viernes, 21 de diciembre de 2018

§ 1.502. HIBBS, Jesse. Regreso del infierno (1955)

Una historia real de un militar condecorado en la IIGM. El soldado más condecorado, el luego actor Audie Murphy. Una veintena de condecoraciones, las más altas posibles, se le otorgaron por sus diferentes acciones de combate, entre ellas, según se cuenta, varias de países Europeos, Bélgica y Francia, principalmente.
A pesar de que pueda ser una ironía, no le veo en el papel, tan acostumbrado como estoy a verlo en películas del oeste. No es un actor muy dotado, pero funciona bien, uno más de la gran industria. Cara de niño, pequeño de estatura, trasmite honestidad, pero le falta temperamento, y, sobre todo, profundidad emocional, empaque, consistencia, no parece un actor creíble, no tiene lo que debe tener un gran actor, que tampoco sé muy bien qué es.
El director aunque hizo muchas películas, Filmaffinity dice que 25, no tuvo ninguna obra de altura. Sólo he visto suya La tierra del orgullo (1956), y tampoco me pareció una gran cosa.
La película se deja ver, pero no es especialmente buena. En un tono épico muy propagandístico a veces peca de simplismo, de mostrar una realidad parcial. Sólo los aspectos menos crudo se muestran, lo cual es legítimo, tan legítimo como la visión contraria. Sin embargo el almíbar no es un edulcorante que le vaya bien a la IIGM y sus batallas.
La sucesión de adrenalina enlatada sobre el campo de batalla es un poco cansina. La narración de cómo ganó las medallas parece es, literalmente, una patraña, aunque, curiosamente, es totalmente cierto. A lo mejor no era el valor lo que le empujaba, sino la inconsciencia; no se trataba, como en la mayoría de las guerras, de capacidad, sino de puro arrojo, de ese valor que da el saber que no queda otro camino que atacar, que matar. No hay ningún mérito en ello, más que el valor de sobrevivir impulsado por una necesidad a la que no puedes embridar. Nada más. Y ni siquiera está bien narrado...

§ 1.501. MILLER, Henry. Anamorph (2007)


He leído las críticas sobre la película con una apreciaciones tan críticas que, la verdad, estaban prevenido para ver un coñazo. Y, sinceramente, no me parece tan mala como lo que he leído. Es claramente una copia de Seven, de Fincher, pero no es tan impactante como aquella. Sin embargo mantiene su tono, progresa por donde quiere y consigue que mantengas la intensidad, la emoción. Además tiene numerosos ganchos que no sabes dónde te van a llevar o qué quieren decir, lo cual la hace entretenida.
Quizá no explica del todo bien la razón por la que se repiten los homocidios, y tampoco cuál es la relación que mantenía el policía con la última víctima del anterior asesino en serie, que parece que repite sus horrendos crímenes.
La composición de los escenarios de los cadáveres está muy lograda, tiene es punto morboso de considerar a la tortura como una bella arte y la muerte como la ultimación de su propósito.
Para quien sea fan de este tipo de películas de asesinos en serie está entretenida, que no interesante, para los cinéticos más generalista, como es mi caso, es una película más, de la que no se guardará recuerdo alguno. Se olvidará y sólo se recordará por la intervención de Dafoe, que siempre funciona.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

§ 1.500 MILLER, David. Acción ejecutiva (1973)


Gran director, algo olvidado, que rodó la que Kird Douglas consideraba su mejor película, MILLER, David: Los valientes andan solos (1962). También rodó Miedo súbito (1952), que es una gran película.
Esta es, cuanto menos, sorprendente, tanto por su modernidad en la forma de adoptar el tema como por la valentía del tema. Rodar esto en 1973, planteando abiertamente, sin ningún tipo de tapujos, que el magnicidio del presidente Kennedy fue una conspiración de poderosos para perpetuarse en el poder y que Oswald no fue más que un pringado al que colocaron el marrón, mientras que los auténticos asesinos -dos grupos perfectamente coordinados y entrenados de tres hombres cada uno- realizaba su trabajo por dinero es muy valiente. El guionista es Dalton Trumbo, con lo que no hay mucho que decir. Si alguien podría redactar un guión así era él.
Burt Lancaster como siempre, soberbio, y Robert Ryan, en su última cinta, también estupendo.
Me parece una película muy recomendable, y para los amantes del tema debería verse antes que JFK, de Oliver Stone, porque plantea el tema antes del homicidio y la de Stone es la perspectiva posterior.
No he leído mucho sobre ella, pero supongo que armaría mucho revuelo en su momento... Verla cincuenta años después todavía impresiona la verosimilitud de la narración.

martes, 18 de diciembre de 2018

§ 1.499. SMIGHT, Jack. - El tercer día (1965)


Hay películas que serían mucho más interesante si durasen 30 ó 40 minutos menos, como es este caso. Su metraje no se justifica, ni en la complejidad, ni en la trama, ni en el discurso. 
Un thriller largo y enrevesado que aunque sí se sabe cómo va no se sabe cómo. Giros y giros del discurso, de la trama que complican más y más la eventual salida del personaje de sí mismo, que es de lo que trata la película.
Además con tanto metraje necesitas un actor que llene la pantalla de una forma más imperiosa que lo que ocurre con George Peppard. No es mal actor y ha tenido éxitos profesionales importantes, pero no el mejor papel que le vale a él. Hombre duro, en cierto modo hecho a sí mismo, que se casa con la hija del jefe de un imperio económico que va a heredar pero que se ha metido en un lío, una camarera ha muerto en un accidente de tráfico en el que él ha perdido la memoria. Demasiado papel para él.
Se deja ver pero se hace demasiado larga, le sobran minutos se mire como se mire.

§ 1.498. BADHAM, John. La asesina (1993)


Pierde interés a medida que avanza la película... Intenta construir una melodía propia sobre la base de  lo ya conocido de Luc Beson, y aunque quizá sea una cinta más dinámica que aquella tiene evidentemente la rémora de no ser original, de ser una copia más o menos fidedigna de aquella. Y no es que todas los remake sean peores que el original, que no es así, pero en este caso a mi el original me gustó más. Me parece más profunda, más racional, menos emocional. Ésta tiene más tiros, más tensión aunque algo ficticia y más "entretenimiento".
Me gusta Gabriel Byrne, me parece un gran actor, capaz de funcionar bien en papeles estándar, o mejor dicho, da un carácter estándar a sus papeles. 
Bridget Fonda es algo más plana, menos actriz, menos interesante. 
Interesante primera aparición de Harvey Keitel como "el limpia", que luego repetiría magistralmente en Pull Fiction de Tarantino, probablemente en un guiño a esta película.
El director es un clásico moderno, un director que tiene cosas interesantes, aunque hace años que se instaló en la melodía de la industria, del hacer cosas que funcionen en taquilla. Un hombre de la industria.

domingo, 16 de diciembre de 2018

§ 1.497. ZORRILLA, J. A. El invierno en Lisboa (1991)


Pues la historia daba mucho más de sí que este resultado. Sinceramente me ha sorprendido, por deficiente... parece que le faltan cosas, que no está bien explicada algunas cosas. Desde luego le falta guion y eso me extraña, porque la novela era muy buena. Quizá no siempre una gran novela puede desarrollarse cinematográficamente. Quizá un gran guión al leerse sea una mala novela.
La película no es mala de solemnidad, pero desde luego es muy mejorable.
El jazz suena bien, al parecer composición toda de Gillespie, que se ve muy bien en la película.
Además de fallos de guión más que evidentes, y una falta de desarrollo de la historia a veces de manera insufrible lo que más se echa en falta en la película es el trabajo actoral de los dos protagonistas, que son realmente muy planos. Nada empacosos, poco interesantes, lineales, sin matices, sin perfiles, poco emotivos... 
Preciosos son los paisajes, especialmente bonita San Sebastián, y destacable el sonido.
No es, en definitiva, una buena adaptación, pero es una película que se puede ver, que tiene su gracia, interesante a ratos, pero que se ve lastrada desde prácticamente el principio porque se sabe que no a desarrollarse como debiera.

§ 1.496. COPPOLA, Francis Ford. Apocalypse Now (1979)


Es la tercera o cuarta vez que la veo y, la verdad, me gustó más la primera vez. Quizá ahora la aprecie mejor, pero no me impacta como aquella vez.
En todo caso, pensar que esta es la interpretación libre del cuento de Conrad, es, desde luego, algo muy libre. Tan libre como la capacidad creativa de un director inmenso cuando ha podido serlo. Tiene cosas insufribles, probablemente alimenticias, pero otras, como esta, realmente muy creativas, importantes y muy trascendentes para la historia del cine.
Algunas tomas, escenas completas, metraje vivo, son, sin más, imprescindibles. Cada vez que se ve la escena del surf en el río, después de la ensalada de napalm y la sinfonía de las Valkirias, no puede sino apreciar algo maravilloso. Una sensación de profundo desprecio por el ser humano, también por uno mismo.
El guión está muy trabajado, y la música acompaña, pero lo verdaderamente impactante son las imágenes, duras y, en su misma mismidad, potentes y salvajes. Pero nada gore. No hay sangre, sólo espanto.
Se puede ver una vez vista. Varias veces además. Siempre te sorprende por algo. 

§ 3.803. Las ratas (Robert Siodmak, 1955)

  Una obra "realista" de un director tendente a lo fantástico, a exponencial áspenos oníricos de la realidad, al menos en su prime...