domingo, 13 de junio de 2021

§ 2.420. La comedia de la vida (Howard Hawks, 1934)

Comedia de situación, o "Comedia screwball" de un maestro de este subgénero, al servicio de una estrella absoluta del cine: Carole Lombard con un John Barrymore que acompaña de maravilla con su impostada severidad y su hosquedad. Aunque no es, sin embargo, el tono que mejor acompaña a este tipo de comedia. Parece que se requiere ese tipo de cinismo y alejamiento tan singular de Cary Grant, por ejemplo. 
Escenografía bien desarrollada, guión trabajado y diálogos muy estructurados. Emocionalidad y esperanza, futuro y sentimientos, una mezcla que bien hecha suele funcionar. No es mi género favorito, pero el nivel de realización tan bien desarrollado hace que lo inverosímil sea creíble, el público olvida sus preocupaciones y el cine cumple su función, como dice Garcia: una vida en sustitución de la propia.
Pero funciona, la película se sostiene y se conduce suavemente. Pero no es una de las más grande de Hawks, que siguen siendo  los Western y las de acción y cine negro.

sábado, 12 de junio de 2021

§ 2.419. El hombre que pudo reinar (John Huston, 1975)


Basado en un cuento de Rudyard Kipling pasa por ser una de las mejores películas de Huston. Es la segunda (o quizá tercera) vez que la veo. Nunca me ha parecido una obra maestra, no desde luego a la altura de las películas que más me gustan de Huston, que son muchas y de variado estilo y género. 
Es un tipo de aventura que no me agrada, un costumbrismo o un tipismo que no llega a emocionarme.
No dudo de su calidad técnica, de su entidad cinematográfica, simplemente nunca he conectado con ella.  Supongo que el estado de ánimo cuando la vi, el cansancio que tenía, o, más sencillamente, la película que vi el día anterior, influyen, y mucho, en el juicio que te formas sobre la cinta.
La estructura es de una película de aventuras, una forma clásica de entender el desarrollo de la historia. Un viaje, una empresa llena de peligros, una determinación personal a prueba de bombas, un propósito vital que no va más allá de sobrevivir a mañana y un éxito como horizonte, que sólo se puede lograr desde la determinación y la amistad.
Me ha gustado mucho más que las otras veces que la he visto. Supongo que han pasado a lo mejor 600 u 800 películas desde la última vez, y eso se nota, como el gusto en la comida o el olfato con los años.
El atrezo es absolutamente maravilloso, los decorados, los figurantes, los secundarios. Todo funciona como un reloj, y se nota. Los tres personajes principales dan una lección actoral, con todos sus matices y diferencias. Es un duelo interpretativo que se ha convertido en clásico con los años, al estilo del de Paul Neman y Robert Redford en el Golpe, por ejemplo. 
Realmente es una película magnífica. Ya la tenía como una gran película, aunque no me hubiese llenado del todo, pero debo reconocer que es, verdaderamente, una obra de arte.
Esta vez ha sido diferente.

§ 2.418. Cambalache (Jordan Leondopoulos, 1969)

Única película de su director, cuyo única atracción probablemente sea ver a un Robert De Niro especialmente joven, en una de sus primeras películas. Aunque decir que interviene es una auténtica exageración, más que intervenir, participa. Sus segundos en pantalla no creo que lleguen a sesenta o setenta. Aunque sí es cierto que aparecen algunos segundos en imágenes retrospectivas. No tiene un continuo protagonismo en la cinta, no descansa sobre él, no es quien la lleva, por eso digo que participa. Acostumbrado a verlo siempre en papeles preeminentes, principales, que llevan el peso específico de la trama se hace raro verlo actuar de secundario.
La trama es sencilla pero efectiva. Una cierta sobriedad rodea el film, y aunque no es especialmente brillante sí anticipa un poco las películas de finales de los ochenta y los noventa, esos trhiller ambientados en cualquier momento y situación, con cualquier excusa, que plantean tramas verosímiles aunque complejas. Relacionan situaciones posibles en donde la persona se comporta de forma desusada y peculiar. Hombres y mujeres normales, ordinarios, que sometidos a una cierta presión -la que sea: ambientas, sexual, por haber sido testigo de determinadas situaciones, etc.- cambian su forma de actuar, modificando su comportamiento. Aquí se trufa todo con el propósito de venganza del hermano del protagonista encubierto.
La película no es para recordarla, no es especialmente buena, simplemente se deja ver. Sin más.

viernes, 11 de junio de 2021

§ 2.417. Alto mando (Thorold Dickinson, 1937)

Drama ambientado en el ámbito militar de poco fuste y escasa intensidad. Es la adaptación de una obra de teatro de reminiscencias coloniales y honores de militares en tiempos de paz. Drama de antiguas rencillas que se reproducen tiempo después, de trama espesa y difícil apreciación. Pretende una sutilidad que no consigue en ningún momento.
El director no fue especialmente prolífico, y como curiosidad decir que fue el primer profesor universitario sobre cine en Inglaterra.
Es una de las primera películas de James Mason, prácticamente irreconocible por su juventud.
De metraje contenido no consigue llegar a interesar del todo. La trama no se desarrolla realmente hasta bien avanzada la cinta y no llegas a saber realmente de qué va hasta más allá de un tercio de la película. Tiene algunos fotogramas extraídos de documentales, los que narran los aspectos costumbristas de la colonia. El atrezo y los decorados son muy realistas y por momentos evoca ambientes de otras películas ambientadas en África.
La copia que he visto es de muy buena calidad, sobre todo para una película de 1937, es decir, de hace 84 años.

sábado, 5 de junio de 2021

§ 2.416. La sombra de la guillotina (Brian Desmond Hurst, 1958)

Una de "capa y espada" diferente, distinta. Pero igual que todas. Aventuras, amores, traiciones, y un trasfondo político.
Director más que interesante, que siempre será recordado por Aquella noche en Varsovia (1941) y la música que rodea toda la cinta. También he visto suyas: La defensa de Malta (1953), y Simba, la lucha contra el Mau-Mau (1955), ambas razonablemente interesantes.
La trama es ingeniosa, desde luego. Tiene su aquel plantear una hipótesis sobre la que alimenta la historia. La novela sobre la que se basa el guión es de Vaughan Wikins, un escritor y periodista inglés que escribió varias novelas de cierta relevancia. 
El reparto lo encabezan el solícito Louis Jourdan, eficaz artesano capaz de papeles de lo más variopinto, y la bella Belinda Lee (de la que sólo recuerdo haber visto "Pasos en la niebla" [Arthur Lubín, 1955]).
La película se deja ver, tiene pulso y ritmo, de metraje contenido no abruma en su desarrollo y permite pasar un buen rato. La música no es muy intrusiva, aunque es cierto que está presente en toda la cinta. En definitiva, una película decente que entretiene y emociona, aunque no será recordada como una extraordinaria película. Se puede ver, sin más.

viernes, 4 de junio de 2021

§ 2.415. Rose Marie (Mervyn LeRoy, 1954)

Western musical, como otros tantos, de panorámica escenografía y resultado discreto. Divertida y entretenida, distinta, con un guión a mitad de camino entre la aventura y la comedia, un género muy ensayado. Este tipo de cintas tenían predicamento en su momento, ahora está ya en desuso. El canon de este tipo de subgénero probablemente sea "7 novias para 7 hermanos" (Stanley Donen, 1954) del mismo año que esta película.
Desde luego el guión da para mucho, una chica en un fuerte en el centro del Canadá haciendo instrucción y viviendo como un soldado. Los amores no tardan en aparecer y con ellos los celos, las envidias, los inconvenientes del día a día.
Director celebérrimo, uno de los constructores del séptimo arte al transitar con éxito del cine mudo al sonoro. Ese tipo de puente que une tradición e innovación. Curiosamente nunca fue galardonado con el premio de la académica, y sólo estuvo nominado una vez como mejor director por Niebla en el pasado (1943).
El trio de actores protagonistas son: Ann Blyth, Howard Keel, Fernando Lamas, dos cantantes y actores y un actor típicamente latino. Un reparto probablemente ideal para la clase de película que estaba rodando.
Un resultado un poco insatisfactorio. Correcto, sin más. Sin sacarle demasiado juego a los paisajes y espacios al aire libre, que es lo que más me gusta de las del Oeste. No es, ni mucho menos, de las mejores películas del director.

jueves, 3 de junio de 2021

§ 2.414. Cadenas rotas (David Lean, 1946)

El remake de Alfonso Cuarón "Grandes esperanzas" de 1998 me pareció una película magnífica. Con un pulso  y una vitalidad trepidante, con una energía y una emotividad fascinante, además de un ambiente entre gótico y decimonónico ideal para esa historia. La he visto, al menos, dos veces, y sabía que era remake de esta obra de Lean. Ahora que estoy terminando con Lean es el momento de ver el original.
Y, obviamente, me ha encantado. Todo Lean, aunque algunas cosas más que otras, claro, como no puede ser de otra manera.
Esta película me recuerda, y mucho, a "Cumbres borrascosas" (William Wyler, 1939). La niebla, el tratamiento claramente ingles de aquella y, naturalmente, de ésta, y la ambientación e incluso el propósito emocional. Se llevan seis años, y no es descabellado que Lean viese, y le gustase, la de Wyler. Como Luis Buñuel, que la consideraba su obra preferida.
La historia se desarrolla en varios grandes actos, ideales para representarse como obra de teatro, lo que probablemente sería en la original concepción del Dickens, el autor de la novela. La parte primera, la del niño en la casa y el enamoramiento de la niña es la más gótica, la decididamente más oscura y dada a la interpretación. La mujer que ha quedada enterrada en vida, la niña que trata mal al protagonistas por mero divertimento, etc.
La conversión del niño en un caballero es interesante, aunque la frivolidad de la situación tiene tintes cómicos que no son del todo bien explotados, y que no quedan del todo bien. Es esa parte segunda, la más floja, la historia decae algo, aunque es corta y tiene la virtud de mostrar a Alec Guinness. En la tercera retoma el vuelo, el enamoramiento es una fase muy creativa, sobre todo por lo que insinúa, que no muestra. La sorpresa que experimenta el muchacho con la averiguación de quién su benefactor abre la tercera parte de esta gran obra.
La idea del remake de convertir al chico en un pintor es brillante, muy buena. Llena muchos espacios que aquí simplemente se rellenan con la presencia del actor, con su vivencia como caballero londinense.
Me ha gustado mucho John Mills, capaz de soportar por sí mismo el peso de la película.
Es una gran película, de un gigante del cine, con megaproducciones gigantescas pero con películas, como esta y otras, de formato más contenido pero de una belleza singular, bien acabadas, y con muchos visionados. Son películas que no se dejan de ver, que siempre se están viendo, que forman parte de nuestra cultura cinematográfica más profunda. Es un auténtico Rey del cine.

$ 3.932. Blade Runner (Ridley Scott, 1982)