sábado, 7 de noviembre de 2020

§ 2.091. La muerte tenía un precio (Segio Leone, 1965)


Bueno, pues habrá que verlas todas. Por orden inverso a su realización, ya que ha sido común que las haya visionado en el orden en el que fueron rodadas y exhividas.


§ 2.090. Descubriendo a Forrester (Gus Van Sant, 2000)

   Es parecida a "El indomable Will Huntig" (1997) pero en version urbana y literaria, también con un punto interacional.

   No me parece tan brillante como aquella, aunque es muy parecida. Sean Connery es más actor, es más potente que Robin Williams, sin lugar a dudas.

   Un escritor que tuvo un éxito enorme con su primera novela se aisla voluntariamente en un peso alto de una zona de clase baja de Nueva York habitado mayoritariamente por personas de color.

   Tiene todo el misterio que le da su condición de recluido y de blanco. Un alumno de la escuela local, con pretensiones literarias y excelente jugador de baloncesto es llamado por una escuela de élite de la ciudad de Nueva York para ingresar en ella.

   A la vez conoce a ese escritor que le ayuda con sus escritos, encaminándole en la vida y en su existencia. La amistad que surge entre ellos es la pretensión de la película. Le enseña crítica literaria, cómo escirbir, cómo desenvolverse ante un folio en blanco, etc. Es un cicerone, un conductor en la vida, un amigo.

   El alumno de color es Rob Brow, que no creo haberle visto en otra película, al menos no me suena.  

    "Los profesores amargados o frustrados pueden ser muy efectivos o muy peligrosos", gran frase del personaje literario que le dice al aprendiz.

   Tener talento es la cosa más fácil que hay y la más dificil de identificar. Si se tiene se tiene, pero identificarlo no siempre es sencillo. Me hubiera encantado haber tenido talento. Para cualquier cosa, para pintar, para tocar el piano, para escribir. Sin embargo no tengo ninguno. De ningún tipo. Soy un hombre del monton, vulgar y corriente, sin ningún problema en asumirlo. En otro tiempo me hubiera hecho daño asumirlo con tanta naturalidad, pero ahora, ya algo mayor y preocupado por mi salud, no me cuesta nada comentarlo. Además creo que en la vida, en general, hay menos talento del que parece. A veces llamamos talento a lo que no es sino mera constancia, dedicación, entrega, intensidad. Esas características sí se pueden trabajar, con trabajo duro y demás...

    No estoy desadiaso contento con mi vida, con la que yo mismo he diseñado para mi. No sé, además, qué puedo hacer para modelar lo que me queda de ella, que no sé cuánto va a ser, nadie lo sabe.


§ 2.089. El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone, 1966)

   Otra vez. La trilogía está en Movistar y como se pueden ver en varias veces la puso el vierntes, la termino el sábado por la mañana. La he visto una cuantas veces, quizá ya más de 4 ó 5, la última hace año y me

   Me gusta, en su género es una obra maestra. Tengo que profundizar en el Spaguetti Westher, ver a Corbuchi y los italianos que florecieron alrededor de Leone y el boom que provocó su trilogía, un auténtico movimiento telúrico en un género clásico por definición.

   Intentaré ver las otras dos estos días de necesario confinamiento domiciliario debido a la convalecencia de la operación de desprendimiento de retina.

viernes, 6 de noviembre de 2020

§ 2.088. Snatch. Cerdos y diamantes (Guy Ritchie, 2000)

Es la segunda vez que la veo y la erdad me ha gustado mucho. Un cine algo distinto de las narraciones lineales, con buen guión, actores de esta época y un tratamiento de la imagen actual y novedoso.

§ 2.087. Barbarroja (Akira Kurosawa, 1965)

 

Vamos a ver qué tal...

Desde luego es una forma de vivir, enseña algo más qeu una historia.

Hasta la mala comida sabe bien si se mastica suficientemente. Lo mismo pasa con el trabajo, afirma Barbarroja, que si te dedicas con ahinco hasta el más desagradable es satisfactorio.

El exceso de confianza en un médico es un mal que le lleva a cometer errores de apreciación y juicio.

La pobreza crea enfermedad. No hay nada más solemne que los ultimos momentos de la vida de un hombre.

Enseñanzas todas ellas que le comenta Barbarroja al médido díscolo que ha llegado al dispensario, un lugar de pobreza y enfermedad al que acuden desahuciados que no tienen otro sito al que ir. 

A medida que va comprendiendo para qué sirve la medicina y cómo se practica va comprendiendo que el carácter duro, ostinado y salvaje de Barbarroja es lo único que sirve para conseguir que funcione minimamente el dispensario. Centro médico que carece de recursos, opera sin anestesia y no tiene las mínmas condiciones para llamarse hospital.

Llevar el uniforme sirve para identificar quién es médico y a quién se le puede pedir ayuda. Es la simbología en la vestimenta la que debe adoptar el recien llegado: ponerse el traje es decidir ser médico, seguir vistiendo de civil no es sólo una forma de reveldía, sino una decisión: no se quiere ser médico en ese lugar. Finalmente decide ser médido y se pone el kimono característico.

La locura del personaje femenino muestra con toda su crudeza la brutalidad de la vida sentimental: la madre caso a la hija con su amante. 

No es de una complejidad argumental tan acusada como otras películas suyas, es un relato más lineal pero tampoco cuenta una historia común.

El relato del moribundo sobre el enamoramiento, vida y muerte de su mujer es también muy revelador. Pretende mostar la dureza del hospital desde el relato de sus usuarios, de los enfermos, qeudando en un segundo papel el rol del protagonisa, Barbarroja, que participa en todas las historias como personaje secundario, mero espectador de las historias que se cuentan.

Obviamente, como en todas las películas de Kurosawa llueve, y llueve mucho. En esta además nieva.

No tiene la fuerza de otras obras suyas, las de samurais, ni tampoco elmensaje tan profundo como otras: vivir, escándalo, el idiota, duelo silencioso. Tampoco en la primera hora y media profundiza en el tema médico, sigue la historia de los pesonajes que presente, a mi modeo de ver un poco deslabazadamente.

Me ha decepcionado un poco. Además es sumamente oscura, al rodarse la mayoría de planos dentro del hospital y no contar con suficiente luz.

jueves, 5 de noviembre de 2020

§ 2.086. Sexy Beast (Jonathan Glazer, 2000)

     Pues una más de atracos y últimos palos para el resto de la vida. Unos atracadores se han exiliado en España, en la costa del sol. Todo parece ir bien hasta que llegan unos antigüos compinches para poroponerle un último atraco en Inglaterra... no añoran su país, ni su clima, ni su vida pasada.
     Nominación de Ben Kingsley para el Oscar de la academia.
     Director para mi desconocido, no había visto nada suyo. Tiene 13 películas y sigue rodando con naturalidad. Tiene previsto en un estreno en 2022.

§ 2.085. La hija de Ryan (David Lean, 1970)


    Una película mítica de un director acostumbrado a grandes superproducciones. Con un reparto estelar: Sarah Miles y Robert Mitchum principalmente, con Trevor Howard como párroco y Christopher Jones como el capitán francés de la que se enamora la irlandesa enamoradiza, y Leo McKern como el padre de la chica. También Barry Foster como el capitan del Ira que llega al pueblo. Y, por último, John Mills que ganó el premio Oscar de la academia de Hollywood en esa edición.
    Rodada en Irlanda y con una música de Maurice Jarre muy comercial es una película bella, cuidada, sencilla, sincera, con pocas pretensiones de grandilocuencia pero con el fomato de una gran producción cinematográfica: "apertura", "intermezo", música en una sala, panorámica con una imágenes de playa, verde y montaña absolutamente magníficas.
    El director, Davir Lean es uno de eos mounstros del cine, sin fisuras, que probablemente hizo ganar muchísimo dinero a la industria y que supo mantener la calidad en la elaboración de su material aun a costa de editarlo bajo el auspicio de un gran estudio. Siempre he creido que la década prodigiosa de Lean se había acabado en 1965, después de rodar, montar y estrenar en apenas ocho años tres obras absolutamente maestras del cine de todos los tiempos: El puente sobre el rio Kwai (1957), Lawrence de Arabia (1962) y Doctor Zhivago (1965). Supongo que la pretensión de continuar con el éxito del formato le empujó a realizar esta obra, también monumental y de formato king sice...
   Irlanda 1916. Costumbrismo y tradición, amor normalizado y ordinario. Cabos ingleses conchabados con policías británicos, hostilidad a las fuerzas de invasión y maltrato a un discapacitado que ha pescado una langosta en el mar. La tensión política entre ingleses e irlandeses es constante y las referencias del tabernero a la posibilidad de combatir a favor de alemania frente a inglaterra en la IGM en la que se desarrolla la historia concede credibilidad a la historia.
    El enamoramiento de la chica es enamoramiento por enamoramiento, el amor por el amor. Se cree enamorada de un maestro de escuela algo mayor y viudo que ha vuelto al pueblo después de pasar un tiempo (indeterminado) en Dublín. Pero la aparición de un militar francés herido en batalla en el pueblo hace que se replantee su vida y su estatus. Su matrimonio no ha satisfecho sus aspiraciones vitales y ahora parece que ese nuevo fulgor le permite abordar nuevas perspectivas, generando nuevas ilusiones, nuevos horizontes, recuperando lo que siempre pretendió: estar enamorada del amor. Es evidente que su marido no la satisface, no colma sus pretensiones vitales, sus necesidades afectivas. Son dos mundos muy diferentes, que chocan por su mera presencia en la misma habitación. Una crónica de desamor pudiera marcar la tónica de la historia.
   Tiene algo clásico e intemporal, muy al estilo de Gertrud de Dreyer, y, por supuesto, de Ana Karenina de León Tolstoy, paradigmas del amor por el amor, de la búsqueda de una pasión en sí misma insatisfactoria.