sábado, 19 de junio de 2021

§ 2.428. Las dos vidas de Audrey Robert Wise, 1977)

Wise es un director de lo más solvente. Puede llevar a buen puerto Western, terror, amor, aventuras, musicales... es un todoterreno magnífico, uno de los últimos artesanos del séptimo arte.
Esta es de terror psicológico, subgénero cultivado con fruición e intensidad en el cine, especialmente los últimos años. No es su mejor cinta, ni mucho menos, ni siquiera creo que se encuentre entre las notables. Es una más, sin más ni más. No logra penetran profundamente en la epidermis del miedo. Por momentos es intensa, e incluso recuerda a otro clásico -al menos a mi me lo parece- del cine, este sí más logrado, cual e "El rapto de Bunny Lake" (Otto Preminger, 1965) y en menor medida a "Niebla en el alma" (Roy Ward Baker, 1952).
La trama es interesante, está bien desarrollada y atrapa al espectador. No llega a ser aterradora, no es su propósito, y sí muestra una peculiar teoría de la reencarnación. Una manera singular de presentarla. Pretende que el espectador piense sobre el tema, aunque desde el miedo y la angustia, no desde la bondad y la ternura. La misma historia pudiera presentarse desde varios puntos de vista, naturalmente, y uno de ellos es este, desde el lado más duro y macabro. No llega a aterrar como "La profecía" (Richar Donner, 1976) pero hay momentos muy duros.
Me ha gustado mucho Marsha Mason, me ha parecido que hace un papel espléndido, con una angustia que no parece fingida, muy en el papel. Naturalmente Anthony Hopkins está estupendo, pero no así John Beck, plano, poco emotivo y excesivamente ausente de la temática principal del asunto. No desde el descreimiento de la historia, que pudiera ser, sino desde la lejanía del asunto. No parece interesado realmente en la salud de la niña. Parece tratar el asunto como un negocio más de los varios que tiene. Realmente no entre en al perfil del asunto, en el papel que desarrolla.

viernes, 18 de junio de 2021

§ 2.427. El demonio, la carne y el perdón (Roy Ward Baker, 1961)

   Director británico que tuvo mejores películas y que se embarca en una cinta de un Oeste peculiar, distinto, difícil para organizar el drama que se avecina. 
    Pretende ser dramática, y por momentos lo consigue, pero no llega a conmover, no hiere ni araña, ni te deja el corazón torturado. Además, y aunque esto lo subrayo muchas veces, es una película demasiado larga, sobrándole unos cuantos minutos, no menos de treinta. Con 90 minutos hubiera sido suficiente, a mi modo de ver.
    Desde luego se puede ver en clave de homosexualidad reprimida por parte del bandido hacia el cura, y a la inversa. Además la estética del bandido es especialmente característica, cuero y vestido de negro siempre en toda la cinta, excepto en la primera escena. No creo que pasara desapercibida para la comunica gay de la época.
   Me ha parecido que John Mills ("el perdón") es un actorazo de una pieza, con fuerza y determinación, hombría y magnetismo. Dirk Bogarde ("el demonio"), sin embargo, no pinta en esta película ni con cola. No sé muy bien cómo el director de casting pudo siquiera pensar que era un papel adecuado a su estilo, a la forma de moverse, a su cara dulce, aristocrática y muy británica.
   Mylène Demongeot es otra historia, de cara similar a la guapísima Claudia Cardinale y con un cuerpo parecido al de Briguite Bardot, al menos a mi me lo parece. Guapa, fina, ligera y lívida, pero no me ha parecido una actriz muy dotada. Inolvidable niña en "Buenos días, tristeza" (Otto Preminger, 1958)
     La película se deja ver, no aburre demasiado y entretiene. Al comienzo parece que los derroteros van a ir más por El fugitivo (John Ford, 1947) que por Escarlata y negro (Jerry London, 1983), que es el camino que emprende. "Escarlata..." es posterior, pudiendo citarse esta nuestra de ahora como antecedente de la de London. No evidentemente como un antecedente directo, aunque sí como inspiradora en la temática.

jueves, 17 de junio de 2021

§ 2.426. La barrera del sonido (David Lean, 1952)


Quizá de las menos conocidas de Lean, y quizá de las menos brillantes. Temática áspera, difícil, escenario marcial en tiempos de paz, amor y retos científicos. Un coctel más que prometedor, interesante y excitante.

Entretenida película, que no sé por qué pero imagino de fracaso asegurado en taquilla. No es bélica, no es de amor, no es melodramática, no es comedia obviamente, no es un género de los que dan dinero en las taquillas. Es un poco lenta, y la profundidad del proyecto personal no entra del todo bien a los gustos de un espectador medio que probablemente prefiera otras cosas menos 'intelectuales', menos densas, más ligeras, divertidas. Además es un poco larga, deficit que le achaco a muchas películas últimamente, y particularmente a las de David Lean

Me ha encantado Ann Todd. En Amigos apasionados (1949), y en Madeleine (1950) estaba genial, soberbia, pero aquí está refulgente, brillante.  Tiene una belleza muy clásica, como si fuera española, me recuerda a Eva Perón, al menos al estereotipo que tenemos de ella: rubia, menuda, con la cara ligeramente huesuda, nariz afilada y ojos pequeños...

Muy sobrio Nigel Patrick como novio, interesante y comedido. Pero el que borda el papel es Ralph Richardson en papel de magnate de la industria aeronáutica. 

El resultado final es interesante, a medida que avanza la historia le épica se adueña de la emocionalidad y se abandona el señuelo del amor, que parece que se rompe, pero que, en realidad, se fortalece, porque se hace adulta y real. 

miércoles, 16 de junio de 2021

§ 2.425. La noche americana (François Truffaut, 1973)

 

"Os presento a Pamela" quizá fue, en algún momento, el titulo que barajaba el director para esta cinta, finalmente nombrada como un filtro de cámara que sirve para rodar de día pero que parezca de noche en la pantalla, con el consiguiente ahorro de costes en la producción.
Cine dentro del cine. Categoría difícil de manejar que en esta ocasión lo maneja el director de manera magistral. Es un auténtico ensayo sobre la dirección y el arte de hacer una película. Un director de cine, dice en un momento al comienzo de la película, es alguien a quien siempre se le están haciendo preguntas.
La ambientación, los problemas que surgen en el rodaje, el 'divimos' de las estrellas, los problemas con el alcohol, las relaciones entre los colaboradores del rodaje, los obstáculos que se encuentra el director a lo largo del rodaje. Es un estudio muy interesante, verdaderamente un ensayo visual sobre el arte de rodar películas.
Jacqueline Bisset es una mujer guapísima, de una belleza algo enigmática, con unos grises de una profundidad similar a la del lecho marino. Es esa mujer distante y separada de la realidad muy consciente de su feminidad y del efecto que causa en los hombres, una auténtica diva del cine, una superestrella. 
Me gusta ver a Truffaut como actor en su rol de director. Nadie como él para entender qué ocurre y cuáles son los problemas a los que se enfrenta una película de cine.
Me ha gustado mucho, pero hay algo que no me acaba de agradar. En otras del "cine dentro del cine" el meollo de la cuestión son las relaciones entre los personajes. En esta el ensayo profundiza en la dinámica de la realización de la película, abandonando la perspectiva 'clásica' en este subgénero. 
Hay varias escenas míticas y que recordaré: la de la actriz mayor incapaz de recordar parte del guión en una escena y que se equivoca de puerta al salir de cada escena; la de Jaqueline repasando el guión la noche antes de una escena haciendo cosas de la vida cotidiana.
La música es sensacional, con un tono épico pero moderno muy intenso. La "locura" de las prisas por terminar el rodaje, la sensación de tener que terminarla como sea y demás 'relojería' interna de la industria del cine está expuestas como nunca lo había visto antes. Me parece una película maestra, una cinta realmente canónica: el cine dentro del cine es esto.


§ 2.424. Cadenas de libertad (J. Lee Thompson, 1969)

Continua exprimiendo a J. Lee Thompson, me quedan ya muy pocas, y todas las tengo compradas, excepto un par de ellas que están descatalogadas del todo.

Temática áspera, desarrollo abrupto, dura película que no llega a conmover del todo, no araña en ningún momento, ni siquiera en los momentos más álgidos. 

A David Niven y John Hurt los tengo muy vistos, pero en esta me ha gustado mucho Topol, un actor israelita de físico contundente y mirada azul líquida. Tiene matices y desarrollo, su papel es suficientemente intenso como para situarse a la altura de los otros dos actores, claramente con una carrera más profunda y larga. Es cierto que el personaje de Niven es frío de por sí, distante y algo deshumanizado. Hurt juega el rol de aprendiz de todo, de la guerra, de la vida, del amor... El papel de Anna Karina también es muy interesante, el estraperlo y la prostitución como medio de vida.

El resultado es algo frío y no excesivamente emotivo, suavizándose la crudeza de la distribución de ciudadanos por la historia de amor. La picaresca y la distribución de territorios en la cantina es un gag muy divertido, recurrente y entretenido.

No es de lo mejor de J. Lee, ni mucho menos. Es diferente, distinta a las más clásicas.  Probablemente las mejores de él ya estaban rodadas. Es un director con una enorme distancia entre las suyas buenas y las menos valiosas. Las primeras son, a mi juicio, mucho mejores que las últimas. Se aprecia claramente. En todo caso es un director prolífico, con cosas interesantes.

martes, 15 de junio de 2021

§ 2.423. El Álamo (John Wayne, 1960)

Es la segunda o tercera vez que la veo. Nunca la he tenido por una extraordinaria película. Simplemente entretenida, pero sin mucho recorrido. 500 ó 1000 películas después a lo mejor el juicio crítico no es el mismo. Intentaré fijarse si hay algo de Ford en la película, pues, al parecer, metió algo de mano a solicitud del propio Wayne, que no encontraba la gracia a la película.
La temática es mítica, el estilo inconfundiblemente épico, el desarrollo creciente de la tensión toda una declaración de intenciones, el resultado magnífico. Realmente magnífico. 
La música es espectacular, no en vano está compuesta y organizada por Dimitri Tiomkin, uno de los grandes de la composición musical para el cine. Seguramente la musicalidad de la canción del "Degüello" es originalmente mejicana, al menos la he oido en otros lugares y otras películas y la tengo por tal.
La fotografía es buena, aunque al no haber paisajes ni espacios abiertos no se aprecia con tanta nitidez su calidad. El color es estupendo, y la composición de las escenas y el juego de cámara realmente brillante.
Me ha encantado. Es un Western algo diferente a los que motivan generalmente la trama de las películas más clásicas. No se trata de venganza u odio, dinero o poder. Es algo más, un espíritu aventurero convertido en propósito político. 
El reparto es extraordinario, con especial hincapié en Richard Widmark, que siempre me ha parecido un actor estelar, que soporta y aguanta todo tipo de papeles, dramáticos y, sobre todo del oeste, pero no recuerdo haberle visto en una comedia o película de todo ligero. Wayne es Wayne, y Harvey también está en un papel que lo borda. 
El supuesto mensaje derechista de la película no lo veo por ninguna parte. Obviamente es la visión de una de las partes en conflicto, pero no hay ni desprecio por el enemigo ni falta de respecto por la realidad. Probablemente las cosas ocurrieron de forma muy parecida a como se narra. Lo que ocurre es que quizá no nos gusta ese tipo de épica americana, tan propia de ellos mismos. Es un discurso fuera de lugar desde nuestra perspectiva de país autodestructivo y acomplejado. Incluso en aspectos abiertamente recordables, como puede ser la conquista de América, generamos nuestros propios complejos que acaban, naturalmente, en frustraciones. Nada de eso ocurre aquí. La bandera, el himno, la lealtad por el compañero, el apego a la tierra, son valores que se cultivan y son dignos de encomio y admiración. 
Desde luego si no te gusta esa tipo de épica no veas esta película.
Es algo que también suele ser común en Ford, de una forma parecida. El hombre determinado por las circunstancias que lo circundan. El hombre que tiene que hacer lo que hay que hacer, sin más. La épica está en la determinación y en la convicción de la persona. No en las circunstancias.

lunes, 14 de junio de 2021

§ 2.422. El ser de planeta X (Edgar G.Ulmer 1951)

Excelente película de serie B para un sesión doble de los años cincuenta de un heterodoxo de Hollywood que no tuvo demasiadas suerte con su carrera. No sé nada de ello, pero no creo que fuese debido a su calidad cinematográfica, los costes de las películas o problemas con el estudio. No creaba películas "raras" o sobre temas marginales. Podría pasar por el Siodmak, o un Tournier, o incluso un Wise inicial o un Robson, películas producidas por un productor asociado a la gran productora, que pone los medios y algo de dinero desentendiéndose del resultado final.
Actores solventes, aunque no mediáticos, serios y profesionales, música escasa, decorados de cartón piedra, probablemente aprovechados de otras producciones, metraje más que contenido, probablemente ninguna promoción a la cinta, ningún gasto adicional más que el necesario para hacer las copias y un cierto desinterés en el resultado final. Pero funciona. La película funciona perfectamente por dos razones. Porque va al meollo de la cuestión, directa al argumento, a lo que quiere contar, y porque la dirección sostenida y firme hace que no se pierda en ninguna historia secundaria de las varias con las que suelen adornarse las películas.
El blanco y negro es magnífico, el sonido también, no sé por qué no se doblan, supongo que se venderían estupendamente, pero puedo estar equivocado.
Si parece carecer de personalidad, tiene algo de comic, de relato de folletín ilustrado, pero me gusta. He de reconocer que este tipo de películas me parecen super interesantes. Cine en estado puro, diversión sin más. No hay fondo moral, no pretender elaborar un discurso profundo, ético o existencial, no pretende 'trascender' lo que estás viendo. Es, por decirlo fácil: "cortito y al pie".

§ 3.916. Beltenebros (Pilar Miró, 1991)

La vi hace muchísimos años, en Cabueñes, en Asturias, en un campamento juvenil que organizaba el Injuve (el Instituto Nacional de la Juventu...