Un pardillo, una mujer fatal, un enredo, dinero, violencia... un poco lo que se espera de una historia encuadrada en este género.
Muy interesante el papel de Edward G. Robinson, en un papel un poco antagónico de los clásicos suyos (esta vez es el malo), pero el papel estelar es el de John Forsythe, en uno de sus primeros papeles (aunque ya había hecho muchas televisión).
Kathleen Hughes es la mujer fatal, pérfida, materialista y sin escrúpulos, como se supone que eran esos cánones. Y la antagonista buena es Marcia Henderson, una belleza muy conocida, suave y maternal.
Me ha gustado, se deja ver, funciona perfectamente y tiene el cúmulo de enredos suficientes para mantenerte entretenido. Además el trabajo de guión es realmente brillante.
Un buen resultado.

§ 3.030. Suave es la noche (Henry King, 1962)

No me gustó la novela. Bueno, no la terminé, la dejé a medias. No me gustaba el ritmo en el que se manejaba. Tengo que volver a intentarlo con Fitzgerald, es el único 'americano' célebre de los primeros treinta años del SXX al que no le he dedicado tiempo. Ahora, por ejemplo, estoy con la trilogía USA de John Dos Pasos. Pero Suave es la noche es una novela que no ha conseguido subyugarme lo más mínimo, tengo que volver a intentarlo con alguna traducción diferente. A lo mejor ese era el problema.
El propósito de la película es realizar una descripción de la novela. No creo que haya muchos cambios en relación con la novela. Imagino que es un retrato fiel, con los mínimos cambios necesarios para que la cinta funcione.
A King le debería gustar mucho Fitzgerald, ya hizo una película que era una especie de biopic del novelista: Días sin vida (1959), con una Bárbara Kerr absolutamente irresistible.
No sé si los años veinte eran desenfrenados o sencillamente irresponsables. Aquí parece deslizarse la idea de la falta general de preocupación por las cosas, por los problemas de la vida, por lo que ocurre alrededor de las personas con tanto dinero como para que todo, absolutamente todo, les sea indiferente. Nada toman en serio estas personas de la 'gente guapa', nada les preocupa, nada les retiene a la vida, nada les hace tener apego a otras personas. La vida es un juego para ellos.
Y, sin embargo, tras esa fachada perfecta se esconden necesidades afectivas, problemas con el alcohol, asuntos sucios de familia, negocios turbios, inseguridades personales, manías y relatos feos sobre ellos mismos. Entre ellos los celos.
Jennifer Jones está perfectamente caracterizada, su papel es difícil y cada vez que la veo en alguna cinta me convenzo de lo buena actriz que es. Pero el que me ha sorprendido absolutamente es Jason Robards. No es que no le considerase una gran actor, que lo considero, es que en esta cinta está salvaje, desatado, intuitivo y sagaz, da con el tono, las expresiones, el discurso, la alegría y la melancolía imprescindible para un personaje como el que desarrolla.
La introspección psicológica es quizá la parte peor desarrollada, la que tiene menos interés real, la que tiene la grieta más grande.
Parece que todo se conecta con su devenir, y, sin embargo, la vida se abre camino por otro lado, caminando hacia otros derroteros. 
Lo verdaderamente interesante de la cinta es la pulsión entre lo que siempre quisiste ser y lo que al final has conseguido. Porque si lo que eres no tiene nada que ver con aquello que planeaste es difícil vivir con uno mismo. La honestidad con uno mismo es la clave de la vida, y si sigues esa directriz nunca fracasas, todo lo contrario.
El color de la cinta es el de la época, la música acompaña, aunque falta algo de Jazz, me la imaginaba más loca en ese sentido, y los personajes secundarios están divinos. Pero dura dos horas y veinte minutos. Y aunque están llenos de cine se me han hecho un poco largos.

§ 3.871. Ana y los lobos (Carlos Saura, 1973)

Interesante película, peculiar, algo mórbosa, extraña y, a la vez, tierna en su singularidad. No es exactamente una crítica social. No prete...