domingo, 13 de diciembre de 2020

§ 2.165. 1917 (Sam Mendes, 2019)

    Agobiante y asfixiante. Un relato propio y muy preciosista. Gran realismo en su confección, en los decorados, en los extras, en los diálogos. La música juega un papel de precipitación muy importante. Sin ella nada sería igual. Es de Thomas Newman. La fotografía, de Roger Deakins, también es destacable, nítida y perfectamente definida.
    Una misión suicida como tantas otras del cine bélico, pero esta vez en campo abierto. Se trata en enviar a dos hombre a través del espacio que deja el frente de guerra entre el alemán y el inglés para llevar un mensaje a la retaguardia británica sobre los planes de ataque del ejército alemán y su retroceso momentáneo unos kilómetros para desplegar un ataque de mayor envergadura. Uno de los chavales tiene a un hermano en el frente, al otro lado, donde tienen que ir a llevar el mensaje.
    El argumento no es muy verosímil. Ni en lo relacionado con la misión suicida, ni en cómo abandonan los alemanes su trinchera, ni cómo esta se derrumba. No creo que responda a un acontecimiento real, ni mucho menos histórico. Muy probablemente una batalla no se desarrolla así.
    Las imágenes de los cerezos y de la casa abandonada dan sensación de real abandono y soledad.  La imagen de la liberación del aviador también es muy efectista.
    La primera hora es muy espectacular, pero luego, la segunda no me acaba de convencer. Es evidente que la relación con la chica y su niña lo convierte en humano, que hace que pensemos que la guerra no es lo que es, que detrás hay algo más. Pero pierde su entidad. Del minuto 57 que termina el primer plano al setenta y seis, lo que dura el -a todas luces inverosímil- ataque a un francotirador alemán y la relación con la niña, entiende que es superfluo. Luego la batalla con los acantonados en la ciudadela, y el viaje por el río, mojado en pleno invierno terminan de rematar la credibilidad de la historia. No se trata de que el cine proyecte una realidad como si fuera un documental, para nada. Pero sin en el género no está de ficción, si pretendes detallar un acontecimiento real, debe tener su verosimilitud.
    Llama la atención que desde el minutos 8 ó 10 sólo se ve a los dos militares, a nadie más. Dudo, porque me lo dice Rodrigo, que aparezcan militares alemanes en toda la película. Si lo hacen será muy adelante, cuando la trama esté completamente desarrollada.
    Sam Mendes es un director muy a tener en cuenta. Todo lo suyo es interesante, desde American Beauty hasta las de 007. Me gustaría ver alguna suya del oeste, algo de venganza y dolor. Sería interesante.
    El desarrollo de la acción como si se tratase de un plano secuencia es interesante, pero las cuestiones técnicas del cine no me agradan especialmente. No las conozco y no las valoro. No sé qué aportan, aunque seguramente cuando veo la forma de desarrollar la acción fílmica si lo aprecio. Con todo debe reconocerse el esfuerzo de coordinación y desarrollo de una epopeya como esa. Tanto del protagonista que está secuenciando consecutivamente todas las escenas como del resto del equipo de dirección, que tiene que seguir al actor, siempre detrás, y no dejar que se vea ningún aparatejo de la película: cámara, railes, cables, focos, etc. Notable esfuerzo.

sábado, 12 de diciembre de 2020

§ 2.164. Le Divorce (James Ivory, 2003)

    Comedia de situación de un gran constructor de películas, Ivory, por el que tengo predilección, todo lo suyo me encanta, me parece delicado y muy trabajado. Un director que podría considerar fino y culto.
    Hermanastras americanas, una de ellas viviendo en París, no demasiado unidas se reencuentran en París. Una de ellas está casada con un francés, pero parece que se va a divorciar de él.
    Le cuesta arrancar, pero una vez presentada la situación y los personajes funciona bien. Un poco larga, me parece que dos horas para narrar lo que pretende es excesivo.
    Un cuadro -una Santa Ursula de un gran pintor francés muy cotizado y que tiene muchísimo valor- que cuelga en la casa de la familia francesa y que la familia de las hermanas quieren que vuelva a américa complica toda la relación, toda la trama. No se sabe dónde va, pero se intuye que el asunto es lo que va a desencadenar el conflicto latente entre las hermanas.
    Un elenco magnífico, realmente magnífico: Kate Hudson es la hermana que llega de américa, Naomi Watts la que vive en francia y está casada. El resto del elenco incluye a Glenn Close como escritora americana afincado en parís, y a Leslie Caron, Stockard Channing, , Stephen Fry, Thierry Lhermitte, Matthew Modine, Bebe Neuwirth, Sam Waterston, Jean-Marc Barr, Melvil Poupaud, Nathalie Richard, Romain Duris.

§ 2.163. Los Comancheros (Michael Curtiz, 1961)

 

    Última película dirigida por el grandísimo Michael Curtiz que estaba tan enfermo cuando la dirigía que la tuvo que terminar Wayne a la dirección. El Duke se negó a que su nombre figurase en los títulos de créditos. Él era así: feo, fuerte y formal.
    Autor de una auténtica brutalidad de filmografía, desde 1913 a 1961 y 116 películas filmadas, todo un género en sí mismo. Trama, desarrollo, acción, cualquier género, poco dinero y una película en los cines, con carteles y todos. Un grande de verdad, grandísimo.
    Esta película es un Western, clásico, con su trama, con su desarrollo, sus protagonistas... lo ves, te gusta, quiero volver a ver otra película antes de que acabe y adelante...

§ 2.162. Piel de serpiente (Sidney Lumet, 1960)

    Marino Brando desde el minuto primero. Piel de serpiente es un vagabundo, un fuera de todo que sólo le preocupa su guitarra y su chaqueta de piel de serpiente. 
    Abandona un pueblo en el que ha tenido alguna bronca -no se especifica cuál- y el juez le deja ir a condición de que no vuelva más a él. Treinta años cumple ese día, pero se siente viejo porque lleva desde los quince rodando... Llega a otro pueblo y se aloja casualmente en la casa del shérif, cuya mujer le ofrece trabajo en una tienda de comestibles, pues su dueño ha tenido un percance de salud. La galería de personajes del pueblo es peculiar, entre ellos un brujo loco, una mujer joven desequilibrada y alcohólica (Joanne Woodward) que se empeña en decir que conoce a piel de serpiente, un par de señoras mayores solteronas y la mujer del dueño (Anna Magnani), de mediana edad un tanto hastiada por la vida que lleva.
    Drama social -drama sureño- escrito por Tennessee Williams, en la doble condición de escritor de la novela y guionista. Son decenas las películas basadas en sus obras, algunas famosísimas.
    Tiene algo director al mentón, pero no con fuerza, no con la violencia emocional de otras obras suyas: Un tranvía llamado deseo, De repente del último verano, La rosa tatuada, La gata sobre un tejado de zinc, Dulce pájaro de juventud, o La noche de la iguana.
 La suavidad al ritmo que impone el director a las conversaciones entre la señora de la tienda y Piel de Serpiente son de una intensidad voluptuosa, con una sexualidad a flor de piel. El trabajo de él como vendedor de zapatos a niñas en la edad del pavo también tiene su aquel. Me ha gustado mucho el uso de las sombras en las conversaciones entre los protagonistas, especialmente en las relaciones hombre/mujer, siempre al borde de lo carnal, de lo sexual, del fuego del cuerpo.
     Los personajes no tienen pasado, no se sabe de dónde vienen o por qué. Tampoco exponen sus proyectos, ilusiones o deseos. Solo tienen en consideración el hoy, el presente, la realidad.
    Me ha gustado mucho, los ritmos, los tempos, la profundidad de los diálogos y sus dobles sentidos. La rudeza de las relaciones, la bestialidad de sus crudos planteamientos es el sello de calidad de Tennessee. Personajes desgarrados, simples pero con una sensibilidad locuaz y a la vez oculta. 

jueves, 10 de diciembre de 2020

§ 2.161. Los amantes de la noche (Nicholas Ray, 1948)

    El debut cinematográfico de Ray, director espléndido aunque siempre que he visto sus películas me queda la sensación de que podía haber dado más.
  Interesante propuesta con un resultado óptimo, debut impresionante. Su propuesta es clara: guión, emotividad, trama y trasfondo social. Crítica propia a la visión del mundo y de los problemas sociales y personales.
    Un grupo de ex-reclusos realiza el robo a una joyería pero en la huida el más joven de ellos -un recluso de 23 años que ha pasado 7 en prisión, en la que fue ingresado con 16- sufre un accidente de tráfico. Al recogerle otro de la banda mata a un policía. Todo se complica, pero le deja en la casa en la que habían preparado el golpe. Allí hay una chica que se enamora de él, en realidad los dos mutuamente.
    El amor como forma de supervivencia, como lo único que permite que el ser humano sea tal. Porque la necesidad de ser amada por parte de la chica es de tal calibra que acepta las excusas que él le plantea sobre la ilegalidad de su entrada en prisión por motivos de edad. La oveja negra que se cree el chico no lo ve ella. Se casan en un pueblo de mala muerte en el que para el autobus tras la huida que han emprendido, y se van a vivir a la montaña, pensando que les pueden dejar vivir en paz. El señor que les casa tiene un negocio de bodas, algo sórdido por veinte dólares. Para ella vale esto, pero él no está tan convencido. Nada de lo que creía se cumple, más que el amor que se profesan. El miedo a ser descubiertos es grandes y como dice el policía, tienen mucho dinero (del robo) pero no pueden gastarlo. Tienen miedo y cualquier suceso, cualquier ruido, cualquier cosa que pase les recordará que son huidos de la justicia, que les están persiguiendo, que saben que les van a cazar, que pagarán sus culpas...
    Turbio drama social que me recuerda a una de Sirk, "Más fuerte que la ley (1949)" en la creencia de los personajes para rehabilitarse tras cometer delitos.
    No es lo que más me ha gustado de Ray, pero se puede ver. Es muy interesante. Mejor propuesta que desarrollada, parece que va a dar más de sí, quedándose un poco corta en su desarrollo y en las expectativas que genera. Siendo de Ray parece que va a dar más, pero se queda corta. 
    Metraje civilizado con Cathy O'Donnell que trabajó en Los mejores años de nuestra vida y Ben Hur, y Farley Granger encumbrado en La soga y Extraños en un tren.

§ 2.160. Coraza negra (Rudolph Maté, 1954)

    Capa y espada, un género muy vitalismo y preciosista, que da lugar al lucimiento de actores y directores, con obras maestras impresionantes, como esta.
    Director con solvencia acreditada y carrera larga, con actores en el cenit de su carrera: un atlético Tony Curtis, y una misteriosa Janet Leigh.
    Guerras familiares por la sucesión al trono, humildes campesinos, chico y chica -hermanos entre sí- que son enviados a trabajar para un noble. Pero el chico cuenta con un anillo en el que se indica la dinastía de la familia. En el castillo hay un libro de heráldica y descubre finalmente quién es.
    El rey se hace el borracho y su consejero es el padre de la chica guapa, Leigh. Resulta ser hijo de un gran noble acusado de una traición que nunca cometió. Es la historia de siempre, contada una y otra vez, pero muy bien contada.

§ 2.159. Tigre y dragón (Ang Lee, 2000)

    Interesante propuesta de un director ya muy consolidado Ang Lee.
   Li Mu Bai es un guerrero muy cualificado que decide abandonar la lucha en busca del 'tao'. Cede su espada mítica, la "Espada Celestial" a su mejor amigo, teniendo que custodiarla hasta su entrega a su mejor amiga, que se llama Yu Sha, de la que está profundamente enamorada.
   Pero la espada es robada, probablemente por la hija del gobernador, que es, evidentemente, una experta en artes marciales. Li Mu Bai vuelve y se hace cargo de la situación.
    Es delicada, sensible, pero no deja de ser una película de espadas, de capa y espada china, pero de capa y espada. No es lo que me esperaba, ni mucho menos.