lunes, 13 de febrero de 2023

§ 2.943. Horizontes del Oeste (Budd Boetticher, 1952)

 

Otra más del Oeste de Boetticher, y me quedan muy pocas para acabar con toda su filmografía del género. He visto, creo, sus principales aportaciones. Un grande del género. Un grande del cine.
Aquí sin Randolph Scott, que ya es decir. Un color muy acentuado, supongo que rodada con gran presupuesto y actores muy cotizados: Robert Ryan, tan eficaz como siempre; Rock Hudson,  guapo a rabiar, varonil y tremendamente eficaz; y Julie Adams, guapa actriz reconocida en otras obras (La mujer y el monstruo, Jack Arnold 1954, y Horizontes Lejanos, Anthony Mann, 1952) aunque de las especialmente conocidas. También está Raymond Burr un actor muy de la época, siempre en papeles de persona dura y con poco escrúpulos.
Un relato de desengaño, de ambiciones, de hermanos enfrentados, de dinero fácil y de sueños rotos. Modos diferentes de afrontar el pasado tras la guerra de secesión.
Eficaz cinta, bien narrada la historia, como en todas las del director con un metraje muy contenido, una música cuidada y un color muy vivo, muy elevado. Resultado decente.

domingo, 12 de febrero de 2023

§ 2.942. Cría cuervos (Carlos Saura, 1976)

 

Celebérrima cinta de Saura. Probablemente la más recordada junto con La caza (1966). Un cine muy visual, reconocido por nuestros ojos. Tranquilo en su discurso pero firme en sus postulados. Duro y con temas escabrosos. Las dos que he visto suyas: La caza y Deprisa, deprisa (1981) me han parecido magníficas, especialmente la primera, auténtica obra de arte del cine español. Bueno, obra de arte del cine, sin más. Sin restricciones. 
No es difícil apreciar que la discordancia de la niña, que aprecia una realidad distinta a la que es, puede leerse en la clave política que vivía España en aquellos años de la transición. Un régimen que agonizaba pero no fenecía y una nueva sociedad que todavía no había eclosionado del todo.
Tampoco es complicado apreciar una crítica a esa verdad tan asumida en nuestras vidas de que la infancia es la mejor etapa de la vida, un lugar seguro, un refugio contra las inclemencias de la vida. Coincido bastante con esa visión de la infancia. No creo que la mía fuera especialmente satisfactoria. No la recuerdo mala, ni traumática, ni nada parecido, sí la recuerdo tranquila, protegida y arropada. Pero, como dice la protagonista, era una época de incertidumbre, de miedos y de no saber. Pasaba el tiempo, sin más. Y tú en él. Y tú con él.
La cinta no me ha gustado tanto como las otras dos citadas. Es una historia que se explica muy bien en el momento en que fuer rodada, pero que quizá no ha envejecido tan bien como otras suyas, perfectamente visitables en la actualidad. Tiene, además, esa lentitud cansina, que se hace más acusada al manejarse con niños. No me suelen gustar las cintas rodadas con niños. Me cuesta entrar en ese mundo suyo tan singular, en su forma de ver las cosas. En esta cinta además de esas dificultades se suman las disociaciones de la niña y sus alucinaciones. 
Me ha gustado mucho el relato de mujer rota de Geraldine Chaplin, y la frescura en el garbo y en la mirada de Mónica Randall, que la tengo por una actriz de complemento pero que quizá tiene más desarrollo que todo eso.

§ 2.941. La caza del octubre rojo (John McTiernan, 1990)

 

La he visto muchas veces. Es muy entretenida. 

sábado, 11 de febrero de 2023

§ 2.940. Pasaporte a la fama (John Ford, 1935)

 
Vaya año 1935 para Ford. Además de una auténtica obra maestra como es El Delator, hizo otras dos. Esta y Barco a la deriva, que no es mala cinta. Era evidente que estaba a toda máquina: el siguiente año: El Arado y las Estrellas (cuestionable obra cortada y mal montada), María Estuardo, y Prisionero del odio, el anterior: Paz en la tierra, El Juez Priest y La patrulla perdida, que me pareció magnífica.
Desde luego eran sus años más prolíficos. Más tarde, con más reposo no haría tres cintas por año de manera regular. Tendría más aplomo. 
Esta cinta no es de las prototípicas de Ford. Una singular comedia de situación, con ribetes de cinta policíaca. Pero se deja ver, no tanto esa vez por Edward G. Robinson, que está bien, como siempre, sino, sobre todo por Jean Arthur, que está verdaderamente deslumbrante.
Me ha gustado, pero está lejos de las maravillas de Ford.

§ 2.939. Enemigo a las puertas (Jean-Jacques Annaud, 2001)

La vi hace muchos años por primera vez. Me pareció interesante, poco más. No ha mejorado mi apreciación sobre ella. Lejos de las mejores películas del director, un tipo realmente interesante. Los duelos a rifle son interesante, pero nada más. No aporta gran cosa y más allá de las escenas emotivas poco tiene que decir. 
El elenco de actores es más que interesante: Jude Law, Rachel Weisz, Ed Harris, y un magnífico y verdaderamente aterrador Bob Hoskins, que hace un papel estupendo, lleno de credibilidad.

jueves, 9 de febrero de 2023

§ 2.938. Regreso al planeta de los simios (Ted Post, 1970)

Bueno. No tiene nada que ver con la primera entrega. Se deja ver, es entretenida, que es lo que pretende, pero poco más. La original es una distopía magnífica, bien construida y perfectamente engrasada. Esta sigue su saga, meritoriamente, pero no deja de ser una continuación mediocre de una idea brillante. 
El trabajo de guión es contundente, y muy imaginativo. Los efectos especiales tan logrados como en la original y el propósito de libertad que anida en la determinación de los humanos idéntico. No es de las peores sagas que se han podido ver en el cine. De las otras tres que completan la saga original sólo he visto la película número cuatro, de J. Lee Thompson, que también rodó la quinta.
Una película más, sin más. Decente continuación, pero no brillante.

miércoles, 8 de febrero de 2023

§ 2.937. El carnaval de las tinieblas (Jack Clayton, 1983)

 

Otra de niños de Clayton. La anterior no me gustó demasiado, la verdad. Y por lo que llevo de esta tampoco va a ser santo de mi devoción.
Una producción de Disney que desembarcaba con toda su potencia en un cine algo más adulto, alejado del cine estrictamente dirigido a los niños: infantil y de animación. Por lo poco que he podido leer la producción fue 'movidita', con cambio de guionistas sobre la marcha, modificación de la partitura original, filmación extra de algunas tomas, enfado por parte del escritor de la novela que había trabajado también en el guión, fuga de algunos actores que se comprometieron a particular y abandonaron -por las razones que fuese- el proyecto, y demás zarandajas... lo que llevó, al parecer, a ser un verdadero fracaso en taquilla.
No sé muy bien qué nos quiere decir el director. Si es una crítica al paso del tiempo, si una ventana a la imaginación, si la exposición de una visión infantil de la realidad, si una crítica fantasmagórica de la sociedad, si una crítica de la verdad. No lo sé. Si es cierto que surge la fascinación por la historia, que no sabes dónde te lleva, pero no me parece suficiente para elevar la cinta. Por momentos se deja ver, sobre todo cuando no sabes distinguir si estamos apreciando la verdad o lo que los personajes imaginan. 
Quizá la elección de Jonathan Pryce  como el señor Dark no parece la más apropiada. Demasiado sofisticado y sin llegar a provocar ni miedo, ni insatisfacción. Le falta carisma y glamour.
Jason Robards está  bien, aunque él puede hacer cualquier papel. Es un gran actor, versátil y profundo, de tradición pétrea y sensaciones contenidas. Como padre de uno de los protagonistas está bien, aunque quizá sea excesivamente mayor. 
Me ha gustado ver a Pam Grier, tan vigorosa y tan emocional como siempre que la he visto, aunque no es una actriz que haya seguido mucho.
Cuesta cogerle el punto al tema. El retroceso de la vida, la marcha hacia atrás. Pero no sé si se está manejando algún argumento moral o sencillamente es un estilismo argumental. No sé realmente qué me quiere decir el director. La veo porque me gusta Clayton y porque es atrayente y sugestiva, pero no es un cine que me llegue del todo.