jueves, 11 de enero de 2018

ANDERSON, Michael. Sombras de sospecha (1961)


Última película del que está en los cielos. Muy bien trabajado, pero con un defecto esencial. Nadie podía creer que el asesino era Cooper, más que nada porque nunca ha hecho protagonistas de malo. Y claro, despedirse de la interpretación, y de la vida, pues según parece estaba enfermo en aquel momento, con este papel hubiera sido demasiado cruel.
Con Kerr siempre me pasa lo mismo. Es una especie de cara angelical pero muy inexpresiva, me lo ha parecido siempre, tanto en "Buenos días tristeza" de Preminger, como en "De aquí a la eternidad". Cooper es distinto, tiene, y así lo manifiesta, toda la grandeza de un hombre de mundo, todo el peso de una vida plena. Grandísimo actor. No es que Kerr no lo sea, es que no lo parece. Es como otras tantas actrices que decidieron ser guapas y parecerlo renunciando a sus capacidades de actrices, todo lo contrario que las actrices que más me gustas, con Barbara Stanwych a la cabeza, seguida del Animal más bonito del mundo o de Ingrid Bergman, por ejemplo.
La trama es muy interesante, muy bien desarrollada y con un guión muy preciso. Todas las conversaciones son sólidas y se necesitan, no sobra ninguna.

martes, 9 de enero de 2018

WISE, Robert. La ley de la horca (1956)


Una más del Oeste, pero una más de Robert Wise, que es es mucho. Muy bien James Gagney, y bien Irene Papas... me ha resultado rara la música, más propia de un peplum, que de una del oeste, pero bueno.

lunes, 8 de enero de 2018

BERGMAN, Ingmar. El rito (1969)


Maravillosa. Las películas de Bergman no se olvidan. Te podrán gustar o no, pero impactan una barbaridad. Cuatro actores, un escenario, un guión perfecto, un desarrollo y un tempo medido y un resultado prodigioso.
Me encanta Bergman, cada vez más. Me parece un director de una imaginación prodigiosa, con un dominio escénico fabuloso.
Para ver sus películas hay que estar preparado. No es posible acceder a sus cintas desde una perspectiva estética limitada, hay que abrir la mente, las posibilidades estéticas, no pensar que sólo hay una forma de hacer cine, sino varias, muchas. Y, sobre todo, que las películas sirven para más cosas que para entretener, para disfrutar. Sirven para provocar, para molestar, para arañar...

SUZUKI, Seijum. El baile de los sicarios (2001)


Horrorosa. 

domingo, 7 de enero de 2018

MARIN, Edwin L. Colt 45 (1959)


Flojita. No me ha gustado mucho. Una más de consumo rápido, con el Rey del Genero: Randolph Scott que eso siempre garantiza una salida digna a la película.

WYLER, William. Callejón sin salida (1937)


Me ha parecido una obra de arte, canónica, creadora de un género propio, distinto, único. En un sólo escenario, con siete u ocho planos distintos hace toda la cinta. En él nos muestra la condición humana, lo que hace que seamos como somos, lo que nos impone situarnos más allá de nosotros mismos, lo que, en definitiva, compone la materia humana.
Excelente actuación de Joel McCrea, mejor actor que en las clásicas películas del oeste o que hemos visto tantas veces como americano medio, como hombre de su tiempo.
Bogart está esta mediocre, lento, en un papel que no le favorece, que le perjudica en su carrera, no sé si estaría orgulloso de él. Y Silvia Sidney como siempre, en su cara se refleja la pobreza de la situación, de la vida, el peso de la imposibilidad para salir de un destino trazado de antemano y contra el que no se puede luchar.
Cualquier cosa que veo de Wyler me parece mejor que la anterior.

sábado, 6 de enero de 2018

MANKIEWICZ, Joseph L. El americano tranquilo (1958)


Me ha encantado. Me ha gustado muchísimo. Absolutamente imprescindible. Me ha encantado Michael Redgrave, un actor que hasta ahora ha pasado desapercibido para mi, más centrado en los muy grandes de esto, entre los que se encuentre Redgrave, sin duda ninguna.
Audie Murphy es otra cosa, el papel dramático le viene un poco grande, no parece muy en su papel, aunque no desafina, y no desentona ni desenfoca el objetivo. El inspector es Claude Dauphin, que también es bueno, y la chica es, sorprendentemente, Georgia Mola, una italiana muy bien caracterizada como vietnamita.
Es inolvidable.

§ 3.901. La trampa (M. Night Shyamalan, 2024)

El director pretende algo difícil, difícil de verdad, entroncar una persecución policial dentro de un estadio donde se está celebrando un co...