miércoles, 18 de diciembre de 2019

§ 1.769. Mandingo (Richard Fleischer, 1975)

Drama sureño, ambientado en los comienzos del siglo XIX en una comarca indeterminada. Narra con eficacia la dureza de la vida de los esclavos en una primera parte, para, en una segunda narrar las peleas de negros, como espectáculo de bestializo para diversión de los blancos.
Película inteligente, bien narrada, marcada por los tópicos pero eficaz. Me gusta mucho Fleischer, me parece que tiene un sentido propio, cierta capacidad de marcar su propio terreno, su propio código, su perspectiva, su sello.
James Mason es uno de los actores por los que merece la pena ver una película, llena la pantalla, todo lo que hace tiene sentido, es capaz de soportar por sí mismo una cinta entera, aunque esta no es el caso.
El trasfondo de insatisfacciones sexuales que rodea toda la cinta es algo exagerada. Pasiones redimidas, deseos insatisfechos. El blanco que no encuentra satisfacción con su mujer blanca y encuentra solaz en una esclava negra, que además habla con él con total normalidad sobre la esclavitud de su futuro hijo, y de otras circunstancias. Un poco enrevesado y además poco creíble.
Un luchador que va adquiriendo conciencia de clase poco a poco. No es un relato especialmente logrado, además de inverosímil. La mujer blanca alcohólica deseosa de sexo por las frustraciones que tiene por no poder fornicar con su marido es un poco exagerado.
Buena película, un poco larga, 90 minutos hubiera bastado para narrar lo que el director quería contar.
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martes, 17 de diciembre de 2019

§ 1.768. Macbeth (Orson Welles, 1948)

La oscuridad del poder, la parte mas innoble de las ambiciones humanas en una tragedia de Shakespeare muy conocida. La borrachera del poder, la incapacidad para poner límites a tus propias pretensiones, la malsana y mordaz víbora del resentimiento mezclado con la envidia en una cuba de resquemor...
Desde luego el Director consigue infundir un presagio de catástrofe a la historia, un profundo estado de maldad intrínseca, más allá de los acontecimiento externos que se suceden. La influencia de su mujer, -¿para el autor de cualquier mujer?- no es precisamente sutil. Es abierta, directa y protagonista. Quizá excesiva, no he leído la tragedia, pero Welles carga las tintas sobre ella y sobre su fono de maldad. No sé si no tiene una explicación más prosaica el camino que elige Macbeth, si no es fruto de las circunstancias. 
El juego de la profecía de las brujas marca la línea directriz de la cinta, de la obra, pues parecen mojones sobre los que edificar cada una de las tres partes que componen la película, prácticamente de media hora cada una de ellas.
El juego de luces y sombras está, obviamente, muy logrado, así como los diferentes escenarios naturales, -rocas y mar, viento y rayos- que componen el escenario apocalíptico alrededor del palacio. Faltan caballos y perros para, todos negros, para completar la oscuridad completa. Solo aquella que da una bestia que creemos domesticada.
Orson está exultante, brillante, rebosante de energía, de potencia, de capacidades. Parece que se sale de la pantalla. No es una película de actores, pero Jeanette Nolan es Lady Macbeth, esposa ambiciosa y perturbadora de la estabilidad emocional del Rey.
Dos circunstancias hace singular a la película. Los actores no hablan, declaman. Parece que hablan en verso, lo que a veces dificulta el entendimiento y el seguimiento de las cinta. Y, en segundo lugar, los planos de abajo a arriba desde los que se filman caras y expresiones muy propio de Welles.
Es una cinta que hay que ver seguramente varias veces para sacar el jugo que toda ella tiene.
Me ha gustado, especialmente después de meterme en ella, después de veinte minutos trepidantes y frenéticos que hacen que cabalgues sobre la cinta, que no le has cogido el ritmo. 
En todo caso me ha parecido pero que Otelo, que la recuerdo soberbia, magnífica, imprescindible.

domingo, 15 de diciembre de 2019

§ 1.767. Un extraño en el camino (Don Siegel, 1967)

Reparto interesante, director fetiche (al menos para mi) que tienes cosas buenas, y otras no tanto. Ésta se encuentra a medio camino entre unas y otras. Pero de todas las suyas se aprende.
Hombre injustamente acusado de un crimen que no ha cometido huye para salvar la vida en un Oeste moderno, ya entrado el Siglo XX. Le montan en un caballo, le dejan una hora de ventaja y luego van a cazarle. La soledad del perdedor, de quien no tuvo muchas oportunidades, de aquel a quien todo le sale mal. Pero esta vez hace amigos y se convierte todo en una pelea entre dos bandas, los pistoleros del tren que han sembrado el mal en todo el territorio y los que se han organizado para combatirlo. Él no quiere, en realidad, formar parte de todo esto, pero no le queda más remedio. Se ha visto involucrado y no sabe cómo salir del atolladero.
Henry Fonda en un papel mas para él que lo ha sido todo en el cine, todo. Anne Baxter (por siempre Eva al desnudo), Michael Parks (el inolvidable proxeneta en Kill Bill II), Dan Duryea en uno de los papeles más sobrios que le recuerdo, y Sal Mineo que ya había perdido su juvenil facha, su descarada juventud, entre inocente e inconsciente.

sábado, 14 de diciembre de 2019

§ 1.766. El Crack dos (José Luís Garci, 1983)

Nueva entrega de una película que cuando la vi me fascinó, me pareció magnífica. Con una temática muy avanzada para su época.
Con una música maravillosa que se repite una y otra vez, sin cesar, como en tantas películas suyas.
Majestuoso Alfredo Landa, impresionante. Un actor de los pies a la cabeza. Con un reparto de auténtico lujo: María Casanova, Miguel Rellán, Arturo Fernández, y Jose Bódalo. De lo mejor de la época.

§ 1.765. Almas inocentes (Jack Sher, 1959)


Una más del oeste, con un Audie Murphy muy reconocible, aunque su rol más propio es en películas de guerra. Una Joanne Dru recordada por alguna intervención en películas de John Ford, y Gilbert Roland que hace mejor de pirata.
Bonitas vistas en Cinemascope, con paisajes abiertos en espacio abiertos y salvajes. Un pelín larga, aunque es cierto que era la segunda del día y eso se nota.

viernes, 13 de diciembre de 2019

§ 1.764. El espía que surgió del frío (Martin Ritt, 1965)

Extraordinaria. El único punto en donde falla es al comienzo, cuando decide continuar en activo y comienza a realizar su vida normal, en un empleo estable. No queda claro si abandona el espionaje o le ayudan a abandonarlo. Tienes que verla hasta el final y eso dificulta un tanto el visitando, aunque favorece la tensión y facilita su visionado. Hacerse pasar por traidor para funcionar como doble espía es arriesgado, es evidente que no puede salir bien la pretensión.
 Magnífica música, a veces inexistente.
La conversación en el cabaret con el comunista es espectacular, con un desnudo de mujer en la escena es todo un contrapunto de la realidad social, comunistas de salón bebiendo Wyski de marca cara en burdeles capitalistas.
Excelente Richard Burton, al que su leyenda de bebedor le facilita mucho su papel de amargado ex-espía. Claire Bloom (que se casó con Philip Roth) es la chica y Oskar Werner el espía comunista.
Es evidente que sin la imaginación de John Le Carré  películas como estas no serían posibles. Siempre que las veo pienso: ¿es tan irreal el espionaje como lo plantea la cinta, o es al revés, que nos esté contando alguna historia auténticamente real? No está de más recordar que él fue espía, auténtico espía.

§ 1.763. Lucha de poder (Charles F Haas, 1956)

Esperaba que fuera peor de lo que es. No es una genialidad, pero se puede ver perfectamente. La eterna lucha entre granjeros y agricultores contra los ganaderos: open range.
Director absolutamente desconocido para mi. Veinte películas, más o menos tiene en su legado, unas 8 ó 10 sólo para la televisión.
No conozco a ninguno de los actores, todos en la linea de un producción de Serie B. El más conocido es Jock Mahoney conocido actor de películas del oeste. También interviene Martha Hyer más famosa y conocida, y la mejor de la nómina de los de esta película.
Clásico triángulo amoroso que más o menos sabes cómo va a terminar, porque los dos hombres representan puntos antagónicos, el bien y el mal, y en estas películas siempre gana el bien.


§ 3.675. Cartas boca arriba (Jesus Franco, 1966)

Cinta de la época francesa del tío Jess en donde ya comenzaba a desparramar. Argumento loco, loquísimo, producto de una imaginación desborda...